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Reconstruyendo el socialismo (I)

lunes 15 de noviembre de 2021, 15:26h

Los partidos socialistas son necesarios. Surgen los partidos obreros como el objetivo de la clase trabajadora de intervenir en politica y transformar la sociedad. Surgen al calor de la Internacional de Trabajadores y lo hacen como reacción de una clase explotada, pobre, mal alimentada y sin viviendas dignas que aspira no solo a conseguir más y mejores salarios, las 8 horas de trabajo, educación y cultura, sino por cambiar las reglas de la sociedad burguesa y alcanzar el reparto de la riqueza en una sociedad sin clases y de productores asociados que satisfagan sus necesidades con dos lemas claves, a cada cual según sus necesidades y de cada cual según su capacidad y trabajadores de todo el mundo uníos. Son conscientes los fundadores del socialismo que su patria es la humanidad y la internacional su herramienta. Hoy estas situaciones de sobre explotación y falta de derechos están nuevamente a la orden del día en una sociedad nuevamente desigual, clasista, machista, globalista y que expropia riqueza en favor de las oligarquías.

Hay intelectuales que estudian y proponen el socialismo e incluso lo imaginan y planifican. Marx y Engels son figuras muy destacadas, Pablo Iglesias el fundador del socialismo en el estado español era un marxista ortodoxo, e integrado por el yerno de Marx, Lafargue. Creía Iglesias en la lucha de clases y la necesidad de la organización. Jean Jaures uno de los iniciadores del socialismo francés fue el teórico más seguido por los socialistas españoles y las primeras traducciones de El Capital de Marx proceden de textos franceses y ediciones resumidas al objeto de que obreras y obreros pudieran leer y entender la obra de Marx. La cultura, la lectura y la formación eran imprescindibles para todas y todos los socialistas del mundo. Además el socialismo solo puede ser internacionalista. Pero el socialismo no es una teoría formal, sino una práctica y acción diaria y que trabaja para lograr la felicidad y el pan de cada día de las clases humilladas.

Ya Bernstein el iniciador del reformismo socialdemócrata y el SPD se plantearon la cuestión de voto femenino desde finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX surge la Conferencia Internacional de mujeres socialistas que con Clara Zetkin y Rosa Luxemburgo organizan un feminismo socialista que sabe de la necesidad de unir fuerzas en la lucha de clases y de la triple explotación de la mujer obrera y sus intereses diferenciados de las burguesas. Es pues el socialismo partidario de la democracia plena con la lucha por el voto universal y por tanto el voto de la mujer y su aspiración de abolir el capitalismo, la prostitución, la esclavitud y el colonialismo. Son los partidos socialistas, partidos de clase. Las dejaciones, renuncias y aburguesamientos llegarían después y hay que decir que ni siquiera los socialdemócratas alemanes se plantearon la renuncia al estado socialista, solo que entendieron que este se podía alcanzar ganando los parlamentos y cambiando leyes y constituciones. Ya llegaría Bad-Godsbeg.

El socialismo no tiene dueños, ni un carnet hace a una persona socialista. Hay varias escuelas socialistas y diversas interpretaciones pero todas ellas tienen un tronco común y las desviaciones provienen de caminos dictatoriales y no democráticos o de penetración y conversión a ideas liberales y democristianas e incluso en nuestros días neoliberales e imperialistas. Pero esto no puede ser socialismo, el socialismo tiene un objetivo más allá del estado del bienestar, eso es un trecho del camino, pero la voluntad socialista es socializar los medios de producción y de consumo y la igualdad. La democracia, pues sin igualdad no es democracia. La democracia liberal antepone el mercado y los intereses de las clases poseedoras a la libertad. Los liberales entienden el estado como el sujeto proveedor de la seguridad, el orden burgués y las leyes que garanticen su dominio, oponiéndose siempre al socialismo.

Alguien me puede decir y con razón que hay que estar al día. También hoy hay pensadores y líderes socialistas, personas que elaboran partiendo de la experiencia de nuestros días y esto no pasa por convertir al socialismo en una suerte de liberalismo progresista o progresismo interclasista como intenta el sistema a través de la tercera vía.

Hemos retrocedido tanto que en estos momentos socialdemócratas coherentes son revolucionarios. Pero el socialismo para articularse necesita de partidos socialistas, partidos y movimientos socialistas que quieran cambiar el mundo y no mantener el sistema. Dar respuestas a los nuevos retos y por eso surge el ecosocialismo, ecosocialismo y el ecofeminismo, que no debemos confundir con los partidos y grupos verdes, muy poco que ver, pues es superador del capitalismo, incluido el capitalismo verde.

Los socialistas además no renuncian a su nombre o a su origen y por tanto no necesitan ni deben esconderse tras nombres postmodernos y teorías postmodernas. En el próximo artículo hablaremos del socialismo hoy y quien reconstruye socialismo en nuestros días.

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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