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Crítica de la obra de teatro 'La gota de sangre'

Crítica de la obra de teatro 'La gota de sangre': el caso del curioso detective Selva

lunes 06 de diciembre de 2021, 13:02h

Cien años han tenido que pasar de la muerte de doña Emilia Pardo Bazán para que el director de escena Juan Carlos Pérez de la Fuente haya querido homenajearla llevando a escena una de sus novelas menos conocidas, ‘La gota de sangre’, en versión de Ignacio García May, que puede verse en la Sala Negra de los Teatros del Canal. La novela corta de la escritora gallega que hizo, básicamente, su carrera literaria en Madrid (50 páginas), es, sin embargo, la primera novela policial escrita en nuestra lengua (1911), justo en unos momentos en los que otro personaje de la literatura europea hacía furor entre los lectores, el Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle. Ignacio Selva, que así se llama el personaje creado por Pardo Bazán nació diez años antes que Hércules Poirot o Watson, los héroes de las novelas de Agatha Christie, surgidos en 1921.

Nada tienen que envidiar novela y personaje de doña Emilia en esta fábula del Madrid de principios del siglo XX en la que Ignacio Selva (magníficamente encarnado por Gary Piquer), se convierte de forma inopinada en detective aficionado que va a resolver un crimen casi por “prescripción facultativa”, ya que su médico, el Dr. Luz (espléndida también Roser Pujol), le deriva por estos senderos de la deducción para intentar dar carpetazo al “vacío” existencial y a la neurastenia de su enfermo. Para el Dr. Luz “No hay vida humana sin misterio” y empuja a Selva a profundizar en las almas de otros seres humanos con los que comparte la aventura de vivir…

O la desventura de morir a punta de florete, como le sucede a un hombre de negocios que el bueno de Selva descubre un día en un descampado que está justo al lado de su casa. Tirando del hilo, el neodetective va a descubrir que todos los indicios iniciales apuntan a que él mismo es el principal sospechoso en la investigación que inicia el Juez. Personaje este, por cierto, interpretado también por Roser Pujol, junto a los de Vedette del madrileño teatro Apolo (desternillante su interpretación del cuplé de La dentadura), el de Chulita Ferna - Julia Fernandina, mujer de vida alegre-, el de Sereno Paconio, y en Andrés Ariza. Claro que Gary Piquer, además del papel de detective, hace también de Narrador, Araal y el de otros personajes de La Peña, el restaurante que visita antes de acudir al Apolo y encontrarse allí con el siniestro Andrés Ariza.

La sencilla pero eficaz escenografía, diseñada también por Pérez de la Fuente, la constituyen unas gasas claras al fondo del escenario, sobre una tarima que lo mismo sirven de juzgado que de reino de la Vedette del cuplé, o de consulta del Dr. Luz. La vistosa iluminación de José Manuel Guerra, el alegre y funcional vestuario de Almudena Rodríguez Huertas, y la composición musical de Tuti Fernández hacen todo lo demás para que ‘La gota de sangre’ se convierta en un divertidísimo y emocionante montaje detectivesco y policial del que van a disfrutar grandes y chicos.

Los ingredientes de la propuesta de Pérez de la Fuente e Ignacio García May –siempre fructífera su colaboración-, son los mismos que los de Torquemada, que pudimos ver la temporada pasada en este mismo escenario de Los Canal: un texto espléndidamente adaptado, actores inteligentemente escogidos y una dirección ágil, sutil y segura de uno de los grandes de la escena española.

Imprescindible, divertida, fresca y, además, la excusa perfecta para redescubrir y releer a Emilia Pardo Bazán.

'La gota de sangre'

Dirección y escenografía: Juan Carlos Pérez de la Fuente

Versión: Ignacio García May

Reparto: Gary Piquer y Roser Pujol

Diseño de iluminación: José́ Manuel Guerra

Diseño de vestuario: Almudena Rodríguez Huertas

Composición musical: Tuti Fernández

Producción ejecutiva: Pérez de la Fuente Producciones

Producción: Comunidad de Madrid

Teatros del Canal, Madrid

Hasta el 19 de diciembre de 2021

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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