Assange será finalmente entregado a EEUU por la Justicia británica

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, finalmente será entregado a Estados Unidos, que pedía desde hace años su extradición. Así lo ha decidido la justicia británica.

El caso de la extradición de Assange era el último capítulo de una historia llena de batallas legales y giros inesperados.

A pesar de que en enero la jueza Vanessa Baraitser decretaba que no concedía la extraditación de Assange al país norteamericano, justo antes de acabar el año tenemos la decisión definitiva a favor de la petición estadounidense.

Esta juez impedía su puesta en libertad de forma provisional "por razones de salud" y "tendencias suicidas" del activista de origen australiano.

La justicia británica ha rechazado las alegaciones de la defensa de que se trata de una persecución política o que no tendría un juicio justo en EEUU.

Un preso estelar

Assange estaba preso y cumpliendo condena en Reino Unido acusado de espionaje. Por su parte, EEUU le acusa también de espionaje por difundir documentos oficiales y secretos a través de su portal Wikileaks y pide para él 175 años de cárcel.

En 2019 el por entonces ministro del Interior británico Sajid Javid aprobaba la extradición del fundador de Wikileaks a Estados Unidos si bien dejaba en manos de los tribunales británicos los que decidiesen el siguiente paso.

Assange fue condenado el 1 de mayo de 2019 a 50 semanas de cárcel por un tribunal británico por haber infringido las condiciones de su libertad condicional en 2012.

El activista y hacker fue detenido por la policía británica el 11 de abril de 2019 después de que Ecuador le retirara su condición de asilado en su embajada de Londres.

En la prisión de alta seguridad de Belmarsh, donde se encuentra actualmente, se le aplican condiciones de aislamiento propias de grandes terroristas. Se le mantiene 23 horas diarias en soledad y tiene 45 minutos para hacer ejercicio en un patio.

Las filtraciones de Wikileaks

Wikileaks publicó varios escándalos, pero el más sonado fue la filtración de documentos diplomáticos de los Estados Unidos en noviembre de 2010.

Sobre España, se publicó cómo la embajada de EEUU en España presionó al Gobierno de Zapatero para no investigar el asesinato del periodista José Couso durante la invasión de Irak de 2003.

También que la diplomacia de Estados Unidos descartó de inmediato la hipótesis de ETA como supuesta autora de la matanza del 11-M en Madrid y alertó del radicalismo islamista.