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El renacer verde un año después de Filomena: Madrid ya ha plantado 19.000 árboles
(Foto: Chema Barroso)

El renacer verde un año después de Filomena: Madrid ya ha plantado 19.000 árboles

Un manto blanco de hasta 60 centímetros de espesor sepultó las calles de Madrid el 8 de enero de 2021. Una estampa idílica emborronada por el colapso circulatorio, la paralización de la actividad económica y la masacre arbórea sin precedentes que produjo una borrasca histórica. Filomena descargó durante 30 horas ininterrumpidas hasta 1.250.000 kilos de nieve solo en la capital. Las calles se despejaron en 10 días y las infraestructuras dañadas se repararon los meses posteriores, pero las heridas causadas en el patrimonio verde aún siguen abiertas. No obstante, el Ayuntamiento que preside José Luis Martínez-Almeida avanza en la plantación con la que prevé equilibrar las pérdidas: ya se han colocado 19.000 nuevos árboles de los 100.000 comprometidos.

Los primeros días transitables tras la nevada, los operarios del Consistorio iniciaron la retirada de árboles fracturados o ramas colgantes que suponían un riesgo evidente para los viandantes. El área de Medio Ambiente y Movilidad, dirigida por Borja Carabante, activó el día 14 de enero un dispositivo especial de inspección y saneamiento. El Gobierno contrató 1.100 efectivos extra que se añadieron a los más de 2.000 jardineros municipales. Juntos trabajaron durante 50 días en labores de revisión, poda y tala, recogiendo en jornadas como la del día 18 hasta 400.000 toneladas de desechos vegetales con destino a la planta de compostaje de Migas Calientes o al vertedero.

Según cifras de la citada concejalía, Filomena dañó 800.000 árboles, un 46 por ciento del total de 1,7 millones contabilizados en la ciudad. Un total de 94.115 ejemplares cayeron o fueron talados, 72.330 en la Casa de Campo, el enclave natural más perjudicado. De hecho, mientras las podas, desmoches o cortes totales concluyeron en parques y viales a finales de junio, en el mayor pulmón verde de Madrid esta tarea se prolongó hasta noviembre por su amplísima superficie de actuación: 1.500 hectáreas. Precisamente, ese mismo mes de noviembre arrancó la plantación del nuevo arbolado, que acomete el personal del Gobierno local bajo las directrices fijadas por el Consejo Asesor fundado ad hoc con el beneplácito de todos los grupos políticos.

Más allá de la reposición automática

Los expertos radiografiaron el censo arbóreo, analizaron el impacto de la borrasca sobre ellos y propusieron soluciones que se concretaron en un plan encaminado a aumentar la biodiversidad y a implementar nuevos corredores verdes. Tal como expuso el presidente del Consejo, Antonio Prieto, las reforestaciones realizadas en los años 50 y 60 "fueron indiscriminadas en relación con las necesidades". Por ello, ahora se ha apostado por una plantación "sin visión reduccionista de eliminar unos árboles y plantar otros, sino de sustituir los individuos desparecidos por especies que conforman la estructura básica de cada parque o jardín", explica Francisco Muñoz, director general de Gestión del Agua y Zonas Verdes del área de gobierno de Medio Ambiente. En definitiva, "no es una reposición automática de donde cae uno planto otro", puntualiza.

Muñoz explica a Madridiario que la plantación tan solo es "una fase más" del exhaustivo estudio metodológico y trabajo de campo efectuado. Así, expone que se ha analizado cada árbol desde el punto de vista de la seguridad, se han examinado los ejemplares daños en el conjunto de la masa que los rodea para comprobar si ejercían alguna función importante de protección o cortavientos y se ha revisado lo que aportaba cada uno a la estructura del lugar para no plantar donde ya existe una densidad notable, como en zonas de pinares de la Casa de Campo.

El director general de Gestión de Zonas Verdes del Ayuntamiento apunta que en muchas ocasiones "no se puede plantar en el hueco de un árbol caído porque las condiciones ecológicas ya no son iguales a cuando este creció hace 150 años al ahora dar sombra los de alrededor". Otro caso que imposibilita la plantación es cuando el subsuelo está tan enraizado que no permite el desarrollo de más individuos. Entran en juego también aquí, agrega el técnico, los "microclimas" que conforman algunos árboles como los pinos piñoneros. "Su forma aparabolada favorece zonas de vegetación de umbría, afectando a los de abajo ahora".

La plantación continuará hasta primavera

Los condicionantes han sido múltiples, pero la plantación ya está encarrilada. Desde que arrancara a finales del otoño de 2021 Madrid ha ganado 19.000 árboles, incluidos los de donaciones populares y crowdfunding. Se localizan, indica Francisco Muñoz, en la Casa de Campo, donde se ha apostado por coníferas, en el parque Juan Carlos I, donde se han colocado 23monumentales, en la Quinta de los Molinos, que ha incorporado nuevos almendros. También se han plantado otras especies en el Retiro y en parques de ciudad como el de San José, La Elipa o Emperatriz María de Austria. El 20 por ciento del arbolado de alineación del viario público tampoco quedó al margen de los estragos de la nevada y allí se ha optado por colocar chopos, almeces, fresnos y arces.

Los operarios municipales continuarán con la replantación hasta primavera. "Aprovechar toda la temporada dependerá de la climatología", precisa Muñoz. El objetivo es alcanzar los 100.000 ejemplares nuevos. La plantación ordinaria tampoco se detendrá. Solo en la campaña 2019-2020 la capital sumó 60.000 árboles y para 2022 se han previsto 11.000 ejemplares para las zonas verdes y otros miles más en parques. Como novedad, se incorporarán las conseguidos gracias a donaciones populares y crowdfunding. De la cifra global, a la Casa de Campo le corresponderán 10.000, 60.000 se destinarán a los espacios aledaños a la M-30, M-40 y M-50 sur, cerca de 4.000 se los quedará la Dehesa de la Villa, 176 el Parque Lineal del Manzanares, 114 más el Retiro y 268 la Quinta de los Molinos, entre otros.

Olivos monumental plantados post Filomena en el parque Juan Carlos I. Foto: Chema Barroso

(Olivos monumental plantados post Filomena en el parque Juan Carlos I. Foto: Chema Barroso)

Las especies elegidas responden a su adaptación a las condiciones urbanas. "Allí donde se cayó un árbol de una especie que es la óptima se ha repuesto", señala Francisco Muñoz. Por el contrario, se ha decidido no restituir los cipreses de arizónica perdidos "por los problemas de sanidad vegetal" que acarrean ni los ailantos por "ser una especie exótica invasora". El tamaño de cada árbol, por su parte, depende de la localización. Como en la Casa de Campo pueden acometerse plantaciones de carácter forestal, los árboles seleccionados son de apenas uno o dos años "por su mayor capacidad de agarre y adaptación al entorno", expone el director general de Gestión de Agua y Zonas Verdes consistorial. Esto no resulta idóneo en enclaves singulares, como el Paseo de México del parque del Retiro, donde se han colocado álamos de gran porte al tratarse de "una zona emblemática, de mayor relevancia paisajística y de recreo en la que puede hacerse un mayor esfuerzo".

Más efectivos para garantizar el mantenimiento

Del cuidado de todos ellos se encargará la plantilla de conservación, mantenimiento y limpieza de las zonas verdes del Ejecutivo municipal, cuyo contrato se renovó en noviembre. El nuevo pliego diseñado por el equipo de Borja Carabante se concreta en un 52 por ciento más de presupuesto, alcanzando los 118 millones anuales, y en un 20 por ciento más de efectivos. "Los árboles cuando se plantan hay que observarlos con más detenimiento para comprobar su exitoso agarre y lo haremos con los medios de los contratos ordinarios del Ayuntamiento, que han tenido un refuerzo muy importante", remarca Muñoz.

En paralelo al avance de la plantación, el Consistorio extenderá a lo largo de 2022 el actual protocolo de actuación en El Retiro ante situaciones adversas al resto de parques históricos, lo cual permitirá realizar labores de inspección más exhaustivas sobre el arbolado tras producirse fenómenos climatológicos extremos como fuertes vientos, heladas, sequía o altas temperaturas. Una nueva medida orientada a proteger la cuantiosa y heterogénea flora madrileña. Con 500 especies de árboles diferentes repartidas por 6.000 hectáreas de zonas verdes y 5.000 calles la ciudad presume de una posición hegemónica como una de las capitales europeas con mayor masa arbórea y aspira a ampliarla.


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