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Crítica de la obra de teatro 'Ragazzo': pasa la vida

Crítica de la obra de teatro 'Ragazzo': pasa la vida

martes 11 de enero de 2022, 13:43h

Hasta el día 16 de enero, el Teatro del Barrio se transforma en la ciudad de Génova. Año 2001. Las fronteras de Italia están cerradas. Se ha suspendido el tratado de Schengen. La ciudad está tomada por más de 30 000 policías. En diversas zonas de la ciudad están restringidas las manifestaciones, las reuniones y en otras, incluso, el tránsito. Los ciudadanos son parados, identificados y, en algún caso, hasta detenidos sin razones aparentes. Está prohibido hasta colgar ropa en los balcones. Génova estuvo en un verdadero estado de sitio en aquel julio de 2001 en que un joven genovés de 23 años, Carlo Giuliani, inconformista, libertario y poeta, encontraría la muerte a manos de la policía al verse emboscado en medio de una manifestación antisistema. Un balazo de las fuerzas de seguridad en la cabeza, un atropello posterior de un vehículo también policial que le pasó por encima del cuerpo en dos ocasiones y una pedrada final también en la cabeza acabaron con la vida de Carlo y con todos sus sueños.

Esa es la fotografía temporal, espacial y vital en donde se desarrolla un monólogo ‘Ragazzo’, escrito y dirigido por Lali Álvarez, tras una minuciosa investigación, que incluyó entrevistas en profundidad con la familia de Carlo. Interpretado con intensidad, verdad y pasión desbordantes por Oriol Pla, el espectador sentirá con él, pero también en cabeza propia, las sensaciones que atravesaron el cuerpo de Carlo durante esos días que hicieron de Génova una ciudad sitiada como consecuencia de una reunión del G8, el grupo de países ricos que, periódicamente, se reúne para dar un repaso al escenario político y económico mundiales y que, al tiempo, concita también encuentros de movimientos sociales y grupos políticos antisistema con reuniones paralelas y masivas que, generalmente, terminan también con manifestaciones.

“¿Tú te acuerdas de lo que has soñado hoy? Yo solo me acuerdo de los sueños cuando son como de mal rollo… ¡Mala suerte!... He soñado que estaba en un campo y todo eran estatuas. Estatuas de piedra. Y una de esas estatuas tenía mi cara, pero no era yo porque tenía una expresión seria que yo no tengo…”. Así comienza la aventura vital de Carlo Giuliani, al levantarse uno cualquiera de los días de su vida. Una vida que, al final, como en sus peores sueños, acabaría en lo mejor de su existencia y que una pequeña estatua erigida en Génova en su recuerdo, no puede pagar ni lejanamente haberla cortado radicalmente…

Apenas bastan unos cuantos enseres (somier, colchón, una mesa de cocina, algunas sillas, un cubo que sirve de lavabo…), repartidos por todo el escenario que, lo mismo representan el modesto domicilio de Carlo –un viejo caserón que ocupan él y algunos amigos más-, como las plazas, calles y callejones de Génova hipervigilados por las fuerzas de seguridad. La expresividad gestual, corporal y física de Oriol Pla permite no solo la interacción con el público sino también con todos los personajes que cualquiera que estuviese en la ciudad italiana esos días podía encontrarse: lugareños, jóvenes visitantes de medio mundo, policías, delegados de los países convocados a la cumbre mundial… Sin estar físicamente allí, sobre el escenario, todos ellos cobran vida gracias a la intensidad que marca Oriol a su personaje y durante la casi hora y media de representación.

La luz de Núria Solina y el sonido de Pau Matas (sirenas y luces de furgones policiales, contenedores incendiados, escaparates de grandes establecimientos y oficinas bancarias con los cristales rotos, helicópteros sobrevolando la zona…), aportan el realismo y la tensión social que vive la ciudad, y con ella el joven Carlo

El monólogo es más que merecedor de los importantes premios recibidos y explica que sean ya varios años los que lleva rodando de teatro en teatro porque, desde luego, exhala una fuerza y una emoción extraordinarias. Absolutamente imperdible.

‘Ragazzo’

Ragazzo: Oriol Pla

Autoría y dirección: Lali Álvarez Garriga

Ayudante de dirección: Quimet Pla

Diseño de luces: Núria Solina

Diseño de Sonido: Pau Matas

Asistente: Irene Vicente

Foto: Clàudia Serrahima

Video: Victoria Benítez

Temas musicales: Zoo

Colaboraciones: Aleix Aguilà, Isaac Domínguez

Agradecimientos: Haidi Giuliani, Elena Giuliani, Teresa Garriga, Dani Lagartofernández, Agnés Mateus, Sergi Gutiérrez, Diana Pla, Ignasi Álvarez, Anna Gonzalvo, Viky Benítez, Mariona Álvarez, Marisol Casas, Txus Martínez, Carles Álvarez, Francesca Mascetti, Vanesa Rise, Eloise Barighini, Andre de Lotto, Guido Ramellini, Ida Mauro, Katia Bosco, Dario Ferraro i Marta Garolera

Teatro del Barrio, Madrid

Hasta el 16 de enero de 2022

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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