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Tareas de socialistas

lunes 17 de enero de 2022, 15:08h

El socialismo tiene vigencia. Tiene futuro. Es el futuro. El capitalismo nos conduce al desastre, epidemias, guerras, hambrunas, desigualdad, patriarcado, explotación laboral, destrucción del medio ambiente, expropiación de lo público para beneficio privado, saqueo de las arcas públicas, corrupción, mentira y totalitarismo como solución final.

El socialismo es el enemigo a batir por los capitalistas y sus partidos conservadores, reaccionarios, de extrema derecha o por amplias capas de liberales y todos los neoliberales. Por eso al socialismo también se le combate desde dentro de los propios partidos socialistas y desde fuera por numerosos medios de comunicación, opinión y grupos de presión o influencia financiados por grandes corporaciones. Por eso se pretende destruir a quienes desde partidos socialistas y obreros tratan de avanzar al socialismo desde la democracia y en democracia como pretenden hacer con Jeremy Corbyn el referente socialista más conocido y honrado en estos momentos.

Por tanto la primera tarea de las y los socialistas es recuperar el socialismo de quienes lo utilizan para realizar políticas contrarias y trabajan por que todo el sistema y el régimen permanezcan como están. La cuestión no es tragar con carros y carretas o permanecer derrotados, despreciados y arrinconados y arrinconadas por aparatos que usurpando siglas socialistas imponen políticas neoliberales y de sumisión al imperialismo y el neocolonialismo, sino que igualmente por otras organizaciones que partieron del socialismo, pero transitan en el autoritarismo o el totalitarismo, el sectarismo, el populismo y/o la colaboración con el sistema, pero con una falsa y supuesta superioridad moral. Lo segundo, será pues recuperar el orgullo de ser socialista.

En el estado español, un o una socialista lo primero que tienen que reclamar es la igualdad, la erradicación real de la pobreza, salarios y pensiones dignas y enfrentarse a los poderosos que nos roban con los recibos de la luz, nos suben los precios de los alimentos especulando con ellos, nos niegan salarios dignos y se oponen a un sistema de pensiones público. Crean brechas salariales y feminizan la pobreza, aplican leyes desde el patriarcado o impiden que las mayorías populares y las izquierdas puedan ejecutar sus programas democráticamente.

El chantaje de los capitalistas es insufrible y requiere organizarse y plantarles cara. El papel del partido obrero es clave para cualquier demanda y tener éxito, por eso compran a sus dirigentes institucionales, ya lo advirtió nuestro Pablo Iglesias. No se trata de hablar de justicia social y luego imponer leyes, reformas laborales y condiciones en decretos ley, que la hacen imposible.

El socialismo es y siempre ha sido democrático por eso oponerse al derecho a decidir entre monarquía o república y poder tener por fin una constitución democrática es de no ser socialistas. La función de las socialistas más allá de cumplir leyes, es cambiarlas, sino no cumplimos nuestra función.

El socialismo es internacionalista. El internacionalismo es solidario y por tanto apoyar bloques militares que defienden intereses del capitalismo multinacional occidental o intereses extranjeros imperialistas es de estúpidos, además de reaccionarios e insolidarios. Cuando Felipe González involucró al PSOE con la OTAN, numerosas y numerosos militantes socialistas, se negaron, enfrentaron e incluso se escindieron.

El PSOE hoy ya no representa el socialismo, ni lo busca ni lo pretende. Pero estamos muchas y muchos socialistas hartos ya de tanto miedo, complicidad con los poderosos y con las derechas, que hemos de reaccionar desde un espacio-encuentro socialista que agrupe a todas y todos y con independencia y libertad nos permita articular un programa socialista y pasar a la acción.

No podemos ser cómplices de unas izquierdas oficialistas y pro-gubernamentales sin más y de varios partidos, ojo, no solo del PSOE, que no derogan la ley mordaza, no derogan la reforma laboral, no defienden la sanidad pública, no se enfrentan a los oligopolios como el eléctrico o el farmacéutico, no se enfrentan a las derechas y en consecuencia permiten su avance, consolidan a la extrema derecha y al populismo trumpista y de paso destrozan el legado y las conquistas del movimiento obrero y del movimiento socialista. Tal es la confusión que muchas personas decentes creen que Teresa Ribera, Nadia Calviño o Pedro Sánchez son socialistas, y eso los arroja en otros brazos de la demagogia y la opresión.

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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