Zapatero no parece dispuesto a dejar pasar la ocasión de esta campaña electoral, de resultado tan incierto según la mayor parte de los sondeos que se preparan y cuyos primeros datos ya vamos conociendo, para no solamente ganar, sino ‘arrasar’, como decían el sábado sus partidarios durante la reunión (fugaz) del comité federal. Echemos un vistazo a la agenda presidencial para la semana que hoy lunes comienza: parece que hay varios ‘zapateros’, tal es el nivel de actividad en la que se nos ha embarcado el presidente del gobierno y candidato a lo mismo que este lunes disuelve las Cortes y convoca elecciones generales para el 9 de marzo.
Esencial en una campaña el tema de las ‘photo opportunity’. Estos días vamos a ver a Zapatero fotografiado con actores famosos, con premios Nobel, con el Rey, con el mandatario turco
Erdogan –principal apoyo en la Alianza de Civilizaciones, foro que mantendrá una ‘cumbre’ en Madrid no se sabe bien para qué--, con el primer ministro portugués…Además, ZP tiene esta semana dos consejos de ministros, una reunión de la ejecutiva del PSOE, una reunión hispano-lusa en Braga, un encuentro con los asesores internacionales para el programa socialista y no sé si, además, alguna comparecencia ante los medios (al margen de la entrevista-río de ayer y hoy en
El Mundo). Y, claro, las ruedas de prensa conjuntas en la Alianza de Civilizaciones, la que mantendrá este martes con Erdogan y el fin de semana con el primer ministro de Portugal.
¿A dónde nos lleva tanto frenesí? A la insoportable levedad del ser, sin duda. Otra cosa serán las tareas que haya que acometer en la próxima legislatura. Pero ya lo ha dicho Zapatero el sábado en ese comité federal exprés que ha sido un modelo de falta de debate político: nada de consensos poselectorales para los grandes temas de Estado, como propone
Rajoy. Porque, insiste ZP; el Partido Popular, con esta legislatura crispada a sus espaldas, simplemente no es creíble al hablar de manos tendidas, cuando tan poco tendió la mano a la hora de luchar conjuntamente contra el terrorismo. Bueno, ya veremos lo que ocurre tras el 9-M, en función de cuál sea el resultado de las elecciones. Queda mucho partido por jugar y, de momento, estamos en la acción por la acción, que tanto disipa las atenciones. Después, irremediablemente, tiene que venir la Política con mayúscula. Y la Política ya se sabe que a veces hace extraños compañeros de cama.
Al electorado le gusta poco el espectáculo de la división interna en los partidos políticos. Quizá para evitarlo, Mariano Rajoy ha impuesto un silencio absoluto sobre las candidaturas electorales de su partido, que nos serán reveladas esta semana, el día 17. Las incógnitas, en realidad, son pocas: el destino de
Rita Barberá, el de
Eduardo Zaplana y, sobre todo, el del alcalde de Madrid,
Alberto Ruiz Gallardón. Ayer, la presidenta madrileña,
Esperanza Aguirre, que aseguran que se opone todavía a que Gallardón vaya en las listas electorales por la capital, escenificó otro de esos vodeviles con su correligionario y, sin embargo, no tan amigo el alcalde. Una escena de falsa sintonía y quiebro a los micrófonos que encanta a los periodistas y desespera a los organizadores de los actos de Rajoy, porque su mensaje, que es lo importante, se diluye mediáticamente a favor de lo interesante, que es el rifirrafe entre ‘Espe’ y ‘Alberto’.
Aseguran que el PP ha contratado los servicios de destacados expertos electorales para la campaña:
ABC lo contaba ayer, y nosotros lo recogíamos en nuestro
diario e-xclusivo. Y, de hecho, el mensaje del principal aspirante se ha hecho más concreto y constructivo. Lo que ocurre es que no siempre le acompañan algunos de los suyos, y ahí sí que no valen los técnicos extranjeros. En fin, ahí andaba ayer don Mariano, por Alcázar de San Juan, en un itinerario algo errático, nos parece. Los expertos sabrán lo que hacen.
Si (
No(
