La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) ha difundido el informe número 12 de farmacovigilancia relativo a la vacunación contra el coronavirus. Entre las novedades destaca la incorporación de la parestesia y la mielitis transversa entre los posibles efectos adversos.
Con este tipo de informes se comprueba y vigila los efectos adversos habituales y poco habituales de la población tras la administración de un fármaco, en este caso de las vacunas del coronavirus, aunque estos "acontecimientos adversos" notificados tras la administración de la vacuna "no se pueden considerar reacciones adversas" a dicho suero como tal hasta que no se confirme una relación causa-efecto tras su inoculación.
El texto de la AEMPS recoge todas las reacciones notificadas a los servicios sanitarios y explica cuáles han sido las más habituales, las menos comunes así como su diferenciación por grupos de edad. El informe destaca un total de 55.455 acontecimientos o reacciones adversas, de las que se consideraron graves 11.048 .
El número total de dosis inoculadas en España (hasta el 9 de enero de 2022) es de 80.109.445, lo que corresponde a 40,2 millones de personas inmunizadas. Los cálculos del organismo indican que la media de acontecimientos adversos es de 13,7 por cada 100.000 habitantes.
Parestesia y mielitis transversa
Por primera vez la AEMPS ha mencionado la parestesia y la mielitis transversa como posibles efectos adversos tras la vacunación. La parestesia es un trastorno de la sensibilidad que provoca sensaciones raras sin un estímulo previo, como un hormigueo por ejemplo. Puede desarrollarse en todo el cuerpo.
En todo el mundo se han notificado menos de 1.500 casos de parestesia y en España un total de 158. Un fenómeno que la AEMPS ha catalogado como posible efecto adverso tras la vacunación con Moderna, aunque precisa que es un efecto inusual. En los casos reportados ha aparecido alrededor de los 3 días tras la vacunación.
En cuanto a la mielitis transversa, es un trastorno neurológico que inflama los lados de la médula espinal y puede dañar la capa que protege las fibras nerviosas, provocando así debilidad en las extremidades, desajustes sensoriales o problemas funcionales en zonas como la vejiga o los intestinos.
Por el momento el Comité Europeo de Farmacovigilancia (PRAC) no ha podido confirmar una relación causal entre este síndrome y la administración de la vacuna de AstraZeneca o de Janssen, pero tampoco la descarta, aunque el número de casos es bajo.
En general se han reportado 13 en todo el mundo y en España se ha registrado 1 caso que cumplía con los criterios, por lo que la AEMPS ha decidido comunicarlo como un posible efecto secundario adverso y ha aconsejado buscar atención inmediata si tras la vacunación se empiezan a desarrollar síntomas compatibles.
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