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¿Y del ajuste del gasto, qué?

jueves 10 de febrero de 2022, 09:16h

Que la situación económica por la que está atravesando España es más que delicada, no hace falta argumentarlo porque, quién más quién menos, está notándolo en cabeza propia. Basta con acudir al supermercado, a la gasolinera, ver cada mes los recibos de la luz, el gas o el del alquiler de la vivienda para llegar a tan evidente y generalizada conclusión.

Vamos, que con el mismo sueldo –y eso en el gozoso caso de haber podido conservar el puesto de trabajo en esta crisis -, cada vez se pueden comprar menos cosas porque todo ha subido tres o cuatro veces más de lo que se ha incrementado el salario en el último año.

Así las cosas, no parece que haya un recetario universal para volver a encauzar las economías. En Alemania o en Italia, pongamos por caso, se ha decidido bajar impuestos para reactivar el consumo de la población y así ayudar a saltar el bache de la crisis.

En España, por el contrario, el gobierno ha proyectado dar un hachazo fiscal que, no solo va a afectar a quienes más tienen -grandes fortunas y empresas de gran tamaño-, sino que va a dejar temblando también y, sobre todo, a las economías de la clase media.

El prestigioso Instituto de Estudios Económicos (IEE) ha presentado estos días su «Libro blanco para la reforma fiscal» -que, probablemente, no será ni siquiera considerado por María Jesús Montero, la ministra de Hacienda-, en el que han glosado sus observaciones 60 especialistas en fiscalidad del ámbito académico y profesional. La conclusión a la que han llegado no es precisamente alentadora ya que la subida de impuestos que pretende impulsar la ministra de Hacienda reducirá el PIB en 60 000 millones y costará al mercado de trabajo un millón de empleos.

Para el presidente del IEE, Íñigo Fernández de Mesa, todavía «hay margen para una reducción selectiva de impuestos con escasa recaudación y elevada distorsión en la economía». Por eso pidió la eliminación del Impuesto sobre el Patrimonio, que constituye una «excepción en el derecho comparado», y planteó que el de Sucesiones debería establecer un tipo máximo del 15% de gravamen para «garantizar el contenido esencial del derecho constitucional a la propiedad y a la herencia y adecuarlo a lo que rige en Europa».

Fernández de Mesa se ha mostrado también en contra de una armonización fiscal entre comunidades autónomas al considerarla un “subterfugio” para una subida adicional de impuestos, así como la conveniencia de reducir las cotizaciones sociales, lo que en su opinión permitiría crear más empleo.

Las grandes fortunas –en contra de lo que predica el gobierno Sánchez-, no se han echado a temblar ante las nuevas perspectivas fiscales. De hecho, los mayores dueños de las sociedades de inversión de capital variable (las famosas SICAV), van a mantenerlas y adaptarlas al nuevo régimen que entró en vigor el primer día de este año para seguir tributando al 1%. Otros, por el contrario, habrán de optar entre disolverse, convertirse en sociedades anónimas o transferir su dinero a un fondo convencional.

Hay alternativas

Pero, además del aumento de la fiscalidad, los gobiernos tienen, también y tradicionalmente, una vía paralela y alternativa, la de reducir el gasto, es decir, ajustarlo, identificar aquellas partidas que sean susceptibles de bajar sustancialmente su presupuesto y hacerlas más eficientes e, incluso, eliminarlas.

El ejemplo típico de esta alternativa es la de reducir el número de ministerios, y con ellos los organismos que llevan aparejados –secretarías de estado, direcciones generales, institutos, etc.-. Alemania, por ejemplo, también con gobierno de coalición entre socialdemócratas y verdes, tras la salida de Angela Merkel, ha echado a rodar con solo 14 ministerios, mientras que el gobierno de Pedro Sánchez cuenta con 23 (con cuatro vicepresidencias y 18 ministerios), algunos de los cuales están siendo permanentemente puestos en solfa por su más que dudosa eficacia (léase Consumo, Igualdad o Derechos Sociales y Agenda 2030).

La gran cantidad de asesores –los llamados ‘fontaneros’- que lleva aparejada una administración tan engordada acaba constituyendo una verdadera legión. Son asesores y técnicos de confianza del presidente y sus ministros cuya labor principal consiste en no discutir nunca proyecto u orden de sus respectivos ministros como, posiblemente, harían los técnicos superiores de la administración del estado, que es a quienes habría de encomendársele este tipo de cuestiones.

Así las cosas, y según los registros oficiales de personal a julio de 2021, el gobierno Sánchez cuenta con 785 asesores, una cifra nunca antes alcanzada por un gobierno español. Son 137 más que el gobierno que ostentaba el récord de asesores nombrados a dedo, que lo tenía su compañero de partido, José Luis Rodríguez Zapatero. En el caso de los gobiernos populares, el número más alto lo tiene Mariano Rajoy con 599 asesores, es decir, 186 menos que Sánchez.

Puede argumentarse que, en el conjunto de unos Presupuestos Generales del Estado, todos estos son temas menores. Creemos que no es así, pero, en todo caso, desde el gobierno de la nación no se escucha a un solo ministro hablar de conceptos como “reducción del gasto”, de ajustes en sus áreas respectivas de gobierno y de incremento de la eficiencia y la productividad.

Si piensan que vamos a salir de la crisis solo a base de incrementar la fiscalidad en todos los ámbitos, están muy equivocados. Lo malo es que las consecuencias del error no las van a pagar ellos, sino que seguiremos pagándolas los mismos, los ciudadanos de a pie contribuyentes de hoy y los ciudadanos contribuyentes de mañana. O lo que es lo mismo, que seguiremos endeudados durante generaciones y, desde luego, mucho más pobres cada día.

José-Miguel Vila

Columnista y crítico teatral

Periodista desde hace más de 4 décadas, ensayista y crítico de Artes Escénicas, José-Miguel Vila ha trabajado en todas las áreas de la comunicación (prensa, agencias, radio, TV y direcciones de comunicación). Es autor de Con otra mirada (2003), Mujeres del mundo (2005), Prostitución: Vidas quebradas (2008), Dios, ahora (2010), Modas infames (2013), Ucrania frente a Putin (2015), Teatro a ciegas (2017), Cuarenta años de cultura en la España democrática 1977/2017 (2017), Del Rey abajo, cualquiera (2018), En primera fila (2020), Antología de soledades (2022), Putin contra Ucrania y Occidente (2022), Sanchismo, mentiras e ingeniería social (2022), y Territorios escénicos (2023)

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