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Docentes y expertos, en contra de retirar las mascarillas en las aulas: "Es prematuro"

Docentes y expertos, en contra de retirar las mascarillas en las aulas: 'Es prematuro'
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(Foto: SEK)
Por MDO
sábado 26 de febrero de 2022, 11:13h

Desde el comienzo de la pandemia se han convertido en un elemento esencial en el día a día de todo ciudadano. Quirúrgicas, FPP2, de tela o incluso personalizadas, las mascarillas acompañan desde hace casi 24 meses a la población en su rutina diaria.

Sin embargo, a pesar de que su uso se ha normalizado por completo entre la sociedad, muchos ya intentan pronosticar cuando se procederá a su eliminación de forma definitiva.

El progresivo descenso de la curva de contagios en esta sexta ola ha propiciado que, desde el pasado 10 de febrero, la mascarilla haya dejado de ser de uso obligatorio tanto en espacios exteriores como en los patios de los centros educativos.

Una medida que ha supuesto no solo un avance en la lucha contra el virus, sino un alivio para muchos, especialmente para los más pequeños de las casas. Aunque la implantación de esta medida ha sido recibida como agua de mayo para la gran mayoría, algunos sectores apuestan por dar un paso adelante y plantean ya la retirada progresiva de esta medida de protección en ciertos espacios cerrados, como las aulas escolares.

Así lo ha anunciado la Asociación Española de Pediatría (AEP), que ha lanzado una propuesta basada en la eliminación de la mascarilla en el interior de las aulas de forma progresiva, acompañada de un refuerzo en los protocolos de ventilación y siguiendo un orden cronológico y por grupos de edad.
Esta medida supondría iniciar la retirada a finales de febrero con los alumnos de primero y segundo de Primaria y continuar con el resto de los cursos las siguientes semanas, monitorizando así su impacto en el número de contagios que se produjeran durante los siguientes 14 días. De este modo, la desescalada continuaría con los estudiantes de tercero y cuarto curso a mediados de marzo y los de quinto y sexto a finales de mes. Tal y como afirma el coordinador del Grupo de Trabajo de la AEP, Quique Bassat, la evidencia para lanzar esta propuesta se basa en la mínima diferencia en el número de contagios entre los niños de cinco años, que no llevan mascarilla en el interior de las aulas, y los de seis, que sí la utilizan.

"Sería perverso pensar que estamos experimentando con los niños"

Desde esta sociedad científica confían en que se trata del momento idóneo para dar este paso al frente y liberar por fin a los niños de esta obligatoriedad, sin llegar a pensar que pueda tratarse de un mero experimento con los más pequeños. “Yo creo que sería muy perverso pensar que estamos experimentando con los niños. Estamos liberando a la población más vulnerable de algo que no es fácil. Con todas las infecciones que ha habido, los niños han sido los principales portadores y con el Covid-19 se pensaba que iba a ocurrir lo mismo. Se pensaba que los niños podrían expandirlo y crear contagios masivos a adultos, pero se ha visto que no. No es experimentar, sino liberar de algo que ya no es tan importante como al principio de la pandemia”, explica Concha Bonet, miembro del Grupo de Reapertura de la Escolarización de la AEP.

Una propuesta que califican de “valiente” y sobre la que destacan la necesidad de ser implementada en los grupos de edad más pequeños, ya que son los que menos cuadros graves sufren en caso de contagio por coronavirus.

Sin embargo, a pesar de que se muestran seguros de la propuesta emitida, desde la AEP confiesan que no habría inconveniente en dar un paso atrás en caso de percibir un aumento en los contagios a consecuencia de la retirada de esta medida de protección. “La vida es incertidumbre, no podemos pensar que tenemos todo atado. Si a la población se le explica por qué se hace esto, cuáles son las consecuencias o que los niños no se van a contagiar masivamente, parece bastante seguro intentarlo. Esto puede dispararse otra vez, pero si vemos que se dispara se para y se acabó”, explica Concha.

Los padres reclaman unidad y evidencia científica

La eliminación de las mascarillas en las aulas supondría no solo una liberación para los alumnos, sino también una mejora para su aprendizaje. Tal y como señalan desde la AEP, el uso de mascarilla afecta de forma negativa a los niños, que precisan de una comunicación verbal y un contacto directo con los docentes. “Para los profesores es difícil llevar mascarilla a la hora de comunicarse y entenderse con los alumnos. Esto puede condicionar y crear alteraciones en el aprendizaje, sobre todo en la pronunciación, ya que es importante que vean algunos gestos con la boca o la colocación de la lengua”, añade.

"No puede ser que una comunidad sí y otra no"

Ante la propuesta, surge la duda sobre si es conveniente o no retirar la mascarilla en el interior de un espacio ocupado principalmente por niños, el grupo de edad con el índice de vacunación más bajo. En la Comunidad de Madrid, el porcentaje de vacunados entre los 5 y los 11 años con al menos una dosis se sitúa en un 46,7%. La medida, en caso de llegar a materializarse, sería recibida de forma muy positiva no solo por los más pequeños, sino también por sus progenitores.

Tal y como cuentan desde la Federación de la Comunidad de Madrid de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado (FAPA), se trataría de “un paso muy importante” pero que solamente debería llevarse a cabo si está fundamentado en la opinión de expertos. “Nosotros pedimos que esté avalado por los expertos en la materia. Una vez que esté avalado y se pueda producir, entenderíamos que es el principio del fin, es decir, salir ya del momento de pandemia que todos estamos viviendo. Es importante que se explique bien cómo se va a proceder”, explica Mari Carmen, directora de FAPA. Una decisión firme, probada, que aporte seguridad a las familias y que sea unitaria para todos los territorios regionales. “Tiene que haber unidad. Entendemos que todo tiene que tener un proceso de desescalada, pero no puede ser que en una comunidad sí y otra no. El virus no entiende de comunidades. Se tiene que aplicar cuando sea una decisión firme y se pueda producir en todas las comunidades”, añade.

Sin embargo, al igual que ha ocurrido con el plan de vacunación, no todos los padres podrían estar de acuerdo en apoyar que su hijo acuda a la escuela sin hacer uso de la mascarilla. Una situación que podría generar controversia y debate y la no efectividad de esta medida, en caso de haber niños con y sin mascarilla en el interior de las aulas. “Hay miedo por el desconocimiento. El virus genera miedo y rechazo y es lógico. El miedo es respetable. Hay familias que tienen gente de riesgo en sus hogares y es normal que tengan miedo, pero luego tenemos las familias que están deseando que se la quiten”, cuenta.

Los expertos califican la propuesta de "prematura"

Mientras que los pediatras abogan por el avance hacia el futuro y los padres afrontan la posible medida con aceptación y cierta incertidumbre, los expertos en la materia se muestran contrarios a una propuesta que consideran ser fruto de la impaciencia de la sociedad provocada por la acción del virus.

“La mascarilla no tiene sentido para proteger a los niños, porque van a desarrollar un cuadro leve, pero sí tiene sentido para cortar la transmisión y que deje de haber casos que pueden ser potencialmente más graves, como por ejemplo de familiares. El sentido que tendría mantener las medidas como las mascarillas sería no tanto proteger a los niños sino intentar erradicar la expansión del virus en la comunidad”, cuenta Víctor Jiménez Cid, catedrático de Microbiología de la Universidad Complutense de Madrid.

“Creo que es prematuro con la incidencia que hay ahora mismo"

La propuesta de la AED es entendida por estos profesionales como una “bajada de guardia” que podría llegar a suponer “un riesgo de que se siga transmitiendo el virus”. “Creo que es prematuro con la incidencia que hay ahora mismo. Si somos más estrictos con las barreras de protección la curva bajará más rápido y si no, será más paulatina. Desde el punto de vista de controlar la transmisión, es pronto para plantear esto”, asegura.

Tal y como afirma este experto en microbiología, España aún cuenta con una incidencia demasiado alta como para comenzar a eliminar este tipo de medidas que han demostrado ser vitales para frenar el aumento de contagios. “Si el objetivo fuera frenar la transmisión, habría que mantener estas medidas hasta que la incidencia acumulada estuviera a un nivel epidémico más bajo, como 50 o 100 casos por cada 100.000 habitantes”.

Otro de los sectores que se ha mostrado en contra de aprobar esta propuesta es el de los docentes, que aseguran mostrarse “preocupados” ante la posibilidad de comenzar a prescindir de la mascarilla en el interior de las aulas. “Las aulas son espacios cerrados, con mejor o peor ventilación, pero son espacios donde hay muchos alumnos sin vacunar. En Primaria aún no tienen la pauta completa y otros, a lo mejor, sus padres han decidido no vacunarlos.

Los alumnos interactúan con el profesorado y les cuesta mantener la distancia. Hay preocupación en el profesorado por el riesgo de contagio”, explica Esteban Serrano, secretario de la organización ANPE-Madrid. Tal y como afirma el representante de este sindicato independiente al servicio del profesorado de la enseñanza pública, no se puede permitir que se convierta a los alumnos en “conejillos de indias” y que se “experimente” con ellos como un paso previo a la implantación de esta medida en otros espacios. “No queremos que se pruebe a ver cuál es la respuesta de la población. Creemos que no es adecuado. No se pueden hacer pruebas con la salud. Considero una barbaridad hacer pruebas de este tipo porque se va a perder toda la credibilidad. Se está jugando con la salud, que es algo muy serio”.

La Comunidad de Madrid, partidaria de eliminarla

La propuesta también ha generado polémica entre los diferentes gobiernos autonómicas. A pesar de que algunas comunidades como Madrid, Cataluña o Cantabria se han mostrado favorables a poner fin al uso de mascarilla en las aulas, otras como Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Murcia, Baleares, Asturias, La Rioja, Extremadura, Aragón y Castilla y León consideran que aún es pronto para aprobar la retirada.

El consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, aseguró que la propuesta de la AEP “tiene mucho sentido” y que se trata del siguiente paso que se iba a seguir desde el gobierno regional. Sin embargo, a pesar de lanzar estas declaraciones, tal y como ha podido saber Madridiario a través de fuentes de la Consejería de Sanidad, la propuesta no ha sido llevada, por el momento, a la Comisión de Salud Pública y no se prevé que se vaya a plantear a corto plazo, aunque aseguran que es importante comenzar a "abrir el debate".

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