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Pedro Sánchez y el cardenal Juan José Omella
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Pedro Sánchez y el cardenal Juan José Omella (Foto: Moncloa/ Fernando Calvo)

Víctimas de abuso sexual infantil en la Iglesia madrileña: "Exigimos verdad, reconocimiento y reparación"

lunes 28 de febrero de 2022, 12:46h

El de Fernando García-Salmones es solo uno más de los tantos casos de abuso sexual infantil que han tenido lugar en el seno de la Iglesia católica madrileña a lo largo de las últimas décadas. De familia profundamente católica, tenía solo 14 años cuando fue violado, en repetidas ocasiones, por un sacerdote y profesor de religión en el colegio Claret de Madrid. Más de 40 años después y tras incontables sesiones de terapia, Fernando se siente preparado para contar su historia y denunciar públicamente el calvario que padeció para que ningún otro niño tenga que volver a sufrir una situación similar en silencio. "Estamos consiguiendo que salga a la luz y que se escuche nuestra voz, pero en aquella época era más fácil que creyeran a un sacerdote que a mí. Contarlo cura", asegura con entereza.

Corría el año 1975. Fernando era un niño tímido, retraído y algo solitario. Al contrario que su hermano gemelo, no jugaba a fútbol con el resto de niños del patio. La escena atrajo rápidamente la atención del "depredador", quien invitó al joven a su cuarto para que no estuviese solo. Valiéndose de la indefensión del menor, los abusos se prolongarían durante los siguientes dos años. "Sabía manejar perfectamente mi culpa. Me decía que si no volvía al día siguiente se lo contaría a mis padres. Entonces creía que el malo era yo, lo que me generó un gran aislamiento", explica la víctima.

Las consecuencias del abuso le acompañaron durante largos años, condicionando su desarrollo y la forma en que concebía las relaciones sexuales. "Algo tan increíble como el sexo entra de una forma traumática en tu vida. Te rompe la inocencia quien se supone que debía cuidarla. Pasas a asociar la sexualidad con la culpa y, por supuesto, disocias la sexualidad del amor. Empiezas a desconfiar de todo el mundo. Así, tu vida, que era feliz y bonita, se transforma en una carga muy dura. No todo el mundo logra superarlo. Hay personas completamente destruidas por esto...", narra Fernando.

Evolución política

Ante la pasividad de buena parte la jerarquía eclesiástica, PSOE y Unidas Podemos continúan trabajando en la fórmula idónea que permita esclarecer los tan sonados casos de abuso sexual infantil en la Iglesia. Los socialistas, con Pedro Sánchez a la cabeza, abogan por una comisión independiente de expertos, víctimas, miembros de la propia institución y liderada por el Defensor del Pueblo, Ángel Gabilondo. Además, las buenas relaciones que mantienen en la actualidad Gobierno y Conferencia Episcopal facilitarían la colaboración de la Iglesia en el estudio. La formación morada, junto a otros partidos con representación parlamentaria como EH Bildu y ERC, apuestan más bien por una comisión de investigación en el seno de las Cortes.

En paralelo, las víctimas se encuentran inmersas en pleno debate para dirimir que modelo resulta más adecuado. Buena parte de ellas se muestra reticente a comparecer en sede parlamentaria y considera que una comisión a puerta cerrada evitaría en gran parte un "circo mediático" desmedido. Otras, por el contrario, ven necesario atraer el foco para alcanzar una solución que dé respuesta a sus reivindicaciones históricas: verdad, reconocimiento y reparación. Fuera como fuese, la opacidad en una cuestión tan delicada como es la pederastia en la Iglesia parece tener los días contados en nuestro país.

Desde la Asociación Infancia Robada (AIR), primera agrupación de víctimas de abusos en la Iglesia española, celebran “cualquier iniciativa que traiga consigo ilusión y esperanza para aquellos que han sufrido este tipo de abusos” y, al mismo tiempo, contribuya a acabar con esta “lacra”. También que el tema “deje de ser tabú”, que “se rompa el silencio que tanto daño ha hecho a los afectados” y que estos obtengan por fin “los derechos que merecen”. Solo así, añaden, es posible “cerrar el círculo y seguir con unas vidas que hoy están rotas”.

En el ámbito regional, AIR lamenta una postura menos participativa que la del Ejecutivo nacional. Así, sostienen que el Gobierno de Isabel Díaz Ayuso debería seguir la estela aperturista del cardenal Osoro, arzobispo de Madrid, y, desde una perspectiva transversal, abrir las puertas a las víctimas. “Hablan de una Iglesia perseguida. ¿Qué sentido tiene? Aquí lo único que hay son niños destruidos por esa Iglesia. No se trata de pecados, sino de delitos. Necesitamos una solución y la necesitamos ahora. Ya no vale con el silencio. Tampoco mirar hacia otro lado. Es hora de que empiecen a tomarse este tema verdaderamente en serio”, argumentan.

Comisión independiente

A petición de la Fiscalía General del Estado, la Fiscalía de la Comunidad de Madrid ha remitido en los últimos días un procedimiento judicial abierto sobre un sacerdote católico por supuestos delitos de abuso sexual a un menor, prostitución, exhibición sexual y descubrimiento de secretos en Alcalá de Henares. En esta línea, se han constatado dos investigaciones más abiertas en la capital. Por un lado, la de un profesor de gimnasia que trabajaba en un centro religioso. Por otro, el caso de un exalumno de un centro religioso que desconoce si el presunto abusador era o no sacerdote. Asimismo, el área de Getafe-Leganés alberga otra investigación a un profesor de religión por un presunto abuso a una menor de solo cuatro años.

Aunque la Conferencia Episcopal había descartado la creación de una comisión independiente para investigar los abusos al consideran que los instrumentos actuales, tales como las oficinas de protección de menores y atención a las víctimas, eran “suficientes”, la propia Iglesia ha decidido ahora someterse a una auditoría independiente de la mano de la firma Cremades & Calvo Sotelo. Durante los próximos doce meses, el despacho abrirá un cauce particular para recibir denuncias, revisará los procedimientos jurídicos pasados y presentes y colaborará con las autoridades para ayudar a esclarecer los hechos y establecer un sistema de prevención que satisfaga las demandas de la ciudadanía.

A través de esta iniciativa, el presidente de la Conferencia Episcopal, Juan José Omella, ha afirmado que la Iglesia “quiere dar un paso adelante en su obligación de transparencia social, de ayuda y reparación a las víctimas y colaborar con las autoridades en los casos de abusos sexuales a menores que afectan a la sociedad española". No obstante, las víctimas dudan de la independencia del bufete encargado de llevar a cabo la auditoría. "Nos sorprende mucho esta propuesta porque llaman investigador independiente a una firma que pertenece al Opus Dei. ¿Qué tiene de independiente? ¿Encargarías estudiar a la mafia a Vito Corleone?. Solo quieren lavar su imagen", afirman.

Proyecto ‘Repara’

La archidiócesis de Madrid es una de las pocas en todo el país que hace público el número de casos de abuso de los que tiene constancia. El dosier de 2021, publicado en los compases finales del mes de enero, incluye hasta diez denuncias contra sacerdotes y religiosos. La mitad de ellas en menores de edad y dos en la propia diócesis de Madrid. No obstante, los casos podrían ser más, y es que la Conferencia Episcopal ha facilitado información relativa a otros ocho casos de abuso recopilados por el diario El País. En la actualidad, la archidiócesis se encuentra investigando cada caso y, de confirmarse, los incorporarían a los anteriores.

Conscientes de la existencia de una problemática real y que permanece vigente en nuestros días, desde el Arzobispado de Madrid se ha puesto en marcha el proyecto ‘Repara’, una iniciativa pionera y que vio la luz en el año 2020 con dos pilares fundamentales: atender a las víctimas, tanto desde un punto de vista psicológico como jurídico, y prevenir la aparición de nuevos casos de abuso a través de la formación en el seno de la comunidad religiosa.

A lo largo de 2021, ‘Repara’ ha acompañado a un total de 72 víctimas directas de abuso, con independencia de si el agresor pertenece o no a la Iglesia católica. Asimismo, se ha brindado atención a 31 familiares, los conocidos como víctimas de segundo orden, e incluso a cinco agresores. También se han efectuado 80 intervenciones puntuales y consultas, sobre todo por vía telefónica y mail. En suma, más de 700 sesiones de acompañamiento y escucha totalmente gratuitas que un equipo multidisciplinar formado por psicólogos, profesionales de la escucha, expertos en duelo, victimología y trabajadores y educadores sociales llevan a cabo en la sede de Cáritas, en la calle López de Hoyos de la capital, durante varios meses.

Entre las principales dificultades con las que se encuentran en Repara, la coordinadora del área de atención, Lidia Troya, destaca la aceptación del abuso y su papel de víctimas. "La mayoría sufre el abuso en silencio, sin revelar a nadie lo que han padecido durante años. No se atreven a contar, porque la culpa y la vergüenza las invade o las acusa directamente, porque están confusas o porque temen no ser creídas. Normalmente, aunque llamen y pidan ayuda, les cuesta mucho decidirse. Poner la palabra abuso y reconocerse víctima es muy doloroso, de hecho, hay quienes no lo nombran directamente hasta más adelante", expone.

Por si esto fuera poco, "la reparación es muy difícil. Hay quien dice que los abusos sexuales constituyen la cima del Everest del sufrimiento humano. El nivel de daño es muy profundo y más cuando los abusos han sido provocados por alguien perteneciente al círculo afectivo, emocional y de sentido de la víctima. Hay personas que, tras el horror sufrido, no tienen miedo a la muerte, sino a la vida. La mayoría de las víctimas, incluso años después, necesitan restablecer, con un acompañamiento adecuado, su salud psíquica, emocional y espiritual", concluye Troya.

El segundo pilar de ‘Repara’, la prevención, se apoya fundamentalmente en la formación a sacerdotes, en torno a 600, otros agentes del pastoral, unos 200, directivos y docentes de los colegios diocesanos y alumnos del Seminario Conciliar. A lo largo del pasado curso se han ofrecido sesiones de formación y trabajo presencial para religiosos, dos cursos online a través de la Escuela Diocesana de Evangelizadores y sesiones específicas para personal educativo en las que se abordaron los aspectos fundamentales para actuar ante un caso de abuso. A este respecto, además, ‘Repara’ elaboró un vídeo explicativo y editó el dossier Por una cultura del encuentro’, con una tirada de más de 8.000 ejemplares y que fue enviado a todas las parroquias de la diócesis, así como a los colegios diocesanos y concertados. Con vistas al futuro, se plantea la celebración de un congreso diocesano que aborde buenas prácticas desde la perspectiva de las víctimas.

Para la Asociación Infancia Robada, el Arzobispado de Madrid y el proyecto ‘Repara’ son “un ejemplo a seguir” y “un espejo en el que el resto de la Iglesia debería mirarse”. Por desgracia, explican, también supone un “islote” dentro de la institución. “La mayor parte de los arzobispados funcionan como reinos de taifas en los que cada uno hace lo que quiere. La postura del Arzobispado de Madrid nos parece la más adecuada, tanto para las víctimas como para la propia Iglesia”, sentencian. De tal forma, continúan denunciando el “oscurantismo” y el “negacionismo” con los que las altas esferas han abordado históricamente la cuestión.

Desmontando “falsas creencias”

El pasado 14 de febrero, el Arzobispado de Madrid hizo público un vídeo que trata de desmontar las “falsas creencias” sobre los abusos sexuales a menores y que todavía hoy se dejan sentir en entornos eclesiales. El objetivo no es otro que poner fin a los prejuicios existentes y la estigmatización de las víctimas, situando la atención sobre ellas y no en torno al prestigio mal entendido de la institución.

Frente a quienes sostienen que las denuncias dañan a la Iglesia, ‘Repara’ argumenta que estas, lejos de ir en contra de los intereses de la institución, contribuyen a “afrontar y prevenir este tipo de situaciones”. A aquellos que defienden que los casos de abuso son cosa del pasado, les explica que, “aunque la mayoría de ellos se dan en el ámbito familiar, un único caso en la Iglesia ya son demasiados”, motivo por el que les atribuye una mayor gravedad. Finalmente, con respecto a las supuestas denuncias falsas, ‘Repara’ considera que son “fundadas” pues “quien se atreve a denunciar, atribuyéndose a sí mismo la etiqueta de víctima de abuso, tiene poco que ganar y mucho que perder”.

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