www.diariocritico.com

Análisis

¿Y si el pacto con Vox en Castilla y León es el primer paso para repetir la operación absorción de Ciudadanos?

Juan García Gallardo
Ampliar
Juan García Gallardo (Foto: Vox)
viernes 11 de marzo de 2022, 08:50h

Casi todos han dado por hecho que el acuerdo de legislatura en Castilla y León entre PP y Vox era un acto de claudicación de los 'populares', incapaces de conseguir una mayoría absoluta que les haga prescindir de la ultraderecha para mantener gobiernos.

Mañueco no ha podido lograr lo que Feijóo disfruta en Galicia, único gobierno autonómico del PP con mayoría absoluta, ni tener un mandato más cómodo, como Ayuso en Madrid o López Miras en Murcia.

Pero aunque el pacto de legislatura muestra que el PP tendrá que plegarse a las exigencias ultraconservadoras de Vox, como en asuntos de género e inmigración, podría ser el comienzo de algo más, y distinto a lo que se está apreciando.

El caso Ciudadanos

¿Y si el pacto con Vox en Castilla y León es el primer paso para repetir la operación absorción de Ciudadanos? Cuando en 2019 los naranjas de Albert Rivera lograron unos excelentes resultados electorales en la mayoría de regiones, se dio por hecho que el centro-derecha viviría una nueva era. Que Cs había llegado para quedarse y que en algunos lugares, incluso peligraba la hegemonía del PP en ese espectro politico.

Sin embargo, la resurrección del PP comenzó por su 'derrota': al aceptar a Ciudadanos como socios en sus gobiernos comenzó la 'operación absorción'. Los naranjas quedaron eclipsados y sus votantes apenas podían ya diferencias a uno y otro. Dicen los expertos en política que, cuando suceden fenómenos así, el partido más débil al final termina tapado por el fuerte y el votante termina por volver a votar a la fuerza mayoritaria, al entender que no se nota demasiada diferencia a la hora de depositar la papeleta.¿Recuerdan a UPyD?

En parte se equivocan, porque votar a estos otros partidos supone controlar desde dentro a las formaciones tradicionales del bipartidismo, PP y PSOE, acostumbradas desde hace décadas a hacer y deshacer a su gusto sin apenas control de terceros.

Podemos, Unidas Podemos o cualquier otra marca que usen en solitario o coalición, también sabe de lo que hablamos: en el Gobierno central ya apenas se les distingue, y lo notan en las encuestas.

La luz de Ciudadanos empezó a apagarse progresivamente entre 2019 y 2021, y en Madrid, pese a una labor que fue ensalzada por muchos, quedó eclipsado por Ayuso y su PP. Ha ocurrido en Castilla y León y todo apunta a que sucederá lo mismo en Andalucía, la otra gran comunidad autónoma con un gobierno entre 'populares' y naranjas.

Feijóo se va a estrenar con esta mala noticia para él, un primer gobierno con la ultraderecha, lo que ya ha merecido una bronca desde el PP europeo y un toque de atención. Pero esta noticia podría ser el comienzo de una nueva etapa estratégica para absorber al último partido incómodo que le queda en el electorado de derecha y centro-derecha.

En Andalucía, Juanma Moreno se niega por ahora, pero cuando toque votar a finales de año -presumiblemente-, verá que Ciudadanos ya no existe y que ni de lejos el PP llegará a la mayoría absoluta. Dicho de otra manera: tendrá que hacer lo que Mañueco, salvo sorpresa enorme o que el PSOE resurja. En Madrid, Ayuso, poco a poco, difumina la acción de Vox en Madrid y sigue recuperando votos para el PP.

Reunir a las familias

Aznar ya lo dijo hace años: el PP necesita volver a reunir a las familias liberales y ultraconservadoras en su seno, y evitar que hubiera 3 partidos distintos. Era, no lo decía sólo él, el gran problema para que volviera a haber un gobierno del PP en Moncloa. Mientras existiera tal división, el PSOE se beneficiaría continuamente.

Lo único que está en contra de Feijóo es el tiempo. A finales de 2023 tendrá que haber elecciones y para entonces puede que no haya conseguido eclipsar a Vox, pero si para entonces el próximo gobierno de la nación tiene que ser con presencia de los de Santiago Abascal, se confía en que sea la siguiente víctima de la 'operación absorción'. O lo que es lo mismo: que todas las formaciones que surgieron nuevas a lo largo de la década de 2010 vuelvan a su casa: Génova 13.

Vox, lógicamente, lo sabe. Y se hará notar para diferenciarse de cara al electorado. Por eso pide entrar en gobiernos. Pero tendrá que poner toda la carne en el asador para evitar otro 'caso Ciudadanos'.

¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios