Crítica de la obra de teatro 'Pundonor': rebelión en las aulas

Teatro de la Abadía. Quienes ocupan el patio de butacas se convierten, de pronto, en el alumnado de una clase universitaria en el mismo Buenos Aires y el escenario en una de sus aulas. La profesora (dramaturga, actriz, docente y codirectora de la propuesta junto a Rafael Spregelburd) es Andrea Garrote –Buenos aires, 1972-, autora y actriz en ‘Pundonor’.

Sobre el escenario, una clase de las de antes, sin tecnología sobre el estrado: una mesa, una silla y, al fondo, una gran pizarra de las de escribir sobre ella con tiza. La profesora, Claudia Pérez Espinosa, doctora en Sociología, irrumpe en clase después de haber faltado algunos meses por causas que el público va a conocer muy pronto. Se enfrenta al expectante alumnado –el público-, secretamente deseoso de un nuevo y espectacular patinazo de la profesora.

Que no haya pizarra electrónica en clase no significa que los alumnos no vayan provistos de su arma más letal, el móvil, y que cualquier cosa que suceda dentro o fuera del estrado, no vaya a ser aireado al mundo entero a través de las redes sociales en cuestión de segundos. Un reto al que hoy se enfrentan todos los docentes y que, si no les resta autoridad académica, sí los condiciona extremadamente.

Desesperanzada, ácida, punzante y cuestionada por sus colegas, constantemente expuesta al juicio de sus alumnos -algunos de los cuales ya han pasado por allí, aunque, al final, no se han examinado-, Claudia comienza dubitativa la clase, pero, poco a poco, se va liberando de prejuicios y se enfrenta a todos con su mejor arma, el humor. Humor del que no se libran tampoco ni el filósofo sobre el que se centra la clase, el francés Michel Foucault, ni los escritores e intelectuales sobre los que también apoya su discurso, Camus, Derrida o Rilke.

Pero la clase universitaria no es, ni mucho menos, un rollo macabeo accesible solo a las mentes cultivadas y repletas de referencias culturales y bibliográficas. Todo lo contrario, sobre el encerado se fijan conceptos y la profesora Pérez Espinosa centra en sí misma y su adversa y amarga experiencia académica reciente todos los asuntos que ocupan y preocupan a Foucault: la mirada de los demás, la influencia recíproca entre el observador y el observado, el libre albedrío, el individuo ante el poder, su relación con las instituciones sociales…

La disertación es una pura delicia y los recursos actorales en los que se apoya Andrea Garrote convierte, de verdad, al espectador en un alumno que revive -si ya ha pasado por las aulas universitarias-, o conoce –si no lo ha hecho-, una de esas clases que dejan huella al alumno porque el profesor no es un ser distante e inaccesible, sino frágil, humano y tan mortal como cualquiera de sus alumnos.

Con clases así y con asuntos tan medulares como estos (el poder, sus mecanismos de control, la libertad del individuo…), uno no dudaría en volver a acudir de nuevo a las aulas para volver a pensar y a pensarse.

¡Estupenda propuesta dramática! El único pero que se le puede poner -nada nuevo, en todo caso-, es su corta estancia en La Abadía, solo hasta el 20 de este mes. Adelante, pues, porque si te duermes en los laureles, es muy posible que tengas que sentarte fuera de los pupitres, incluso quedarte fuera, en el mismo pasillo. ¡Deliciosa, imperdible esta ‘Pundonor’ y su principal artífice, Andrea Garrote!

‘Pundonor’

Creación: Andrea Garrote

Dirección: Rafael Spregelburd y Andrea Garrote

Escenografía e iluminación: Santiago Badillo

Vestuario: Lara Sol Gaudini

Música original: Federico Marquestó

Una producción de Carolina Stegmayer en colaboración con el Teatro de La Abadía

Producción delegada y distribución: Carlota Guivernau

Teatro de la Abadía, Madrid

Hasta el 20 de marzo de 2022