Por Fernando Rodríguez/ David Martínez (Madridiario.es)
Convocados por la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional, cientos de pymes y miles de autónomos comenzaron el lunes un paro nacional indefinido para protestar por la escalada en el precio de los carburantes, sobre todo a raíz de la invasión rusa en Ucrania. Pese a no figurar en el Comité Nacional del Transporte por Carretera (CNTC), órgano que encabeza las negociaciones con el Gobierno, ni contar con el apoyo de las grandes patronales, como la Asociación de Empresas de Transporte de Mercancías por Carretera de la Comunidad de Madrid (CETM), los trabajadores han optado por iniciar las movilizaciones frente a la "gravísima" situación del sector y contra unas condiciones laborales que califican de "inadmisibles".
Tal y como afirman algunos miembros de esta organización, los paros han sido secundados por el cien por cien de los autónomos y pymes y tras dos jornadas completas de huelga ya han comenzado a sumarse grandes empresas. “Hoy mismo se ha conseguido un paro total en algunos lugares como en el puerto de Valencia y a nivel general está parado a un 90 por ciento”, cuenta Álvaro Órtiz, miembro de esta agrupación.
Uno de los principales objetivos que pretenden alcanzar los transportistas es lograr no trabajar por debajo de los costes de explotación, una situación que a día de hoy continúa sucediendo y que, señalan, se trata de una ilegalidad. “Con no poder trabajar por debajo de costes, el problema de la subida del precio de los carburantes ya estaría resuelto. Si uno de los costes es el gasóleo y el incremento es superior al cinco por ciento, hay que regularizarlo. Si la administración aplica bonificaciones o hace unos descuentos en los impuestos sobre el carburante, los costes de explotación bajan. Con esa medida la subida de carburantes ya estaría reflejada en esa tabla”, explica a Madridiario.
Entre otros reclamos y peticiones de los profesionales de este sector destacan que las formas de pago no sean superiores a los 30 días, que se produzca una reducción en la edad de jubilación a los 60 años, que los accidentes de tráfico sean considerados como accidentes laborales y que la carga y descarga no sea por cuenta de los conductores. Además, otra de sus principales demandas es que el Estado se haga cargo de la vigilancia en las áreas de descanso y polígonos y poder así evitar los habituales robos.
Sin embargo, estos paros no han sido secundados por todas las empresas del sector. Para Álvaro, este rechazo a la huelga por parte de algunas agrupaciones se debe principalmente a que dichas entidades están bajo el amparo del Comité Nacional. “Nosotros no nos vemos representados por el Comité Nacional. Quien negocia sobre nuestra situación serían nuestros cargadores. Es como decir que tus condiciones laborales las va a negociar con el Ministerio de Trabajo tu propio jefe. Es decir, quien me da a mi la faena es quien me va a representar y las negociaciones, evidentemente, no van a ser en relación a las necesidades que yo necesito. Como dice el refrán, siempre se va a barrer para casa”, cuenta.
Por ello, desde la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional continuarán luchando por lograr una representación mayor y poder ser recibidos por las instituciones, con el objetivo de llegar a unos acuerdos “que no solo sean negociados por los miembros del Comité Nacional”. Mientras tanto, continuarán con los paros para mostrar a la ciudadanía las consecuencias que supone la paralización de las actividades relacionadas con el transporte de mercancías. “Que la ciudadanía sepa que si se llega a la falta de alimentos en supermercados o de materias primas en las fábricas es debido a que ninguna institución se ha puesto en contacto con nosotros para reunirse y tomar medidas”, explica.
El transporte de mercancías por carretera posee hoy en día un gran peso en el correcto funcionamiento del resto de sectores de nuestra economía. Mas aún en un país como España, donde el 95 por ciento del movimiento terrestre de mercancías y el 70 por ciento de las exportaciones a Europa se realizan por esta vía. Tanto es así que nuestro país cuenta con una flota de 360.000 camiones en circulación. No obstante, con el precio del gasóleo en máximos históricos y sin una intervención estatal más allá de las medidas aprobadas a raíz de las protestas del mes de diciembre, el futuro del colectivo se torna más incierto que nunca.
Desde la CETM-Madrid se rechaza la convocatoria de los paros
Con el gasóleo casi a dos euros por litro y con un incremento de su precio respecto al año anterior de casi un 50 por cierto, desde CETM-Madrid aseguran que la situación que atraviesa el sector del transporte debido a la crisis energética es “muy delicada”. En enero de 2021, el coste de combustible de un tráiler suponía en torno a los 3.000 euros al mes, mientras que a día de hoy asciende a los 4.500. Una diferencia de 1.500 euros por tráiler que, tal y como asegura el director general de la patronal madrileña, Jorge Somoza, supone que en la actualidad “la actividad del transporte prácticamente no tenga ningún tipo de rentabilidad”.
A pesar de coincidir en algunas demandas como la prohibición de que los conductores, tanto autónomos como asalariados, sean quienes se encarguen de realizar las labores de carga y descarga o atajar el problema de robos en las áreas de descanso, desde esta organización consideran que el paro indefinido “no es la solución en estos momentos” y solo contribuye a empeorar una “situación límite”. “Estamos viviendo episodios puntuales pero muy desagradables porque los piquetes en puntos muy concretos se están volviendo muy violentos y en este momento lo que reclamamos es el amparo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado para que se permita ejercer el derecho a trabajar y el libre ejercicio de la profesión”, explica Jorge Somoza a Madridiario.
En cambio, esta organización sí se ha sumado a la petición del Comité Nacional, que exige “medidas extraordinarias” como la aplicación obligatoria de la cláusula del carburante, la reducción de los tiempos de espera en las operaciones de carga y descarga, la competencia desleal y la implementación de sanciones contra la morosidad en el transporte “Estamos en un escenario en el que desgraciadamente se han precipitado los acontecimientos y hay que adoptar medidas extraordinarias adicionales que incidan directamente sobre el mercado y la fiscalidad de los carburantes”, explica Jorge poniendo como ejemplo la nueva medida adoptada en Francia, país que ha aprobado una ayuda de 15 céntimos por litro de carburante durante un plazo de 4 meses mediante ayudas directas.
El Gobierno se reunirá hoy con el CNTC
Tras dos días de paros indefinidos y de carácter nacional convocados por algunos profesionales del sector, el Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana anunció este martes la celebración de una reunión con los transportistas con el fin de abordar la situación en relación a la subida del precio de los carburantes. Dicha reunión, que tiene previsto celebrarse a lo largo del día de hoy, tiene como principal objetivo barajar una posible priorización de algunas de las medidas acordadas por ambas partes en las negociaciones del pasado mes de diciembre. Entre los pactos alcanzados en dichos acuerdos destaca la obligatoriedad de revisar de forma automática el importe que los clientes abonan a los transportistas. Sin embargo y a pesar de estos avances, el problema continúa residiendo, a día de hoy, en la existencia de algunos contratos vinculados a otro tipo de revisiones, además de otras medidas transitorias.
Por el momento y a falta de conocer los avances alcanzados tras la celebración de la reunión, el Gobierno tan solo ha apostado por aplicar una rebaja de impuestos sobre el precio de la energía, sin detallar si estas reducciones se aplicarán también a otros sectores. Sin embargo, a pesar de inclinarse hacia esta decisión, el Ejecutivo ha asegurado que no se descarta aplicar dichas medidas extraordinarias en otros sectores que pudieran verse también afectados por la inflación y la invasión rusa a Ucrania. Además, tal y como destacó la ministra de Transportes, Isabel Rodríguez, el principal objetivo de llevar a cabo estas medidas es establecer como principal requisito que la adopción de estos acuerdos se produzca en el ámbito europeo.
Escasez y desabastecimiento, ¿se notan ya en el súper?
Uno de los principales temores ante las jornadas de paro indefinido convocadas por la Plataforma para la Defensa del Sector de Transporte de Mercancías por Carretera Nacional e Internacional es el riesgo a un posible desabastecimiento. En los últimos días, los supermercados han ofrecido imágenes muy parecidas a los días previos al anuncio del Estado de Alarma provocado por la crisis sanitaria del Covid-19: estanterías vacías, falta de productos y carteles que obligan a limitar las compras en artículos específicos. Sin embargo, a pesar de este temor generalizado en la población, desde la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU) aseguran que no hay ningún tipo de problema de desabastecimiento provocado por la huelga de transportistas. “Yo estoy en contacto con todo el sector de la distribución desde ayer y lo que me transmiten es que hay pequeñas situaciones puntuales y locales, pero que a nivel generalizado no hay ningún tipo de problema”, explica el presidente de la CECU, Fernando Móner, a Madridiario.
Desde la confederación inciden en la necesidad de mantener la calma y piden “coherencia” a la población. “Con la invasión de Rusia estamos demostrando que todos queremos ayudar a los refugiados, pero luego nos bajamos al supermercado y llenamos el carro. Eso es una falta de solidaridad con el resto del mundo, con los vecinos y con las familias de nuestros amigos”, cuenta Fernando. Para ello, insisten en la necesidad de no dejarse llevar por la histeria y el terror y aconsejan mantener unas pautas de consumo responsable. “Si seguimos un ritmo de consumo igual al que tenemos, no vamos a tener problemas de desabastecimiento. Si tenemos problemas va a ser más provocado por la histeria y por nosotros mismos, y no tanto por la huelga de transportes”, concluye.
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