Los elevados precios de la energía están haciendo caer en picado la confianza de los consumidores y de los empresarios, agravando los problemas de la cadena de suministro que frenan la producción industrial. Ayer, el vicepresidente del BCE declaraba que su “impresión es que es que el crecimiento en el primer trimestre de este año será ligeramente positivo, tendremos un crecimiento muy bajo. En el segundo trimestre del año, mi impresión es que el crecimiento rondará cero". Añadió que es probable que se produzca algún repunte en el segundo semestre y que empiece a bajar en la segunda mitad del año. Por ahora, considera poco probable un escenario de estanflación.
A las elevadísimas cifras de inflación de Alemania y España publicadas el día anterior, ayer se unían las de Italia, con un aumento del 7% interanual y las de Francia, con una subida del 5,1%. Estos datos sugieren que el dato de inflación de la zona euro que se conocerá hoy será muy superior al 7%, superando las expectativas y situándose muy por encima del objetivo del 2% del BCE. Aunque la mayor parte del aumento se debe a los precios de la energía, el mercado laboral europeo también cuenta con la menor disponibilidad de mano de obra de las últimas décadas, lo que sugiere que las presiones subyacentes sobre los precios también están empezando a aumentar y que los salarios les seguirán tarde o temprano. Según datos publicados ayer, el desempleo en la eurozona descendió a un mínimo histórico del 6,8% en febrero y el BCE prevé un nuevo descenso. Hoy se publicará el dato de nóminas no agrícolas de marzo en EE.UU. en el que se espera que aumenten en 490.000 unidades desde las 678.000 del mes de febrero.
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