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Harto ya de estar harto

lunes 04 de abril de 2022, 09:24h

Algo parecido a la letra del Vagabundear de Joan Manuel Serrat ha debido rondar en los últimos meses por la cabeza del gran actor francés Alain Delon, cuando ha tomado la decisión de someterse a una eutanasia en Suiza, país donde “el acto deliberado de poner fin a la vida por voluntad expresa y con el objeto de evitar un sufrimiento” es completamente legal.

El "Harto ya de estar harto, ya me cansé de preguntar al mundo por qué y por qué” que cantaba el noi del Poble Sec, Delon lo ha reinterpretado en una carta escueta, amable y firme: “Me gustaría dar las gracias a todos los que me han acompañado a lo largo de los años y me han brindado un gran apoyo. Espero que los futuros actores puedan encontrar en mí un ejemplo no solo en el lugar de trabajo, sino en la vida cotidiana, entre victorias y derrotas. Gracias”.

Alain Delon en el GatopardoUna misiva que firma sesenta y dos años después de su primer gran éxito cinematográfico, A pleno sol, que le elevaría a la cúspide de la fama y que le convertiría en mito erótico de la pantalla, interpretando al villano, retorcido y maquinador Tom Ripley, el protagonista de cinco novelas de la escritora estadounidense Patricia Highsmith, bajo la dirección del francés René Clément.

Su figura se acrecentaría aquel mismo año de 1960 cuando, dejando a la espalda el pujante movimiento en su patria de la Nouvelle Vague, se sumerge en el neorrealismo italiano, poniéndose a las órdenes del cineasta Luchino Visconti, para rodar la película Rocco y sus hermanos, en la que vida a Rocco Parondi, el pilar moral y material que sostiene a una infortunada familia emigrante del sur de Italia en la durísima vida que le espera en la ciudad de Milán. La impactante música de Nino Rota empezaba para él a sonar de fondo.

En 1962 vuelve a trabajar con otro de los grandes del cine transalpino, El Eclipse, la última película de la llamada Trilogía de la incomunicación, donde interpretará a Piero, un atractivo y arrogante corredor de bolsa que seduce a Vittoria/Monica Vitti, novia de Riccardo/Paco Rabal.

Y un año después llega a lo que Nos, sin demérito de cualquier otra de sus interpretaciones, consideramos el cénit de tu dilatado recorrido cinematográfico.

De nuevo dirigido por Luchino Visconti rueda El gatopardo, la genial y lujosísima adaptación fílmica de la única novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, donde se encarga de pronunciar una de las frases más famosas y lapidarias de toda la cultura occidental.

Delon interpreta a Tancredi Falconetti, sobrino de Don Fabrizio Corbera, Príncipe de Salina, Duque de Querceta y Marqués de Donnafugata, a quien presta imagen y palabra un Burt Lancaster en el mejor papel de su carrera. Don Fabrizio es presentante y símbolo supremo de un modelo del gobierno absolutista del Reino de las Dos Sicilias, que contempla nostálgico, pero extremadamente digno y elegante, como su grupo social, la aristocracia, clase dominante durante siglos, se derrumba irremisiblemente ante el empuje incontenible de la incipiente pero pujante burguesía, que dará paso a la monarquía parlamentaria y liberal del Reino de Italia; un modelo novedoso pero que,en definitivas cuentas, no conseguirá transformar las estructuras profundas del poder.

Tancredi, un dandy que ha heredado de su padre títulos nobiliarios y ruina económica, intuye inmediatamente la oportunidad de ponerse al pairo de los nuevos vientos de cambio, y se enrola en el contingente de mil ochenta y nueve revolucionarios que, al mando de Giuseppe Garibaldi, han desembarcado en la Sicilia occidental.

Su tío, no consigue dar crédito a este súbito cambio de bando pero el sobrino se lo explica con toda naturalidad: “Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi”/ “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”.

La frase abre paso a ser una doctrina política conocida como “gatopardismo” o “lampedusianismo”, que se resume en cambiar todo para que nada cambie; en alterar la estructura superficial para que las más hondas raíces del poder se mantengan incólumes.

Para completar su proyecto, Tancredi intuye como fundamental integrarse en la familia de Don Calogero Sedàra, alcalde de Donnafugata, el pueblo donde el Príncipe de Salina posee una magnífica finca de recreo estival que, durante años, ha sido saqueada por el edil para invertir en el negocio de prestamos de usura, que le han convertido en inmensamente rico.

Don Fabrizio baila con AngelicaFinalmente, el plan consigue contar con la aprobación de Don Fabrizio, que se aviene a solicitar la mano de la hija de Don Calogero, Angelica/Claudia Cardinale. La formalización del acuerdo matrimonial tiene lugar en el salón de bailes de la lujosa villa y en el transcurso de una pieza bailable que en principio iba a ser un breve apunte melódico en la música de conjunto encargada una vez más al gran Nino Rota, pero un increíble azar da un vuelvo a las previsiones iniciales. Un amigo común de Rota y Visconti, Mario Senandrei, descubre en una librería de viejo la partitura de un vals de Giuseppe Verdi olvidada entre toneladas de papel impreso durante años. Nino realiza la orquestación y el baile entre Don Fabrizio y Angelica se convierte en uno de los momentos más brillantes de la película y quizá de toda la historia del cine.

La carrera cinematográfica de Alain Delon continuará por muchos tiempo con éxitos sin cuento y papeles memorables como el del frío, hermético y perfeccionista asesino a sueldo Jeff Costelo que encarna en El silencio de un hombre, de Jean-Pierre Mellville; el Jean-Paul felizmente casado con Marianne que de pronto ve convertida su piscina familiar en un mar turbulento de sospechas y celos en La piscina de Jacques Deray; o el de Robert Avranche, un alcohólico en plena crisis de los cuarenta que durante un tedioso viaje en tren conoce a una hermosa mujer que sorpresivamente le propone hacer el amor allí mismo, en la película Habitaciones separadas de Bertrand Biler , por la que Delon consiguió el Cesar al mejor actor, equivalente francés de los Oscar.

Tancredi alistado en los GaribaldinosDespués siguieron muchos otros éxitos y papeles, hasta que en 2019 decidió abandonar su carrera con la película Toute ressemblance de Michel Denisot.

Ahora, abril de 2022, Delon interpreta su postrer papel de eutanasiado. “Harto ya de estar harto, ya se cansó. Y desde ahora le veréis vagabundear entre el cielo y el mar. Aquí o allá. Qué más da, que más da. Aquí o allá".

Gran salón del palacio Valguarnera-GangiSi de verdad queréis encontrar a Alain buscadle en el gran salón del palacio Valguarnera-Gangi, donde fue rodada la memorable escena del vals. En la plaza Croce dei Vespri, no muy lejos de la plaza de San Doménico. Palermo, Sicilia, Italia. Allí sigue mirando atento como su tío hace girar a la que será su esposa a ritmo de tres por cuatro, convencido de que “Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie”.

Miguel Ángel Almodóvar

Sociólogo y comunicador. Investigador en el CSIC y el CIEMAT. Autor de 21 libros de historia, nutrición y gastronomía. Profesor de sociología en el Grado de Criminología.

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