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Crítica de la obra de teatro 'La bella Dorotea': resistir hasta casarse

Crítica de la obra de teatro 'La bella Dorotea': resistir hasta casarse

miércoles 27 de abril de 2022, 13:55h

Amelia Ochandiano recupera como directora de la pieza, un viejo texto de Miguel Mihura (Tres sombreros de copa, Ninette y un señor de Murcia, El caso de la mujer asesinadita…), ‘La bella Dorotea’, estrenada en 1963, que puede verse hasta finales de mes en la Sala Principal del madrileño Teatro Español.

En el reparto de la propuesta figuran Manuela Velasco (Dorotea), Raúl Fernández de Pablo (José Rivadavia, barítono en decadencia), Rocío Marín (Rosa, la graciosísima empleada doméstica), César Camino (Juan, feriante y buscavidas), y las tres amigas de la protagonista, Mariona Terés (Benita), María José Hipólito (Inés) y Belén Ponce de León (Remedios).

No es, desde luego, ‘La Bella Dorotea’ la obra de Mihura que menos embates ha sufrido por el paso del tiempo. Si los dimes y diretes del pueblo costero y norteño son de plena actualidad -y mucho me temo que lo sigan siendo en decenios venideros porque eso forma parte de la idiosincrasia patria-, no sucede otro tanto con esa obsesión por el matrimonio que, en nuestros días, posiblemente ha sido sustituida por todo lo contrario, es decir, por la persecución de la eterna soltería, y eso aleja un tanto al espectador del conflicto íntimo y social al que se enfrenta Dorotea cuando el mismo día de su boda se ve abandonada por el novio, que no resiste la presión de las gentes del pueblo al ser acusado de perseguir la dote de la novia más que su amor.

Dorotea, rebelde e independiente, decide quedarse vestida habitualmente con ese traje de novia que la dejó compuesta y sin marido, y se enfrenta así a una sociedad provinciana, encerrada en sí misma y cuyo deporte cotidiano consiste en la maledicencia y en el chismorreo sobre las vidas y milagros de los demás. Así, Dorotea resiste y vence porque un buen día llegan al pueblo norteño dos desconocidos (José y Juan) que acabarán haciéndose novios de la señorita Dorotea y de su empleada de hogar, Rosa, desbaratando así los prejuicios y las idioteces del pueblo, que ya las hacían entre solteronas para vestir santos y locas de atar.

Como en otras piezas de Mihura, son también aquí las mujeres las verdaderas protagonistas, a través de las cuales queda retratada una sociedad intolerante, represora, pazguata y que no para de mirarse al ombligo. Manuela Velasco es una Dorotea con -quizás-, exceso de racionalidad y un tanto falta de locura; Rocío Marín borda a la simpatiquísima Rosa, avispada, llena de sabiduría popular y abierta siempre a las sorpresas; y Mariona Terés, María José Hipólito y Belén Ponce de León son las tres amigas de la protagonista, que representan todas las faltas y obsesiones de las gentes del pueblo costero y norteño. Los dos actores doblan personaje. Raúl Fernández de Pablo hace de José y de Padre de Dorotea, mientras que César Camino, hace de Juan y de Tía de Dorotea.

La escenografía de Raúl García Guerrero presenta, por un lado, el salón de la casa de la protagonista y, en la segunda parte de la pieza, la cantina de la estación del pueblo, presidida por un gran reloj de estación que va marcando las horas, las idas y venidas de los trenes que muchos personajes ansían tomar para variar de vida y de situación. Con ella, la luz de Juan Gómez-Cornejo, el vestuario setentero de María Luisa Engel y el espacio sonoro y la videoescena de Jose Mor, contribuyen a crear la ilusión y la realidad en la que vive ‘La bella Dorotea’.

A la versión de Amelia Ochandiano le falta, a nuestro entender, un punto mayor de locura que pueda compensar una situación -esta de la frustración por no haber podido contraer matrimonio de la protagonista-, que hoy posiblemente no entiendan los jóvenes espectadores que, afortunadamente, han superado ya aquellas viejas perspectivas sociales que presentaban a la mujer como una perdedora si antes de los 30 no había conseguido llevar a ningún hombre al altar. Porque –hay que decirlo también-, una boda civil entonces no era ni una boda ni nada. Interesante.

‘La bella Dorotea’

Autor: Miguel Mihura

Dirección: Amelia Ochandiano

Reparto: Manuela Velasco, Raúl Fernández de Pablo, Rocío Marín, César Camino, Mariona Terés, María José Hipólito y Belén Ponce de León

Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo (AAI)

Diseño de espacio escénico: Raúl García Guerrero

Diseño de vestuario: María Luisa Engel

Diseño de espacio sonoro y videoescena: Jose Mora

Ayudante de dirección: Ana Barceló

Residencia de ayudantía de dirección: Virginia Rodríguez

Ayudante de escenografía: Juanjo González Ferrero

Ayudante de iluminación: Irene Cantero

Una producción de Teatro Español

Teatro Español, Madrid

Hasta el 1 de mayo de 2022

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