Alarma en Bilbao por un presunto asesino en serie

La Ertzaintza está investigando en Bilbao a un individuo que sospechan que ha matado a al menos 4 personas. Todas las víctimas son hombres que según las pesquisas de la investigación, se habrían citado con su asesino a través de una red social de contactos.

Según ha adelantado RTVE, el investigado ya está identificado por la policía vasca, aunque se encuentra en paradero desconocido. El caso está todavía bajo secreto de sumario, pero ha trascendido que las muertes ocurrieron entre septiembre y diciembre de 2021, aunque la investigación está examinando casos antiguos por si hubiera más conexiones.

Estas muertes (4 de momento) se catalogaron como muertes accidentales o súbitas después de encontrar los cadáveres en los domicilios, aunque en algunos se han encontrado restos de varias drogas que se suelen emplear para la sumisión química.

La Ertzaintza también está examinando los movimientos bancarios de las víctimas después de su fallecimiento, pues podría haber de fondo un móvil económico en los asesinatos.

El Observatorio LGTBI de la comunidad se ha hecho eco de la investigación y ha encendido todas las alarmas: "La defensa de los derechos fundamentales de muchas personas está en juego", señalaban en un comunicado.

Han reivindicado la "LGTBI+fobia social que hay detrás de todos estos hechos" y han animado al colectivo a seguir "visibilizándose" y "ocupando" las calles al mismo tiempo que han recomendado, especialmente a los usuarios de las aplicaciones de ligue, que tomen precauciones en ese contexto.

Detonante de la investigación

El caso comenzó a partir de la muerte de un hombre de 43 años el 18 de octubre de 2021, fallecimiento que se investigó ya como posible homicidio ya que tras su muerte saquearon sus cuentas bancarias.

Además, un hombre, también de Bilbao, denunció a un individuo tras sobrevivir a la agresión, por lo que la Ertzaintza empezó a aumentar la investigación y de momento puede haber hasta 4 víctimas de este presunto asesino en serie.

El modus operandi era contactar con las víctimas a través de una app de contactos, drogarlas para obtener sus claves bancarias y después acababa con su vida.