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Nos han fabricado una crisis

martes 10 de mayo de 2022, 15:14h

La gran crisis capitalista del 2007/08 nunca ha sido superada. Los graves recortes que la Unión Europea impuso y el trumpismo impulsado desde los EEUU con recortes sociales que ya Obama inició en su segundo mandato, solo han provocado dos cuestiones: el empobrecimiento de las clases populares y el debilitamiento del estado del bienestar, lo cual empobrece más todavía y se ceba con las y los más humildes y con las mujeres, así como el ascenso de las extremas derechas trumpistas y fascistas en toda Europa, pero también en otros lugares del mundo.

Un capitalismo senil y en crisis que para sobrevivir necesita de no pagar impuestos, vivir a costa de las subvenciones de los estados y expropiar lo público, recortar salarios y prestaciones sociales, reducir derechos laborales, liquidar a las izquierdas reales, laminar o comprar a los sindicatos y fortalecer a los partidos de extrema derecha fomentando un liberalismo autoritario muy agresivo. Para afianzar todo ello, el rearme, la guerra, la OTAN y otras alianzas militares al objeto de debilitar también a otros estados competidores en el mercado internacional ya sea de hidrocarburos o productos industriales. Sin olvidar acaparar los más posible tierras productoras de alimentos. Para ello cuentan con la complicidad de las “falsas izquierdas” o ex izquierdas acomodadas al sistema.

Las guerras son en esto algo imprescindible. El gasto militar necesario, para mantener industrias y conquistar territorios o garantizar rutas de suministro de materias primas.

Aquello de que Occidente y la OTAN defienden la democracia y la libertad son una mentira miserable que no se sostiene. Hay que controlar y sojuzgar a los pueblos y para ello las patrias y banderas son imprescindibles, así como la represión, el control policial… El Pegasus.

Cuando la OTAN de forma inteligente provoca la guerra de Ucrania, se ve muy claro que el objetivo era debilitar a un competidor del gas, el petróleo y el carbón cual era Rusia, pero también hacerse con el control del granero ucraniano y de paso llevar sus bases a las fronteras de Rusia violando el tratado de Minsk. Además con una hábil publicidad se convence a los pueblos de la necesidad de la guerra, Putin entra al trapo e invade Ucrania y a raíz de esto EEUU logra controlar más todavía a Europa y hacerla su cliente cautivo. Las clases trabajadoras europeas somos quienes pagamos su guerra. La pagamos cada vez que compramos pan, echamos gasolina al coche o al camión o encendemos una bombilla. Encima la guerra puede provocar el hambre en muchas zonas del mundo y esto incrementará las migraciones y las y los refugiados del hambre.

Por si fuera poco EEUU sube hace unos días los tipos de interés, con esta operación se vuelve a salvar a los bancos. Los bancos que viven de prestar, volviendo a obtener más dinero de préstamos e hipotecas. La banca siempre gana. Sangrarán a las clases populares, pero harán creer que todavía hacen falta políticas más derechistas, menos impuestos y más mano dura contra las mujeres, las y los trabajadores, los autónomos, los sindicatos de clase y las izquierdas transformadoras. Necesitan esclavas y esclavos, pero que no sepan que lo son y se crean libres encima.

Esto no puede continuar así. Basta ya de callar y sobre todo basta de creernos sus mentiras. Necesitamos reaccionar, no debemos estar dispuestos al silencio. Las clases trabajadoras nos debemos organizar y levantar. Pronto vendrán acontecimientos muy graves tales como más pobreza, hambrunas y racionamientos y todo para que ellos sean más ricos. Nuestros hijos y nietos tienen un negro panorama si no nos oponemos. Socialismo o barbarie.

Carlos Martínez García

Politólogo y ex portuario. Miembro de la plataforma socialista pro PSF.

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