Ayer, el presidente del Bundesbank se unía a la larga lista de responsables de política monetaria de la zona euro y declaraba que el BCE debería subir los tipos de interés en julio para evitar que la alta inflación se consolide. Según el responsable del banco central alemán, el BCE, en un primer momento debería poner fin a finales de junio a las compras de bonos y luego empezar a subir el tipo de depósito, que se sitúa en -0,5%, en su siguiente reunión. “Si tanto los datos entrantes como nuestra nueva proyección confirman esta teoría en junio, abogaré por un primer paso de normalización de los tipos de interés del BCE en julio", declaró. Hace apenas unos meses, el BCE dijo que esa medida era muy improbable y ahora algunos de sus miembros, como el gobernador del Banco de Francia, han pedido que los tipos vuelvan a subir a territorio positivo este año.
Mientras, el rendimiento de los bonos a 10 años en
EE.UU. caía ayer desde un máximo de tres años. El mercado parece haber hecho una pausa para reevaluar las perspectivas de inflación a la espera de la publicación hoy de los datos de abril. Se espera que el IPC subyacente se desaceleró hasta el 6% y el IPC general hasta el 8,1%, desde el 6,5% y el 8,5%, respectivamente, de marzo. El presidente de la
Fed de Nueva York declaraba ayer que el objetivo de la Fed de reducir la inflación hasta su objetivo sin hacer descarrilar la economía es un reto, pero es factible en medio de una mayor incertidumbre causada por la guerra en Ucrania y la pandemia del COVID.