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Redondo de El Juli a su segundo toro.
Redondo de El Juli a su segundo toro. (Foto: Plaza1)

San Isidro: El Juli, oreja y vuelta, cumple; Morante y Aguado defraudan

miércoles 11 de mayo de 2022, 22:31h
El Juli se encargó de que no acertara el tópico de corrida de expectación, corrida de decepción. Con el primer cartel de ‘no hay billetes’ y la reventa con su negocio a tope, sólo el madrileño dio la talla con dos faenas diferentes, clasicismo en una, técnica y poder en otra, que casi le sirven para abrir la Puerta Grande, lo que no logró por su fallo con la tizona. Porque ni un Morante que se limitó a detalles ni un Pablo Aguado frío y apático cumplieron ni alcanzaron lo que de ambos sevillanos se esperaba. Todos ante una interesante y noble –excepto el segundo de El Juli -corrida de La Quinta.

Las dos versiones de Julián López, distintas pero lucidas y lúcidas, calaron en el cotarro de parigual forma, aunque las desarrollara ante dos enemigos también distintas, como debe ser: aplicando a cada uno lo que le exigía. Así presentó su tarjeta de visita de que no iba a pasar de puntillas nada más abrirse de capote frente al bicorne, al que veroniqueó de magníficamente para cerrar con tres medias de bella estampa.

Aún mejoró en el quite con otro ramillete de excelsos lances realizados con lentitud de quelonios: no se puede torear más despacio. Había visto la nobleza de un animal que no se cansaba de embestir, por lo que empapando su carota en la sarga, más vertical que costumbre y con menos ventajas. Y concluyó su labor con una serie de bellas trincherillas y el del desprecio antes de atracarse con la espada, eso sí a su manera, con el julipié que incluye un saltito. La oreja que echó en su esportón fue de ley.

Nada que ver esta labor de ortodoxia clásica con lo que aconteció con su segundo, complicado, mirón y exigente que le apretaba por los dos pitones y echaba la cara arriba. Nadie daba un duro porque hubiera faena, pero la hubo, y con emoción. Porque su matador le cambió los terrenos de la querencia, lo sacó a los medios y allí, a base de tragar y exponer, con poderío y mando le extrajo varias cortas series siemopre con la muleta a rastras en redondo y al natural –uno de ellos eterno y convertido en circular- , nuevamente despaciosas que pusieron al público en pie.

En definitiva una lección magistral de un coletudo en plena sazón, que sin embargo esta vez marró con su julipié con dos pinchazos previos al descabello que dejaron el premio en una aclamadísima vuelta al ruedo.

Y es que si el madrileño cotizara en Bolsa sería un valor seguro; todo lo contrario que el irregular Morante en sus dos décadas largas y hasta la campaña anterior y ésta. Pero, aunque tampoco pegó un petardo en su primera tarde isidril, no se le vio a gusto con su lote, que tampoco se comía a nadie, dejando sólo detalles, volutas de su indudable arte en el que abrió función. Y ni eso en el otro, al que despenó rápido.

El que si fracasó fue Aguado, porque ni una brizna de su arte demostró. Desapercibido con el capote, se perdió en probaturas con la sarga, además con la suerte descargada y al hilo del pitón. Total, que aburrió a sus dos bicornes, al público seguramente a él mismo.

FICHA

Toros de LA QUINTA, con el trapío propio de los santacolomas, nobles, excepto 5º, y que cumplieron en general ante los picadores. MORANTE DE LA PUEBLA: silencio; pitos. EL JULI: oreja; vuelta. PABLO AGUADO: silencio; silencio. Plaza de Las Ventas, 11 de mayo, 4º de Feria. Lleno de ‘no hay billetes’ (22.964 espectadores, según la empresa).

Crónica del festejo anterior

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