Con ellos llegó el desastre y desapareció el toro. Pongamos que se habla/escribe, relativamente, de dos figuras como Manzanares y Roca Rey y de la divisa, tan del gusto de estos y otros mandamases del escalafón, de Victoriano del Rio. Ganadero y coletudos son de forma parigual responsables del petardazo. Eso sí, con la complicidad del equipo veterinario por aprobar semejante encierro de bochornosa presentación, una especie de burras con cuernos, porque, además estaban cercanos a la invalidez y no reunían entre los seis ni un mililitro de sangre brava.
De modo que no hubo nada próximo a lo que se entiende por toreo del bueno, ni del regular a lo largo de la corrida o lo que fuera lo que presenciamos, léase sufrimos. A pesar de que el público indocto y del clavel, tan habitual en estos carteles con figuras, creyeron ver a Cúchares redivivo suponiendo que sepan quien fue –y en qué equipo futbolero jugó (es broma).
Aconteció en la entregada faenita ventajista, al hilo del pitón y en línea de Roca al último, que inició de hinojos en el tercio con varios pases en redondo y otros cambiados, en uno de los cuales el animalejo, para no ser menos, también dobló las manos quedó igualmente de rodillas como su matador.
Después el pobre torete, que iba y venía con suprema docilidad, se tragó varias tandas en línea y ventajistas y convertido ya casi en un cadáver aguantó impávido el arrimón final, entre sus afiladas astas, del peruano. Éste, a su manera y con su valor, quiso levantar la tarde logrando poner en pie y con ovaciones que echaban humo a ese parte del cotarro bullanguera y sin idea. Pero en una especie de justicia poética, Roca marró con las armas toricidas –un feo pinchazo hondo y cinco golpes con el verduguillo- y todo quedó en una clamorosa ovación.
Ta ventajista y retorcido o más anduvo Roca en su anterior, sin llegar a interesar siquiera a esos espectadores mayoritarios. Como tampoco lo hizo un Manzanares, otro prócer del toreo/destoreo moderno, de escasa disposición ni con su primero, Espiguita -aunque más justo hubiera sido ponerle Raspita-, ni en su segundo.
Completaba la terna el modesto Fernando Adrián, vencedor de la Copa Chenel 2021, que confirmaba alternativa. El de Torres de la Alameda, al menos intentó el toreo con cierto clasicismo en el de la ceremonia aprovechando su codicia, aunque pronto se inclinó por el tremendismo y los arrimones, y se perdió en el otro en un sinfín de pases acelerados.
FICHA
Toros de VICTORIANO DEL RÍO, sin trapío, nobles, mansos, descastados excepto 1º y flojos. MANZANARES: silencio tras aviso; silencio. FERNANDO ADRIÁN, que confirmaba alternativa: ovación; silencio. ROCA REY: silencio, ovación tras dos avisos. Plaza de Las Ventas, 19 de mayo, 12ª de Feria. Lleno de ‘no hay billetes’ (22.964 espectadores, según la empresa).
Crónica del festejo anterior.
Si (
No(
