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Sumar traiciones

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
lunes 11 de julio de 2022, 11:26h

La paz de los lamas encerrados en su nirvana o de los anacoretas rezando en sus cuevas es una cosa tan respetable como inoperante. Pero la paz de los pueblos es una tarea política activa. Europa consiguió su más largo y fructífero periodo de paz tras la derrota de la ideología agresora en la II Guerra Mundial y en España se eliminaron sus conflictos intestinos desde el final de la Guerra Civil.

Nadie está legitimado para interrumpir estas eras de paz con una guerra injusta, no proclamada oficialmente como tal, contra un país soberano como Ucrania. Putin ha provocado un diluvio de sangre, destrucción y lágrimas sobre un pueblo en paz al que parece desear estrangular ocupándole la salida al mar necesaria para sus exportaciones.

Frente a esta brutal agresión, Ucrania se defiende sobre su propio territorio. Como en tiempos se defendió España contra Napoleón. Entonces hubo afrancesados como ahora hay rusificados en Ucrania. La Guerra de Independencia no fue una guerra contra Francia sino contra el invasor. Igual sucede en Ucrania que no contraataca a Rusia sino que se defiende dentro de su casa. La OTAN no combate, solamente se reorganiza y refuerza ante el peligroso ejemplo que Putin practica a sus puertas.

En la parte que nos corresponde, en el seno de la Alianza libremente elegida y popularmente ratificada, España está obligada a mejorar sus sistemas defensivos. Es decir, aumentar su presupuesto en la medida que impone la colaboración militar con sus aliados y lo demandado por su importancia estratégica y su capacidad industrial. Algo que no es del gusto de una mujer de armas tomar y de armas no pagar llamada Yolanda que ha celebrado la fundación de un “movimiento sin partidos” llamado “Sumar” en un antiguo matadero. Todo un símbolo.

En esta crucial coyuntura para que sea respetada la libertad e integridad de las naciones, Yolanda Díaz, sin perder ni respetar su calidad de vicepresidenta del Gobierno ni sus raíces en la ría de Ferrol, se permite convocar bajo el lema “Sumar” a todos los traidores disfrazados de un falso pacifismo que predican el tópico de “No a la guerra” donde no hay guerra ni nadie la desea.

Ninguno de tales impresentables se manifiesta en Moscú, que es donde se promueve una guerra cruel, ni tan siquiera se agrupan ante la embajada rusa en Madrid o su consulado en Barcelona. Pero todos coinciden contra el aumento del presupuesto de defensa que ya no es una exigencia sino una urgencia de la política de Estado.

Cuando a la inefable Yolanda Díaz le recordaron las fragatas ferrolanas se apresuró a decir que cuatro ya estaban programadas y no suponían aumento de gasto. O sea que las armas son buenas si son las de antes de la guerra y malas si son construidas después. Que se construyan buques de guerra en Ferrol era admisible cuando no había guerra pero será intolerable si la agresión despierta el instinto de conservación de los pueblos.

La tesis es que España y, si fuese posible, la OTAN no invierta más en prevenir pero que Putin campe libremente con su ejército de chatarra. Esto es peor que un pacifismo simplista porque supone una alianza vil con el agresor al que se justifica con la indiferencia y encogimiento de hombros ante una conducta monstruosa. La OTAN no interviene pero ayuda a quien no forma parte de la Alianza y del mundo llamado de Naciones Unidas. Y hace saber que se prepara para lo peor si se presenta ¡Qué menos puede hacer!

Yolanda olvida que es vicepresidente de un gobierno y que debe dedicar todo su tiempo al servicio de los gobernados y a las órdenes de su presidente y no distraerse con su gira o campaña electoral en favor de no se sabe quién, salvo de sí misma, como si fuera un aspirante de la oposición alternativa. Yolanda actúa dentro del Gobierno como Marine Le Pen fuera, montando una plataforma de presuntos indignados o desencantados, pero no desde la derecha sino desde la izquierda incompatible con el PSOE. Su objetivo es una futura candidatura electoral personalista que encabezará, según los resultados, para desplazar a Sánchez o para apoyarlo en una nueva coalición de un Frankenstein reparcheado.

Una nueva suma de traiciones a España, a Ucrania, a Europa, a la OTAN y, en un acto de magia potagia, al actual Gobierno que ella misma vicepreside, al PSOE y a Podemos cuyas izquierdas pretenden digerir en beneficio propio, de su sueldo y de su imagen. No pensarán como ella los trabajadores de Ferrol, de Getafe, de Rota, de San Fernando, de Cartagena o de quinientas empresas beneficiadas del sector de avanzada tecnología de la Defensa que, aun sin incrementar presupuesto, contribuye al 5,2% de nuestro PIB. Sus paseos puede que no agraden ni al Gobierno ni a la oposición, pero sí a los secuaces de Putin que contemplan como se intenta descuartizar a España en un lugar que lleva el simbólico nombre de Matadero.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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