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El rincón de la derrota

Por Gabriel Elorriaga F.
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elorriagafernandezhotmailcom/18/18/26
miércoles 20 de julio de 2022, 11:23h

Ni la dimisión de Adriana Lastra ni la de Dolores Delgado son suficientes para liberar a Pedro Sánchez de la mala sombra que le persigue en el Gobierno, en el PSOE y en la justicia. Ni Santos Cerdán ni Álvaro García Ortiz son talismanes curativos. La gafancia se la ganó desde el día en que decidió asociarse con los enemigos declarados del Estado constitucional para hacerse cargo del Gobierno de dicho Estado. Vivimos tiempos de exorcismos propagandísticos de Sánchez buscando, con las fábulas de una memoria histórica falsificada, una pócima para resucitar una de “las dos Españas” que solo sobreviven en su imaginación. La verdadera memoria histórica es que cada vez que el socialismo intentó fortalecerse aliándose con la ultraizquierda perdió la batalla no solo contra la derecha sino también contra esa izquierda cerril heredera del tardomarxismo. El declive del socialismo procede de su compañerismo con la izquierda radical y de su incompatibilidad con un centrismo socialdemócrata de tono europeo.

Las propuestas de nuevos impuestos contra la banca o las empresas energéticas, en tiempos de crisis, afectan a millones de accionistas y reducen la capacidad de inversión en la renovación del parque energético y sus auténticas fuentes verdes, incluida la nuclear y la térmica, en una coyuntura internacional en que lo único temible es quedarse atrás con los molinillos frutos de la estupidez progresista del mito renovable. Con unos bancos sin beneficios presentes y dudosos en el 2023 es difícil saber de dónde sacará el Gobierno las cantidades para cumplir sus promesas propagandísticas. Exprimir a Repsol, Endesa o Iberdrola en sus beneficios nacionales no permite llegar a las cifras soñadas por el Gobierno para alcanzar sus presupuestos ideológicos. Sus propósitos de condicionar la independencia judicial nos distancian de la mentalidad jurídica europea y solo complacen a los enemigos de la autoridad constitucional española por lo que pueda suceder en el porvenir de un Estado desmantelado de sus recursos legalmente coactivos.

Hay que recordar la sentencia de Cicerón que dice: “Cuanto más cerca está la caída de un Imperio más locas son sus leyes”. Considerar un imperio la patulea de coalición y asistencias externas del Gobierno de Sánchez sería una irrisión. Pero también los gobiernos de tres al cuarto se caen en medio de sus empachos de legalidades irresponsables, como son aquellas que pretenden acumular beneficios fiscales inoportunos y absolutamente insuficientes para hacer frente a los compromisos anunciados parlamentariamente. No conocemos los procedimientos, los cálculos de estimación ni los estudios de aplicación de las expectativas con las que Sánchez distrae al personal cuando se siente en apuros, lo que sí sabemos es que se equivoca diametralmente de rumbo.

Sánchez trata de taponar el agujero electoral abierto en el casco maltrecho de su barco con parches anodinos y con los viejos tablones podridos de una izquierda peor valorada que él mismo. Sus desastres en Madrid o en Andalucía son temerosos. Pero más temerosas son las fracturas y descalabros entre sus socios. Ponerse parches izquierdistas o separatistas a estas alturas de la función -a un año de elecciones municipales- es no darse cuenta de lo que está sucediendo en la España inflacionada. Precaverse del temido batacazo buscando refugio y comprensión en un izquierdismo de sainete es refugiarse en el rincón de la derrota. El manual de autoayuda de Pedro Sánchez es de los tiempos de Maricastaña: impuestos y subvenciones. Un anuncio penoso para un invierno sombrío. En la oposición Núñez Feijóo, callado como una esfinge de piedra a la que se le va poniendo cara de presidente desde su escaño de senador invitado. Y Sánchez gesticulando, en el rincón de la derrota, con quienes no entienden el superior rango histórico de una Transición irreversible.

Gabriel Elorriaga F.

Ex diputado y ex senador

Gabriel Elorriaga F. fue diputado y senador español por el Partido Popular. Fue director del gabinete de Manuel Fraga cuando éste era ministro de Información y Turismo. También participó en la fundación del partido Reforma Democrática. También ha escrito varios libros, tales como 'Así habló Don Quijote', 'Sed de Dios', 'Diktapenuria', 'La vocación política', 'Fraga y el eje de la transición' o 'Canalejas o el liberalismo social'.

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