Rebelión de los Periodistas

Los periodistas catalanes han reaccionado contra las maniobras de los partidos para segrestar la libertad e independencia de los medios públicos de comunicación.. Y lo han hecho colectivamente, a través del Col.legi de Periodistes de Catalunya. Ya era hora y hay que felicitarse. Felicitar al Col.legi, a su presidente Carles Rius, y a toda la profesión.

    Y lo han hecho con una declaración clara y dura, pero, además, haciendo un llamamiento a la ciudadanía para que se sume a su protesta. Posiblemente nunca se había llegado a tanto. Ahora hay que esperar qué medios, públicos y privados, se van a hacer eco de este gesto de dignidad profesional, cívico y democrático. Y cuáles no, o lo hacen en letra pequeña o con la voz bajita. Será un verdadero test de la salud de los distintos medios.

    Desde aquí dimos el grito de alarma. Comentaristas solventes, como el profesor De Carreras, entre otros, pusieron argumentos sólidos a aquella llamada. Los profesionales de los medios públicos de Radio y Televisión, dependientes de la Generalitat, se rebelaron contra aquellas maniobras partidistas, que lamentablemente se han consumado. Los intereses y el sectarismo de los partidos han prevalecido hasta ahora.

    Decimos ‘hasta ahora’ porque, después de la protesta generalizada y de la clara descalificación pública por parte del Col.legi, los miembros del nuevo Consell de govern de aquellos medios, que han aceptado impúdicamente el cargo (a través del vergonzoso proceso del reparto por cuotas entre los partidos), sería de esperar que por dignidad presentaran su dimisión colectiva.

    Dicho proceso –dice el manifiesto de los periodistas catalanes- “representa un retroceso de la cualidad democrática en Cataluña”. Que aquel Consell “se haya constituido – añade – con criterios de cuotas de partido y no con voluntad de independencia, neutralidad y excelencia profesional -tal como establece la ley- no solo pone en cuestión el futuro de los medios públicos, sinó que deteriora  la confianza de los ciudadanos en sus representantes públicos”. Y remata: “El proceso de designación ha dejado a los miembros del Consell sin la credibilidad necesaria para afrontar una responsabilidad tan importante como es dirigir la Corporació Catalana de Mitjans Audiovisuales (CCMA)”.

    La desautorización no puede ser más clara y rotunda. Y, además, el Col.legi de Periodistes llama a la sociedad catalana a sumarse a ella ante “la necesidad de disponer de unos medios públicos que fomenten los valores cívicos, la convivencia, la cohesión social, la participación y que ,al mismo tiempo, sean competitivos por su cualidad. Todo ellos desde una programación responsable, plural y equilibrada”. Y expresa su confianza en los profesionales: “Creemos que la profesionalidad de los trabajadores de los medios és la primera garantía”.

    Esta vulneración ética fue denunciada ya duramente por el Consell de l’Audiovisual de   Catalunya (CAC), pero su propia politización le impidió ser consecuente con lo que decía y rechazar los nombres propuestos por este procedimiento de dictadura de los partidos políticos. ¿Estamos en democracia?

Wifredo Espina. Periodista y exdirector del Centre d’Investigació de la Comunicació.