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Fernando Jáuregui

Pero ¿qué es lo que le interesa a la clase política española?

Pero ¿qué es lo que le interesa a la clase política española?

martes 05 de febrero de 2008, 08:02h
Acaba de concluir el segundo congreso internacional de Nuevo Periodismo, en Burgos, dedicado esta vez a los problemas de América Latina y a las formas de cooperación entre los periodistas de uno y otro lado del Atlántico. Un  total de ciento cincuenta profesionales de la información de España y otros países de Europa y de todas las naciones latinoamericanas acudieron a las sesiones del Congreso, que se convirtió en una auténtica ‘cumbre’ iberoamericana de la comunicación. Allí estaban los directores y responsables de los diarios más importantes de América Latina y algunos de los comunicadores más destacados de España, debatiendo cuestiones que sin duda encerraban un alto calado profesional y también, por qué negarlo, político.

Las repercusiones mediáticas del congreso, especialmente en América Latina, han sido enormes: no en vano estaban allí periodistas que presentaban a los medios de toda América Latina, desde Tijuana a Usuaia. Un esfuerzo sin precedentes, que puede comprobarse consultando los resultados en el buscador Google o en cualquier otro.

Naturalmente, los organizadores de la ‘cumbre’ invitamos a los responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores, a los de la comunicación de La Moncloa y también a los principales dirigentes de la oposición, comenzando por Mariano Rajoy, para que interviniesen en las sesiones. Resultado: un pequeño desastre. Y eso que el Príncipe Felipe, que no pudo, dijo, asistir, envió un vídeo de salutación a los congresistas.

Debo reconocer que el ministro Moratinos quiso asistir, pero tenía comprometido un viaje por varios países del Africa subsahariana; el ‘número dos’ del Ministerio de Exteriores sí acudió a la cena inaugural, donde pronunció un discurso sobre cómo ve el gobierno socialista español las relaciones ‘privilegiadas’ con América Latina. Las dos secretarias de Estado más concernidas con el tema, la de Iberoamérica, Trinidad Jiménez, y la de Cooperación, Leire Pajín, parecían estar más ocupadas con la campaña electoral socialista que en atender a un grupo tan representativo de informadores, y mantuvieron una clamorosa ausencia. No encontraron, al parecer, ni un momento en los tres días que duró el congreso para pasarse por allí.

Los responsables de prensa de Rajoy dijeron que el líder de la oposición y del Partido Popular se estaba ‘haciendo un hueco en la agenda’ para concurrir, pero finalmente fue que no. En La Moncloa dieron alguna esperanza en el sentido de que Zapatero podría recibir a los más representativos de los congresistas, pero tampoco encontró tiempo, y ningún ‘monclovita’ quiso pasarse por Burgos, tal vez porque la ciudad y la comunidad autónoma de Castilla y León están regidas por políticos del PP y no por socialistas (así de sectaria es la política española).


La impresión, por tanto, es la de que los políticos españoles –y muchos latinoamericanos, claro; la señora Bachelet, presidenta de Chile, fue incapaz de conceder un ‘chat’ por Internet a los participantes en el congreso— parecen inhabilitados para comprender la importancia que tienen estos contactos, que probablemente van mucho más allá de esas ‘cumbres’ de jefes de Estado que sesionan anualmente en las capitales americanas. Sí, he dicho mucho más allá, porque en este caso se juntan las voces que son leídas, vistas, escuchadas, por cuatrocientos millones de personas; ¿cómo se atreven a desairar a una tal congregación de profesionales que buscan mejorar la información que recibe tanta gente en el idioma común, que es el español? Mi extrañeza se acentúa cuando desde los estados mayores de las formaciones políticas españolas se insiste en que los votos de los emigrantes españoles en América pueden ser decisivos en las elecciones legislativas del próximo 9 de marzo. ¿Acaso no merecía la pena enviarles un mensaje a través de tanto informador como allí se congregaba? 

Obviamente, no reclamo un inmerecido trato de privilegio para un congreso en el que yo he participado como uno de los organizadores, con el concurso de compañías privadas presentes en Latinoamérica y de la Comunidad autónoma de Castilla y León; la verdad es que pienso que esa ‘cumbre’ de periodistas que trataban de empequeñecer la distancia que separa a los habitantes de las dos partes del ‘charco’ era un esfuerzo que hubiese merecido una mayor atención por parte de esa clase política española a la que la corteza de los árboles no deja ver los propios árboles y, menos aún, el bosque.

Sin embargo, el interés de diversas comunidades autónomas españolas por organizar siguientes ediciones de este congreso, que comenzó en Valencia y ha seguido en Burgos, está siendo grande: el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara, se apresuró a recoger el testigo y anunciar que la próxima ‘cumbre’ de periodistas iberoamericanos tendrá lugar en Cáceres. Luego será Santiago de Compostela, luego probablemente Toledo, después…

¿Cuándo, en fin, se enterarán quienes deben enterarse de lo que verdaderamente importa a este país nuestro (y, por cierto, también a ellos)?


:: Fernando Jáuregui (España).
Director de DiarioCrítico y de la Red Iberoamericana de Diarios Digitales, riddd.com.
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