El Presidente de la República, Rafael Correa Delgado, invocó a la unidad para hacer frente a los cataclismos y desastres generados por la naturaleza y los intentos separatistas de los mismos de siempre, durante su discurso en la ceremonia del cambio de mando de la Jefatura de la Armada, en la Base Naval Sur.
Sostuvo que su lucha se inició hace 14 meses contra tantos años de ostracismo y entrega para defender la soberanía y dignidad de la patria entera, de las mayorías siempre postergadas y de la lucha contra la pobreza.
“Hemos avanzado, y mucho, pero los desafíos que quedan por delante son aún enormes. Se trata de defender a la Patria de peligros no solo externos sino del coyoterismo, narcotráfico, contrabando de combustible, robos organizados en altamar, o incluso enfrentar intentos separatistas y absurdas constituciones hasta para ciudades enarboladas por grupos que dicen representar a mi ciudad, pero que a lo sumo representan a sus propios y oscuros intereses”, aseguró.
También dijo que la transparencia proclamada por su Gobierno no iba a ocultar jamás desavenencias y que las discrepancias de orden personal fueron absueltas con patriotismo y sacrificio por los mandos navales “entendiendo que era necesario arrear banderas personales en beneficio de los más altos intereses del país”.
Recordó en su mensaje que la Fuerza Naval vivió momentos difíciles, situación de la que se quiso aprovechar la sociedad civil que lanzó “las prácticas políticas de siempre al tratar de exacerbar los conflictos e inventar supuestas politizaciones de la fuerza o desprestigiar el también llamado a servir en el rescate de una de las empresas básicas del Estado como es Petroecuador”.
El Primer Mandatario dijo que en esta situación se asumió equivocadamente que la paz es simplemente ausencia de guerra “no hay paz sin desarrollo, sin justicia y cómo va a haber paz en un país donde nuestra principal empresa que maneja un recurso fundamental no renovable, como es el petróleo, se caía en pedazos desintegrada por la corrupción por los intereses y por las ambiciones”.
Felicitó a los oficiales valerosos que están al mando de Petroecuador y cuestionó a “los mismos de siempre” que no consideraron el civismo y el ejemplo de absoluto respeto y consagración a la democracia de nuestra fuerza naval capaz de responder con altivez a esos intentos y ardides de francotiradores contra la democracia.
“La palpable demostración de ética en la fuerza naval es el reflejo del nuevo ecuador y la certeza de que el cambio de época no solamente llegó sino que se institucionaliza para bien de la sociedad entera”, expresó.
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