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Último discurso antes de las elecciones

Comenzaron las elecciones en la iglesia católica: Blázquez no aclara si se presenta a la reelección

Comenzaron las elecciones en la iglesia católica: Blázquez no aclara si se presenta a la reelección

lunes 03 de marzo de 2008, 14:01h
'La renovación de los cargos, que tendrá lugar durante la presente Asamblea Plenaria, nos invita a recordar por qué nacieron las Conferencias episcopales, cuál ha sido su recorrido y qué función tienen encomendada. Contar con este ámbito de encuentro e instrumento de comunión es indudablemente un don de Dios'. El presidente saliente de la CEE, el obispo Ricardo Blázquez, no aclaró casi nada en su discurso de apertura, protocolario y escrito en términos generales sin abordar para nada cuestiones concretas del aquí y ahora. Blázquez no dijo si se presenta a la reelección. Tampoco hizo balance de su gestión en estos tres años, ni presentó nada parecido a un programa sobre los problemas más importantes en el inmediato futuro.

Blázquez, en su discurso de 19 páginas a la 91ª asamblea plenaria de los obispos españoles, ha citado al filósofo materialista Jürgen Habermas y ha hecho hincapié en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, para terminar convocando a la Iglesia a 'prestar colaboración en la ingente tarea de la búsqueda de la verdad'.

Tras el presidente de la CEE, ha tomado la palabra el nuncio (embajador) del Papa en España, el arzobispo portugués Manuel Monteiro de Castro, quien ha insistido en la amenaza del relativismo, el agnosticismo y el ateismo para el proceso de evangelización, pero tampoco ha hecho referencias concretas al futuro de la CEE y a sus elecciones.

El presidente episcopal saliente ha pedido ‘conferir entre todos. En el tratamiento y discusión de los temas cada Obispo interviene con respeto y libertad, y con respeto y atención es escuchado. Dando vueltas a las cosas, en una especie de forcejeo por llegar al fondo de la cuestión abordada, por ver claro, por analizar con rigor, por formular con exactitud, cada uno aporta su personal perspectiva. Las diferentes apreciaciones van confluyendo en la deliberación común de quienes comparten solidariamente la misión pastoral'.

Y ha señalado como tarea, siguiendo las consignas del Papa, 'invitar una y otra vez a la razón a salir en busca de la verdad, del bien, de Dios', pero hacerlo con respeto: 'Ciertamente no debe tratar de imponer a otros de forma autoritaria la fe que sólo puede ofrecerse en libertad'.

  ‘COMUNIÓN Y COLEGIALIDAD’

En cuanto a la CEE, ha recordado que 'fundamenta su existencia, inspira su sentido e impulsa sus trabajos la realidad riquísima de la comunión eclesial y de la colegialidad episcopal, que implica el afecto fraternal, la colaboración generosa y la obediencia al Obispo de Roma que como cabeza preside el cuerpo de los Obispos; la misión encomendada por el Señor debe ser desarrollada en comunión, convirtiéndose de esta manera en “comunión misionera”.

Comunión es un palabra muy especial de la terminología teológica que pasada a la laica viene a ser algo así como consenso, unidad en la diversidad, discusión con camaradería, y juego limpio entre opiniones diferentes. Eso pide Blázquez, recordando que 'juzgó el Concilio muy conveniente que en todas partes los Obispos del mismo país o región formen una asamblea única y que se reúna en días determinados para comunicarse las luces de la prudencia y de la experiencia, y así el intercambio de pareceres permitirá llegar a una santa concordia de fuerzas, en orden al bien de las Iglesias'.


CONCILIAR RAZÓN Y FE 

En cuanto al contexto que marca el Papa con su doctrina, Blázquez ha destacado la segunda y última encíclica sobre la esperanza cristiana, conocida como es habitual por las primeras palabras en latín: “Spe salvi” (“en esperanza fuimos salvados”: 'Es un documento muy rico, que merece la pena ser leído y releído, ser meditado y comentado; cuando nos envuelve una abundancia desbordante de escritos, no es fácil descubrir cuáles deben ocupar sosegadamente nuestra atención y de cuáles podemos prescindir'.

Y junto a la encíclica, y muy significativamente, su intervención suspendida en la universidad romana el pasado enero: 'El día 17 de enero hubiera pronunciado personalmente el Papa un discurso en la universidad La Sapienza de Roma, que por dificultades conocidas otro leyó en su lugar. En este excelente discurso abordó de nuevo la búsqueda de la verdad, profundizando en las relaciones entre la razón y la fe, que es una cuestión recurrente en las intervenciones de Benedicto XVI y que responde a una necesidad de nuestro tiempo: No es bueno para el hombre, para el futuro de la humanidad y para el diálogo interreligioso, si la razón recorta las dimensiones, la anchura y la profundidad, en la búsqueda de la verdad. Razón y fe se necesitan mutuamente para que cada una realice su misión en beneficio del mismo hombre. Si la persona confina con el misterio, no puede su razón desistir de plantearse aspectos de su existencia que van más allá de lo funcional e instrumental, matemático y experimental. Fe y razón deben caminar juntas, respetándose mutuamente y enriqueciéndose en reciprocidad. La fe purifica a la razón en la búsqueda de la verdad y la fortalece para abrazarla decididamente; la razón, por su parte, impide que la fe se repliegue en la privacidad y amplía su capacidad de comunicación'.

Es decir, esperanza por un lado, y diálogo con la razón por el otro para convencerla de Dios. Y ha alertado del riesgo actual citando al Papa: “El peligro para el mundo occidental –por ceñirnos a éste- estriba hoy en que el hombre, precisamente debido a la grandeza de su saber y poder, se rinda ante la cuestión de la verdad. Y ello significa al mismo tiempo que la razón, al final, claudica ante la presión de los intereses y la atracción de la utilidad que se ve obligada a reconocer como criterio último”. Por eso, exhorta el Papa a ejercitar la valentía en la búsqueda y reconocimiento de la verdad.

  HABERMAS Y DERECHOS HUMANOS

Utiliza el papa, ha citado Blázquez, una expresión tomada de Jürgen Habermas, que señala entre otros presupuestos de la legalidad la forma razonable con que se resuelven los conflictos políticos; esta forma razonable se caracteriza por un “procedimiento argumental sensible a la verdad”. La propensión de la razón a la verdad, la sensibilidad a la verdad, reivindicada por Habermas, introduce el concepto de verdad en las cuestiones éticas.

'... Desde otra perspectiva había incidido el Papa sobre lo mismo en el Mensaje para la celebración de la Jornada Mundial de la Paz, al afirmar que la norma jurídica, que regula las relaciones de las personas entre sí, tiene como criterio la norma moral basada en la naturaleza de las cosas, que la razón humana es capaz de discernir.

El hombre, “aunque sea con perplejidades e incertidumbres, puede llegar a descubrir, al menos en sus líneas esenciales, esta ley moral común que, por encima de las diferencias culturales, permite que los seres humanos se entiendan entre ellos sobre los aspectos más importantes del bien y del mal, de lo justo e injusto. De hecho los valores contenidos en la ley natural están presentes, aunque de manera fragmentada y no siempre coherente, en los acuerdos internacionales, en las formas de autoridad reconocidas universalmente, en los principios del derecho humanitario recogido en las legislaciones de cada Estado o en los estatutos de los Organismos internacionales”.

'... Merece en este contexto un recuerdo particular la Declaración Universal de los Derechos Humanos, cuyo sesenta aniversario se cumple este año el día 10 de diciembre. Esta Declaración es un hito muy importante en el itinerario ético de la humanidad. En los siguientes términos se ha expresado el Compendio de la doctrina social de la Iglesia, (Madrid 2005), n. 388: “En los derechos humanos están condensadas las exigencias morales y jurídicas que debe presidir la construcción de la comunidad política. Estos constituyen una norma objetiva que es el fundamento del derecho positivo”.

'... El Papa invitó en la universidad Sapienza a reconocer a la búsqueda de la verdad el lugar que le corresponde en el camino de la humanidad; la Iglesia ha prestado en la historia y quiere seguir prestando hoy su colaboración en esta ingente tarea', terminó Blázquez.
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