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Resulta que las bolsas de plástico no son las grandes villanas

Resulta que las bolsas de plástico no son las grandes villanas

miércoles 12 de marzo de 2008, 04:43h
               

 

Nos sorprende que Científicos y ecologistas hayan comenzado a atacar  una campaña que buscaba prohibir las bolsas de plástico. Ellos afirman que se basa en testimonios exagerados y ciencia fraudulenta. La afirmación lanzada alegremente de que las bolsas matan a 100.000 animales y un millón de gaviotas cada año es falsa, han declarado los expertos al Times. Solamente suponen una amenaza mínima para la mayor parte de las especies marinas, incluyendo focas, ballenas, delfines y gaviotas.

Gordon Brown anunciaba el mes pasado que obligaría a los supermercados a cobrar por las bolsas, diciendo que "son uno de los signos más visibles de desperdicio ambiental". Comercios y grupos de presión, incumpliendo la Campaign to Protect Rural England, le respaldaron.

Pero científicos, políticos y expertos marinos atacaban al gobierno por "subirse a un tren" que se basa en ciencia fraudulenta, afirma Alexi Mostrous en The Times.

Lord Taverne, presidente de Sense about Science, decía: "El gobierno comete una irresponsabilidad al subirse a un tren que no tiene sustento científico. Este es uno de los muchos ejemplos en los que datos científicos erróneos conducen a malas decisiones que son contraproductivas. Atacar la bolsa de plástico puede hacer que la gente se sienta bien, pero no logra nada".

Los activistas afirman que las bolsas de plástico contaminan los acuíferos y las playas, matando o hiriendo a pájaros o la vida en tierra y, en los océanos, destruyendo grandes cantidades de tortugas, ballenas, gaviotas y focas. Sin embargo, el Times ha establecido que no hay pruebas científicas que demuestren que las bolsas supongan alguna amenaza directa para los mamíferos marinos.

"No figuran" en la mayoría de casos en los que animales mueren a causa de la contaminación marina, explica David Laist, autor de un estudio seminal de 1996 que en la materia. La mayor parte de las muertes están causadas cuando las criaturas quedan atrapadas en los desperdicios. "Las bolsas de plástico no aparecen entre los escombros", decía. "Los principales culpables son los artículos de pesca, la ropa y las cintas aislantes. La mayor parte de los mamíferos son demasiado grandes para quedar atrapados en una bolsa de plástico".

Añade: "El impacto de las bolsas sobre las ballenas, los delfines, las focas o las marsopas oscila entre nulo en el caso de la mayor parte de las especies a muy reducido en el caso de quizá unas cuantas especies. En el caso de los pájaros, las bolsas de plástico tampoco son un problema".

La afirmación central de los activistas es que las bolsas matan a más de 100.000 mamíferos marinos y un millón de gaviotas cada año. Sin embargo, la cifra se basa en una malinterpretación de un estudio canadiense de 1987 en la provincia oriental de Canadá, que concluía que, entre 1981 y 1984, más de 100.000 mamíferos marinos, incluyendo pájaros, perdieron la vida como resultado de las redes de arrastre. Los estudios canadienses no mencionan ninguna bolsa de plástico.

15 años más tarde, en el 2002, cuando el gobierno australiano encargaba un informe sobre los efectos de las bolsas de plástico, sus autores citaron erróneamente el estudio de la provincia de Canadá, atribuyendo erróneamente las muertes a "bolsas de plástico".

La cifra fue enarbolada en adelante por los conservacionistas como prueba de que las bolsas son asesinas. Durante cuatro años, el "error" permaneció sin corregir. Solamente fue en el 2006 que los autores alteraron el informe, reemplazando "bolsas de plástico" por "artículos de plástico". Pero admitían que "Las cifras reales de animales muertos cada año a consecuencia de artículos de plástico es casi imposible determinar".

En un anexo a la corrección, admitían que el estudio canadiense original se había referido a materiales de pesca, no artículos de plástico, como la amenaza para el entorno marino.

Al margen de todo, la errónea afirmación se ha convertido en la piedra angular de una campaña en expansión por demonizar la bolsa de plástico.

David Santillo, biólogo marino de Greenpeace, explicaba al The Times que la ciencia equivocada estaba determinando la defensa del gobierno de la prohibición de las bolsas. "No es muy probable que muchos animales pierdan la vida a consecuencia de bolsas de plástico", decía. "Las pruebas demuestran que el caso es justamente el contrario. No vamos a solucionar el problema de desperdicio centrándonos en bolsas de plástico".

"Flaco favor se está haciendo el gobierno si se hacen declaraciones que no están respaldadas por ninguna literatura científica disponible. Con los mamíferos más grandes, son las redes de pesca en el gran problema. A escala global, las bolsas no son un problema. Sería estupendo si declaraciones como estas no se hicieran".

Geoffrey Cox, miembro conservador del Selecto Comité Medioambiental de los Comunes, decía, "No me gustan las bolsas de plástico y ciertamente apoyo restringir su uso, pero dicho de manera sencilla, es extremadamente importante que antes de tomar cualquier medida, nos basemos en información precisa. Es barroco que una campaña tenga que ser aprobada basándose en un error de traducción. Gordon Brown debería comparar sus datos".

Un estudio de 1968 de los albatros concluía que el 90% contenía alguna forma de plástico, pero solamente dos de los pájaros habían ingerido trozos de una bolsa de plástico.

El profesor Geoff Boxshall, biólogo marino del Museo de Historia Natural, decía "Nunca he visto un pájaro muerto a consecuencia de una bolsa de plástico. Otras formas de plástico en el océano son mucho más dañinas. Solamente una proporción muy reducida está provocada por bolsas de plástico".

Las partículas del plástico, conocidas como polímeros, arrojadas al mar por las compañías industriales, constituyen una amenaza mucho mayor grado que pueden ser ingeridas con facilidad por pájaros y animales. Muchos colectivos británicos cuestionan ahora si una prohibición de las bolsas costaría a los consumidores mucho más que los beneficios medioambientales.

Charlie Mayfield, presidente de la cadena John Lewis, decía que hacer frente al desperdicio adjunto a los productos y reducir las emisiones de carbono eran objetivos mucho más importantes. "No vemos la reducción del uso de bolsas de plástico como nuestra principal prioridad", decía. "De todo el desperdicio que llega a la costa, el 20% es basura doméstica y el 0,3% son bolsas de plástico". John Lewis añadía que un plan en Irlanda ha reducido el uso de bolsas de plástico, pero las ventas de cubos se han incrementado un 400%.

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