CAMBIO, UNIDAD, FUTURO: ¿Palabras ´Derrotadas´ ?

Contra mi costumbre, pensé titular la presente nota "cínicos y muy machos" para sumarme a la protesta contra la emboscada al parlamento y la parodia de la que fuimos testigos la semana pasada; así como para expresar mi solidaridad con dos parlamentarias -lo hice también con otras mujeres de otras tiendas políticas- que fueron selectiva, cobarde y violentamente impedidas a ejercer sus fundamentales derechos. Sin embargo, la dinámica que siguió a ése nuevo y lamentable momento de quiebre, es de tal intensidad que oscurece el horizonte. A estas alturas, cambio, futuro, unidad son palabras derrotadas.

Ya no importa perdernos en la discusión de cuán legal o ilegal fue esta ultima movida del juego. Tampoco interesa analizar si esta última acción gubernamental fue fríamente calculada. Si con cinismo, que supera toda anterior chicana parlamentaria durante los 25 años de democracia, se urde un plan estratégico rigurosamente controlado por el nuevo bloque de poder, o si, por el contrario, es producto de su desesperación y aislamiento andino rural y cocalero. O ¿será que es una jugada táctica más para al final negociar y recuperar la iniciativa que perdió frente a la ofensiva autonómica que, para retrucar, adelanta su consulta popular?, ¿hasta cuando seremos victimas de esta acelerada lógica del machito que no se rinde sin dar el ultimo mazazo? Esta última alternativa (movida táctica para negociar) seria la más benigna en medio del desastre que se anuncia cada vez más inminente. Sin embargo, ¿cual será el final de este jueguito perverso?

Más preocupa el pronóstico que el diagnóstico. Se avizoran las nefastas consecuencias y manifestaciones de este nuevo momento crítico. La descomposición acelerada a la que aludió la politóloga Jimena Costa se expresa en todos los órdenes de la institucionalidad, la sociedad y la economía. Penetra espacios impensables, deteriora y pulveriza la confianza. Es el caso del Órgano Electoral. Parapetado en un discurso defensivo que subraya su calidad de administrador, comienza a dar serias señales de fragmentación regionalizada, lesionando una tradición de transparencia, independencia y credibilidad difícilmente lograda. Las Cortes actuaran libre e independientemente respondiendo a las tendencias mayoritarias de cada departamento.

La desagregación institucional regionalizada provoca preocupantes fisuras en fiscalías, Poder Judicial, brigadas parlamentarias, para no mencionar expresiones de descontento en la institucionalidad policial y en las propias Fuerzas Armadas que el gobierno intenta calmar con cuotas de poder de distinto orden – léase más presupuesto o un consulado estratégico. La sociedad, cada vez mas violenta pierde sentido de autocontrol - los linchamientos son expresión de ello. ¡Ni que decir de la economía! Siempre tan sensible a incertidumbres y expectativas inflacionarias que importamos de afuera y, que el gobierno, desde dentro, acelera en lugar de frenarlas o atenuarlas.

Frente a este panorama, el gobierno apuesta por agudizar las contradicciones. Poco o ningún rédito tendrá su estrategia mientras abandona la política del buen gobierno y la gestión. Entretanto, para recuperar el cambio, el futuro y la unidad en democracia no nos queda otra que articular una resistencia ciudadana democrática cuyo escenario más difícil radicará en departamentos donde la ilusión óptica del cambio prometido por el MAS no se desvanece.

Estas fisuras amenazan con fracturas de verdad. Ello es muy grave, porque involucran cambios destructivos so pretexto de "desmontar del estado colonial y neoliberal" que prometieron para vivir bien.