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Ganado vacuno en Coiba es exótico

Ganado vacuno en Coiba es exótico

viernes 14 de marzo de 2008, 19:28h
Isla de Coiba, Patrimonio de la Humanidad, invadida por vacas
La isla es la más grande del Pacífico americano, es Patrimonio de la Humanidad, y su riqueza piscícola es de un valor único. A sus aguas vienen a desovar las ballenas jorobadas.   Cuando la isla de Coiba era una prisión, los directores del penal decidieron introducir ganado vacuno, porcino y producción aviar entre otros, para alimentar a la población cautiva.  Los animales domésticos compartieron ordenadamente el territorio con especies animales y vegetales endémicas, sin mayor alteración del medio ambiente. Curiosamente, el valor biológico de la isla se preservó por la presencia de la prisión, que era una especie de Alcatraz panameño. Rodeada de un mar lleno de tiburones, la aventura de escaparse era suicida, aunque algunos reos lo lograron.   Por su impresionante biodiversidad el archipiélago, compuesto por una docena de islas de distintos tamaños y una extensión de aproximadamente 270 mil hectáreas, fue declarado parque nacional primero y Patrimonio de la Humanidad después. Sus extensos bosques primarios albergan especies animales y vegetales endémicas, y en el océano abundan peces y corales de gran valor en la cadena trófica.   Cuando se fueron los presos quedaron las celdas vacías, los patios se llenaron de malezas y la isla adquirió un valor ecoturístico que poco a poco fue perfeccionando su oferta, principalmente por la garantía de la presencia de animales y el contacto visual con ellos, primordial activo del turismo ecológico. Monos, loros, guacamayos, roedores gigantes, mariposas, serpientes, insectos, felinos y gigantescos árboles, fueron el asombro de esporádicos visitantes que podían recorrer la isla, sin temor de encontrarse con algún convicto.   Las vacas y los toros empezaron a reproducirse, causando con sus pezuñas lo que el temor a los reos impidió a los humanos. Todo, porque los ministerios de Gobierno y Justicia y de Desarrollo Agropecuario (MIDA) no se ponen de acuerdo sobre cómo movilizar a los vacunos fuera de la isla. El procedimiento requiere una autorización del MIDA que testifique que la carne no es una amenaza para sus potenciales consumidores; el de Gobierno y Justicia, propietario del hato, para el ordenar el sacrificio de los animales.   Mientras tanto los vacunos, única especie exótica que comparte la isla, se va adueñando de ella y quitándole espacio a las especies endémicas.
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