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El socialista vasco Egiguren cuenta algún secretillo del proceso de paz

domingo 23 de marzo de 2008, 12:01h
El presidente del PSE-EE asegura que "a ETA le entró un vértigo enorme a la hora de decir adiós a las armas" y agrega que las "bases" para sustentar un proceso eran "sólidas", con "un procedimiento válido" del que, "en un momento dado, ETA prescinde".

   En su primera entrevista tras la ruptura de la tregua, publicada hoy por 'El Correo' y 'El Diario Vasco', el protagonista de la frustrada vía de diálogo con la izquierda abertzale, interpreta que la banda armada "tenía decidido romper" el proceso "casi desde el principio, en torno al verano de 2006", porque "muy pronto comenzó a cuestionar el camino que habían decidido"

   El dirigentes socialista, que dice haberse mantenido "en silencio" durante dos años, porque "cualquier declaración, además de ser muy discutible, podía ser negativa", interpreta que el último resultado electoral "deja bien a las claras que la sociedad vasca ha entendido lo que se ha intentado hacer".

   No obstante, advierte de que seguirá "callando" sobre "lo que ha ocurrido estos años". "Lo único que pienso decir es que al final no se llegó a la paz porque ETA no quiso, no porque se discutiera esta cuestión o la otra. Eso es falso. Terminó porque ETA decidió no acabar con su práctica y le entró un vértigo enorme a la hora de decir adiós a las armas".

   Insiste en que, "en un momento dado, por las razones que sea" la organización terrorista decidió "que quería seguir". "Todas las explicaciones que se han dado sobre lo que se hizo bien o mal, que si se habló o no de Navarra, todo eso forma parte de la escenificación de la ruptura. ETA rompió el proceso porque no había asumido de forma definitiva que había llegado la hora de acabar", aseguró.

   Egiguren agrega que, con su labor para conseguir un alto el fuego de ETA, cumplió "con una obligación, con un trabajo" porque "lo más importante que se puede hacer en este país es trabajar por la paz y lo único trascendente de esto es que no ha salido".

   Se trató, en su opinión, de un proceso "duro" porque los socialistas han sido y son objetivo de ETA. "Llevamos años viendo ese sufrimiento. Este mismo mes hemos tenido que organizar actos de aniversario en recuerdo de Enrique Casas, de Fernando Buesa, de Juan Priede, de Fernando Múgica, de Froilán Elespe Nuestra historia es una historia relativamente triste, aunque es mucho más triste la historia de quienes ante todo esto se han mantenido pasivos", explicó.

   Admite que pensó que la última tregua de ETA "era la de verdad", que la banda armada "había decidido terminar con el terrorismo y que lo demás era cuestión ya de buscar un procedimiento, una serie de encajes a las consecuencias de lo que ellos llaman 'el conflicto'".

   A su juicio, los terroristas dieron la impresión de querer abandonar su actividad auque luego "resultó que no". "¿Qué es lo que ocurrió?. Lo que creo es que en un momento dado dijeron que 'esto' no ha terminado. Y de cara al día de mañana, la única forma de hacer algo es que decidan que han terminado definitivamente", indica.

   El presidente de los socialistas vascos cree que "para que el diálogo el día de mañana sea posible" deben demostrar "que han decidido decir adiós a las armas". "No sé cómo se hace, pero sí sé que si el Gobierno no tiene la convicción absoluta de que es así no va a entrar ya en una aventura de estas porque se ha visto que es muy complejo y muy difícil", precisa.

   Advierte a la izquierda abertzale que "el problema no ha radicado tanto en la posición del PP o en el diálogo político" sino en que "la sociedad española es muy reacia y se pone muy alerta cuando se habla de posibles beneficios penitenciarios y se habla de presos". Este mensaje debería, en su opinión, haber sido entendido por la izquierda abertzale.

   "Este proceso ha demostrado que el principio 'paz por presos' es muy complicado, mucho más de lo previsto. Recordemos que cuanto más bajo estuvo el apoyo al Gobierno fue durante el 'caso De Juana'", rememora.

   Egiguren insiste en que "el tiempo no pasa en balde" y consideró que "el siguiente proceso, lógicamente, ya no será como éste". "Tampoco sé si lo habrá pero, en fin, si algún día los vascos quieren convivir en paz y cerrar las heridas que han sufrido durante estos años habrá que buscar fórmulas para hacerlo", indicó.

   Además, considera necesario que la izquierda abertzale sea consciente de que "eso ya no está en manos del Gobierno ni en manos de un partido, sino que es la sociedad española en su conjunto la que quiere opinar sobre este tema".

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