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La estación de Chamberí abre este lunes como museo

domingo 23 de marzo de 2008, 12:42h
La estación fantasma de Metro estrenará museo este lunes. Este proyecto se hace así realidad después de varios meses de demora. El alcalde de la capital, Alberto Ruiz-Gallardón, será el encargado de inaugurar este nuevo espacio.
Se trata de la culminación de unas obras que empezaron en 2005 y en las que se ha remodelado el complejo y restaurado el mobiliario. La idea es recuperar la idea de la vida madrileña y del metro en el día en que se cerró al público.

Para ello se ha conservado la publicidad fabricada en cerámica y porcelana en las paredes curvas de la estación, los bancos, las papeleras, etcétera. Se tratará de un viaje al pasado de las entrañas de la ciudad. La reforma ha cerrado uno de los andenes de la estación y ha cubierto el otro con una mampara de cristal para separarlo de las vías. Mientras, los trenes seguirán circulando con normalidad junto a esta "estación-museo". La entrada será gratuita.

La concejalía de Las Artes y Metro de Madrid firmaron en 2005 un convenio para comenzar las obras. El Ayuntamiento ha invertido 590.000 euros en esta reforma. La obra se ha estructurado en tres fases: la remodelación en sí misma, la implantación del museo y su apertura al público.

El convenio para restaurarla pretende recuperar el patrimonio industrial de la misma. Según han ideado los urbanistas, la entrada del Metro de Chamberí será una moderna farola transparente en forma de espiral, que contará con un ascensor para garantizar la accesibilidad y una nueva boca de entrada. La farola estará iluminada y cambiará la intensidad de la luz en función del paso de los trenes por la estación.

En el interior todo permanecerá como hace 40 años, tal y como lo concibió el arquitecto Antonio Palacios. Eso sí, el Consistorio ha actualizado varios aspectos de la estación de Chamberí: los accesos, los suelos, los muros, los techos y las escaleras. El visitante podrá recorrer la estación desde las taquillas hasta los andenes. E incluso se proyectará un audiovisual sobre la historia del metro en el propio andén de la estación. En el futuro museo podrían exponerse uniformes, billetes antiguos, la placa indicadora de la estación, fotografías y planos. Según el acuerdo, ambas partes garantizan la existencia de la galería durante 15 años.

Una estación "poco rentable"

La estación de Chamberí formó parte de la primera línea de metro inaugurada el 17 de octubre de 1919 por el rey Alfonso XIII. Fue obra de los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi y cerrada el 21 de mayo de 1966. La ampliación de los andenes de 60 a 90 metros acabó con ella. Cuando la línea 1 creció para dar capacidad a trenes más largos, los técnicos recomendaron su cierre.

No era rentable, pues está demasiado cerca de las otras estaciones. Las distancias son tan cortas –está a 223 metros de Iglesia y a 310 de Bilbao– que los trenes tenían que circular muy despacio pues no había apenas tiempo para coger velocidad. Desde entonces, sufría un abandono progresivo incluso poniendo seguridad privada. El mobiliario estaba destrozado, mosaicos rotos, anuncios quemados, muebles pintarrajeados y grafitis en todos sitios. Esa era la tónica general hasta que el Consistorio se hizo cargo de ello.

También se inaugurará a final de mes el proyecto 'Andén 0'. El Ayuntamiento de Madrid ha creado en la antigua nave de motores de Metro en Pacífico, un centro de interpretación de Metro de Madrid. Este será el otro museo que mostrará el patrimonio del suburbano relacionado con la historia de la ciudad. Sus estancias reflejarán los primeros años del siglo XX y se extenderán hasta la actualidad.

Se expondrán aspectos relacionados con la historia general del transporte, la relación entre el Metro y la ciudad, la ingeniería, la tecnología, la estética publicitaria y el diseño. El centro estará plagado de elementos ilustrativos, reconstrucciones, instalaciones audiovisuales y paneles divulgativos para hacer más amena la visita a los ciudadanos.
La nave de motores de Pacífico fue construida entre 1922 y 1923 y empezó a funcionar a partir de 1924. En su interior están instalados tres enormes motores diésel y el resto de la maquinaria (alternadores, dinamos y baterías) que en su momento almacenaron energía para hacer funcionar los trenes. Durante la Guerra Civil, y debido a las restricciones, proporcionaron energía a la ciudad, a través de la compañía Unión Eléctrica Madrileña. Con el paso del tiempo y la garantía del suministro, la central quedó obsoleta y dejó de funcionar en 1972, siendo clausurada en 1987.
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