Controversia

Desde que comenzó el presente mes, nuestro país se ha visto involucrado en un desagradable conflicto por mutuas acusaciones con Colombia, que da lugar a múltiples criterios.

La controversia, parcialmente superada, se concretó en la acusación del presidente Rafael Correa al presidente Álvaro Uribe de haber violado la soberanía del Ecuador mediante la incursión del Ejército colombiano y bombardeo a la zona de Angostura en la provincia de Sucumbíos.

Por su parte, la contestación del presidente Uribe fue su reconocimiento de esa incursión y bombardeo, alegando haberlo hecho para eliminar un campamento de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en territorio ecuatoriano, desde donde se atentaba contra la seguridad de Colombia y se daba apoyo al narcotráfico, y planteando a su vez la acusación de que el Gobierno de Rafael Correa “ampara o cobija” a las FARC, y que recibió apoyo económico de dicho grupo irregular para su campaña electoral, lo que ha sido negado con indignación por el presidente Correa.

En la Organización de Estados Americanos, en la reunión de presidentes del Grupo de Río en Santo Domingo, y en todos los medios de comunicación al alcance, Rafael Correa y sus ministros involucrados han entregado pruebas del lugar del bombardeo y de los guerrilleros muertos y heridos; y, por su lado, Uribe hace referencia a unos mensajes electrónicos encontrados en la computadora portátil del subjefe guerrillero “Raúl Reyes”, muerto en la incursión del Ejército colombiano.

Respecto a la acusación del Gobierno ecuatoriano al colombiano, como existe el reconocimiento expreso del presidente Uribe, sin necesidad de más acusaciones ni ofensas, ni insistir en comprobar los hechos, y por el principio de que “a confesión de parte, relevo de prueba”… se llegó a la conclusión irrefutable de que sí existió la incursión ilegal del ejército colombiano en territorio ecuatoriano, y, por tanto, hubo violación a su soberanía.

En cuanto a las acusaciones de Uribe contra Correa, aún sin dar valor alguno a la computadora de Reyes y a sus mensajes, se ha comprobado en la realidad la base guerrillera, mediante fotos, inspecciones oculares al sitio, y declaraciones de propios y extraños respecto a sus visitas al campamento en que se encontraron uniformes, armas y símbolos de las FARC… por lo que hay que reconocer la existencia del mismo, aunque supuestamente nunca lo haya descubierto la inteligencia militar ecuatoriana ni su Gobierno.

¿Para qué seguir discutiendo o tratar de demostrar o desvirtuar hechos que ya están comprobados, cuando hay otros graves problemas que debemos solucionar, en lugar de insistir en… la controversia internacional?

E-mail: [email protected]

Artículo editorial publicado en el diario Hoy de Quito y publicado con la autorización de su autor.