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Se busca un enemigo

Se busca un enemigo

lunes 31 de marzo de 2008, 01:13h

Qué buena broma, Camarita! Otra vez nos dejaron entendiendo. Con los crespos hechos y bailando solos. El Imperio, el enemigo predilecto para todo, se fue a otros lares. Nos dejó íngrimos. ¿Y ahora? Mister Danger prefirió dedicar sus atenciones y acciones a esos chinitos del Tibet y se internó en las pampas de los "che, querido" Kirchner, donde está desarrollando todas sus capacidades inquisitivas, diabólicas, terroristas, fascistas y muchos etcéteras más.

Este desaire del Imperio y sus organismos de espionaje es gravísimo. Diríase que inaceptable para nuestras horrorosas necesidades de mantener un conflicto, armado o no, lo más escatológico posible contra quien sea y por la causa que sea. Además, ¡dígame usted!, cambiar a nuestra revolución insignia y al líder intergaláctico (que como ningún otro hegemón le ha reconocido su fantástica capacidad para toda clase de malucadas) por unos embatolados monjes pelones que ni insultos saben proferir. Menos del calibre y la resonancia de los que emite el héroe sideral.

¿Qué haremos ahora en esta patria grande, tan nuestra como de los cubanos, y cómo se sentirá el líder inconmensurable, tan obsequioso aquí como en Bolivia, Nicaragua o Ecuador, sin la habitual y cretina presencia de los agentes de la CIA o los del FBI?

La histórica fase que viene relacionada con el antojo de implantar el socialismo del siglo XXI, lo que se logrará a sangre y fuego por la revolución pacífica pero armada, sería imposible sin la participación activa del Imperio y sus agentes, en combinación con los lacayos capitalistas internos. De otra manera, quién organizará las protestas, quién ejercerá el terrorismo mediático, quién pintará consignas y quién le pondrá el pecho a los cañones (lanza agua fétida) de la "ballena" de la PM cuando se promulguen las faltantes leyes habilitantes contentivas de los conceptos totalitario-militaristas rechazados por el país en el referendo consultivo de diciembre pasado.

Plantear la justicia, la equidad, la paz, la solidaridad, la convivencia y la reconciliación entre los venezolanos no sería posible sin la opción de atribuir los impedimentos a las andanzas del Imperio malvado. Tampoco sería posible referirse al desabastecimiento, la inflación, la inseguridad, el desempleo, la corrupción y el descalabro de los servicios públicos sin la opción de echarle la culpa de ello a Mister Danger.

Cuando las multitudes afligidas daban por hecho que todo estaba perdido, que nunca más sabríamos de la injerencia del Imperio ladino en los asuntos soberanos, explotó el escándalo de la Concepción Palacios. Uff, no se habían ido a la Argentina todos los agentes que teníamos infiltrados. Alguno quedó rezagado. Y con absoluta seguridad intervino en ese doloroso, lamentable y repudiable hecho con la imperialista mala intención de que, por ello, se culpe al humanista "proceso".

Miguel Sanmartín
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