Sobredosificado

Alguien dijo que Janis Joplin, la mejor cantante blanca de música negra, murió (1970) "de una sobredosis de sí misma", y debe ser cierto porque no hay fardo más pesado que andar consigo a cuestas, con lo que ya vamos llegando a Pénjamo.

Para nadie es un secreto que el Presidente está sobredosificado de sí mismo, lo cual explica que, con frecuencia maniacodepresiva, deba meterse en la cama, o debajo de ella, víctima de terribles bajones.

Cuando reaparece, por mucho que lo maquillen, lo hace con los ojos hinchados: "Buen sitio el suyo para tiendas de mercaderes" (decía Quevedo). De un tiempo acá el bajón es general y es evidente. En una reuniónalmuerzo en Miraflores con los corresponsales extranjeros, el martes, se plantó ante las cámaras, no comió, sólo tomó café -si es café lo que le sirven- y no dejó que los periodistas comieran tranquilos.

Cuatro horas duró su intervención, un verdadero abuso como acompañamiento de un simple pabellón con baranda, especialmente por la retahíla de embustes, tergiversaciones y patrañas con que aliñó su perorata.

El Presidente intentó lucirse (aprovecharse) ante el supuesto desconocimiento de la historia reciente del país por parte de la mayoría de corresponsales de agencias, emisoras y diarios, y lo hizo como él sabe, en plan de víctima: "Los recibí a todos" (los medios) "en lugar de haberlos cerrado".

Contó que fue traicionado por agentes de la CIA, "como el ex ministro de Defensa, Raúl Salazar", y tarifados del imperio, "como los integrantes de varias promociones de militares a las que debí haber dado de baja".

Y también que ha sido blanco del "terrorismo mediático", como el de la foto publicada en El Tiempo de Bogotá (se identificaba erróneamente a una persona que aparecía con Raúl Reyes), que ha estado dando vueltas por las televisoras del Gobierno y las columnas de sus afectos en toda la prensa, sin que se haya mencionado que el diario colombiano rectificó y pidió disculpas. Mientras denuncia la información "sesgada" de los medios privados, presenta La Hojilla como paradigma de buen periodismo y defiende la labor de Lil Rodríguez, directora de Tves, quien – además de ignorar el concierto por la paz de Juanesdedicó su columna del domingo pasado en Últimas Noticias a las cantantes cubanas Rita Montaner, Elena Burque y muchas más, sin mencionar, por supuesto, a Celia Cruz. Azúcaaa...

Lo que hizo el Presidente con los periodistas extranjeros me hace recordar a un compañero de bachillerato, embustero a tiempo completo, que -una vez agotado su repertorio- esperaba ansiosamente el inicio de un nuevo curso para agarrar mansitos a los recién llegados.

Pedro Llorens
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