Ibrahim y Hamed fueron declarados culpables conjuntamente con Hussein de la matanza de 148 musulmanes chiítas tras un intento de asesinato contra el ex mandatario en la ciudad de Dujail, al norte de Bagdad.
Estaban programadas sus ejecuciones para el pasado 30 de diciembre, día en que fue ahorcado Hussein, pero las autoridades iraquíes decidieron ejecutar únicamente al ex presidente en el que, para el consejero de Seguridad Nacional Mowaffak Al-Rubaie, fue "un día especial".