La guerra del agua entre españoles y compañeros

Lo que más ha llamado la atención de la llamada ‘guerra del agua’ es que está sucediendo entre vecinos y compañeros de partido. Aragón y Cataluña, gobernada por socialistas bien en solitario -caso aragonés- o bien en coalición -el tripartito de Montilla-, se enfrentan por el agua del Ebro.

Como ya saben, la comunidad catalana necesita un trasvase urgente del Segre, afluente de este río, para asegurar el abastecimiento en las zonas más golpeadas por la sequía. Pero Aragón, a través de su presidente Marcelino Iglesias, del PSOE, se niega a ello argumentando que es competencia aragonesa y que lo recoge su Estatuto de autonomía. Y si bien Iglesias se cierra en banda y con la mayor energía posible, Montilla amenaza con hacerlo a la fuerza: al parecer tiene planeado acudir a Zapatero esta misma semana para obligar a realizar el trasvase.

Ni cercanías políticas ni geográficas. El agua nos enfrenta como en el caso del trasvase del Tajo entre castellano-manchegos y valencianos o por uso de las aguas del Guadalquivir entre Extremadura y Andalucía. Al final será verdad que tenían razón esas películas que pronosticaban de forma apocalíptica que la gran guerra mundial que está por venir será por el agua. Y es que con cambio climático o no, el bien más preciado para los pueblos está siendo cada día más la preciada agua.