Los que iban a gobernar

Rajoy hace de César y por delante de él van desfilando aquellos que estaban destinados a gobernar y que, ahora, se tienen que conformar con reorganizarse en la clandestinidad de la oposición durante los próximos cuatro años. “Ave, César, los que iban a gobernar te saludan”.

Este Partido Popular recuerda a aquel fabricante de coches para la Fórmula 1 al que se le estampaban todos los bólidos contra las ruedas de goma. Muy molesto por las críticas acertó a decir: “¡oiga, que yo hago coches para que corran, no para que frenen!”. Otro tanto podría decir Rajoy que había confeccionado un equipo para gestionar España en los próximos cuatro años, pero no lo consiguió. En la medida en la que asuman que han perdido, antes comenzará su regeneración, (por mucho que Acebes mueva la moviola al final siempre el gol lo mete Zapatero).

Rajoy, como los grandes directores de carreras, tiene que adaptar a unos candidatos creados para correr en mojado para que triunfen en pista seca, (o al revés). Y a los que no tengan una actividad muy destacada hacerles creer que son de primera necesidad, no vayamos a caer en la melancolía de la derrota y en la astenia de la oposición.

No hay Ministerio de la Familia para colocar a nadie, tampoco sabemos qué hacer con la famosa niña que aspiraba a un puesto en las Nuevas Generaciones. El despiste con los medios de comunicación es antológico. Y las amenazas interiores continúan igual que aquella tarde en la que Aguirre y Gallardón compartieron ascensor.

De cómo se adapte este PP a las circunstancias dependerá su futura existencia. Mariano ya ha dejado claro que tira “pálante”, y los demás también pero con menos poder e influencia del esperado. Cuatro años de Pizarro en la comisión de economía son para que salten chispas, no tanto por la procedencia de Pizarro de una compañía eléctrica, sino por el empeño de Solbes en fundirles los plomos a la derecha.

Y el Congreso en junio.

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