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Triunfo de Lugo afianza la izquierda en Suramérica

martes 22 de abril de 2008, 03:47h

Con la elección del ex obispo católico Fernando Lugo como próximo presidente de Paraguay, los Gobiernos de izquierda se afianzan en Sudamérica, donde la única excepción es el del colombiano Álvaro Uribe.

Además, la quiebra de 61 años de hegemonía del Partido Colorado, el más antiguo en el ejercicio del poder en América Latina, supondrá el encuadre de Paraguay entre los Gobiernos de izquierda del resto de los países que en 1991 fundaron el Mercosur (Argentina, Brasil y Uruguay).

Lugo, de 56 años y suspendido "a divinis" por el Vaticano, en 2006, tras renunciar a su estado clerical antes de lanzarse a la arena política, admitió este lunes que la Alianza Patriótica para el Cambio (APC), la coalición que él llevó al triunfo, se enmarca en ese auge de la nueva izquierda latinoamericana.

"Por la conformación de la Alianza en cierto aspecto sí; allí hay aspectos, partidos y movimientos de izquierda en relación explícita con los Gobiernos progresistas de América Latina", afirmó Lugo a un grupo de periodistas españoles incluida Efe.

Aclaró, sin embargo, que en la coalición cohabitan grupos de ideologías antagónicas como el centenario Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA, centroderecha), segundo del país, y el Movimiento Popular Tekojojá o el Partido del Movimiento al Socialismo (P-MAS), los más combativos de la agrupación de izquierda que lo apoya.

Destacó que los sectores más conservadores de la Alianza, que llegará al poder en Paraguay con ocho meses de existencia, "tienen sus posturas firmes, tienen convicciones en relación a los otros Gobiernos de América Latina".

Si bien se declara de centro como el "poncho juruícha" (centro del poncho) como gusta definirse en guaraní para dar a entender que no transita por los extremos, Lugo no ha ocultado su admiración por los Gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales, Tabaré Vázquez, Michelle Bachelet o Cristina Fernández de Kirchner.

También le sitúan en la línea de Luiz Inácio Lula da Silva, aunque si bien estuvo con el gobernante brasileño durante la campaña electoral mantiene cierta reserva debido a los reclamos que pregona sobre los beneficios que Paraguay recibe de la hidroeléctrica binacional de Itaipú.

Paraguay explota con el vecino país la más grande hidroeléctrica del mundo en funcionamiento, emplazada sobre el río Paraná, y Lugo enarboló como oferta electoral la revisión del precio del excedente energía, a lo cual se opone tajantemente Brasil.

Lula fue el único gobernante de la región que no le llamó por teléfono en las últimas horas, después de que Chávez, Fernández de Kirchner -desde Ecuador, donde está de visita oficial-, Bachelet y Morales fueran los primeros en saludarle por el éxito electoral.

Lugo se ha esforzado igualmente en desmarcarse de la forma de gobernar de Chávez en Venezuela, de Rafael Correa en Ecuador, o de Morales en Bolivia, al asegurar que su visión política apunta a un esquema autóctono, porque considera que su país tiene que tomar un derrotero distinto "con identidad propia".

Sin embargo, la sombra de Chávez merodeó en los días previos a la votaciones, cuando el actual jefe de Estado, Nicanor Duarte, lo acusó de recibir ayuda por parte de él e incluso denunció la llegada al país de presuntos "agitadores" provenientes de Venezuela, Bolivia y Ecuador para alborotar la jornada electoral.

Entre los gobernantes latinoamericanos, el peruano Alan García y su partido el APRA pertenecen a la Internacional Socialista, pero sus planteamientos son más moderados que los de la izquierda latinoamericana.

García ha tenido numerosas polémicas con Chávez, al que ha acusado de intervenir en la política interna en su país.

De otro lado, los planes de Lugo de expropiar tierras distribuidas durante la pasada dictadura también le ha valido críticas de los empresarios, principalmente de grandes hacendados, que además lo vincularon con invasiones de propiedades en la época en que fue obispo de San Pedro (centro), la región más pobre del país.

Lugo también está dispuesto a un acercamiento diplomático con China, sin que eso implique una quiebra de los vínculos con Taiwán, que tiene a Paraguay como único aliado en Sudamérica, con lo que pretende mantener "el justo equilibrio" en las relaciones de su país con el exterior.

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