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El antipopulismo ilustrado (for export)

El antipopulismo ilustrado (for export)

lunes 28 de abril de 2008, 00:57h
En círculos intelectuales y periodísticos queda muy bien, hoy por hoy, pronunciarse como antipopulista y defensor del “republicanismo” o “la calidad institucional”. Ni qué hablar si el destinatario es un lector europeo que suele identificar populismo sólo con demagogia y autoritarismo, debido sobre todo al gran desconocimiento e incomprensión de la historia y la realidad latinoamericana. Fenómenos como “el caudillismo” son entendibles tan sólo por una elite intelectual europea y prácticamente inasibles para el resto.
En ese contexto, escritores reconocidos como Tomás Eloy Martínez, escriben periódicamente en medios prestigiosos europeos como el diario “El País” de España y enarbolan, con mayor o menor lucidez, lo que yo llamo el antipopulismo ilustrado.

Confesión inicial: A lo largo de mi vida llevo leído varios libros de Tomás Eloy Martínez: La novela de Perón, Santa Evita, El sueño argentino y, finalmente, El Vuelo de la reina. Todos me encantaron, a tal punto que si tuviera que hacer una lista de los 10 mejores escritores argentinos sin duda que Eloy Martínez estaría entre ellos.
Hecho este necesario reconocimiento, es que me resulta especialmente doloroso, incluso como comprovinciano (tucumanos ambos), hacer pública la enorme decepción y tristeza que me vienen produciendo sus últimos artículos periodísticos.

La tentación autoritaria: bajo ese atrayente título Tomás Eloy Martínez (lo llamaré de ahora en más Tomás), publicó una reciente nota en el diario El País de España, de la cual quiero destacar y analizar algunos párrafos, a mi juicio notoriamente “desafortunados”.
La línea de pensamiento dominante en el artículo de Tomás busca identificar a la Presidenta Cristina como “intolerante, autoritaria y hegemónica”. Señala así:
“Pero el cambio de modelo económico exige también -y quizá sobre todo- un cambio radical de modelo político. O, si se prefiere, una renuncia definitiva a la consolidación de un pensamiento único que se exaspera cuando el menor atisbo de disenso asoma la cabeza”
“Lo que se discute es la intolerancia que se le escapa en las improvisaciones, el afán de poder hegemónico que asoma en el pliegue de sus palabras y de sus actos”
“Le queda por recorrer la parte más larga y la más ardua del camino. Todo le resultará más fácil si, mientras avanza, deja caer los lastres de la tentación autoritaria”

Este razonamiento no es una originalidad de Tomás; ni siquiera obedece a los cuatro discursos recientes de Cristina en el medio del conflicto con el campo, de ninguna manera. Todavía Cristina no era presidenta (setiembre de 2007) cuando sostuve en un artículo titulado oposición informativa era kirchner lo siguiente: “La arquitectura informativa elegida, esta vez tiene sus propias palabras clave: hegemonía, autoritarismo y baja calidad institucional. Dejando de lado discusiones filosóficas, semánticas y políticas acerca de qué se entiende por hegemónico y por calidad institucional; lo que es seguro es que se hace complicado hablar de hegemonía cuando en la ciudad de Buenos Aires gobernará la derecha y en Santa Fé el socialismo, en San Luis Rodríguez Saá, en Neuquén el sucesor de Sobisch y en Tierra del Fuego el ARI, por ejemplo. Además, ¿acaso no mejoró la calidad institucional con una Corte Suprema integrada por reconocidos juristas como Eugenio Zaffaroni, Carmen Argibay, Elena Highton de Nolasco y Ricardo Lorenzetti?”

Semanas antes de que estallara el conflicto “con el campo”, profundicé esta línea de pensamiento, en este diario digital, bajo el título: La vuelta de tuerca: el neoinstitucionalismo

¿Te acuerdas Tomás lo que decías en tu libro “El Sueño Argentino”? Te lo recuerdo: “Escribir no es ya oponerse a los absolutos, porque no quedan en pie los absolutos. Nadie cree ahora que el poder es un bastión homogéneo”
¡Qué gran verdad Tomás!

El lugar común: No se priva usted Tomás de caer en el lugar común de afirmar que los discursos de Cristina generaron divisiones en la sociedad:
“Su apelación excesiva al fantasma de un golpe de Estado es, sin embargo, peligrosa porque podría servir como caldo de cultivo para acentuar divisiones que ya han sido enterradas”
“La presidenta ha insistido en que gobierna para toda la comunidad, sin distinciones. Pero fue ella misma quien, en su discurso del 25 de marzo, empezó por establecer diferencias entre los que llamó "piquetes de la miseria, que cortaron calles y rutas por falta de trabajo", y "los piquetes de la abundancia", que atribuyó a "los sectores de mayor rentabilidad"

¡Ay, Tomás! ¿Las divisiones ya fueron enterradas en este país? ¿Son iguales los piquetes del 2002 a los agropiquetes sojeros del 2008? ¡Por favor, Tomás! Me obligas a ser autoreferencial: la verdad que cuando releí este artículo que escribí en enero de 2007 sentí algo de miedillo por lo profético del mismo. Allí decía cosas como esta:
“Así entramos en el año 2007: con un presidente que ya se ganó un lugar destacado en la historia argentina, pero que sabe claramente cual será la demanda popular que vendrá: la redistribución de la riqueza nacional, y no la “calidad institucional” como quiere hacernos creer la derecha política y cierta derecha periodística.
Ahora bien, ¿Cuándo será el momento de acometer este gran desafío de la redistribución de la riqueza? No lo planteo como enigma, porque los enigmas hablan entre sí y nos dejan fuera de su conversación. Lo planteo como una simple cuestión de perspectivas.
Si nos atenemos a las opiniones del presidente Kirchner, ese momento llegaría cuando Argentina atesore aproximadamente U$S 50.000 millones de reservas…
Y ese momento y ese jugador no será otro que el próximo presidente de los argentinos. Sea que resulte reelecto Kirchner o sea Cristina quien deba profundizar los cambios para que lleguen a mucha más gente, difícilmente alcance con un nuevo llamado a la concertación plural: los intereses a tocar no serán menores y muchas veces serán coincidentes con los de la derecha política o de quienes representan.
No creo que sea factible irrumpir en un mejor porvenir para las clases medias y populares de este país sin algo de tumulto y conflicto.

Me viene a la mente una frase de Arturo Jauretche sobre el peronismo: “se lo combatía invocando sus errores pero se lo quería desplazar por sus virtudes”

La resistencia: Con este término se refiere Usted, Tomás, al feroz lock out patronal llevado adelante por los agropiqueteros desabastecedores:
"A sólo cien días de asumir el gobierno de Argentina, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner afrontó un paro de las organizaciones campesinas que duró 22 días, el más largo de este tipo en la historia del país. El paro dejó a Argentina sin sus alimentos básicos: carne, leche, frutas, verduras.
Los 22 días de resistencia del sector más tradicional de la economía argentina…"

Es decir, Tomás, que ahora la Sociedad Rural Argentina es “una organización campesina” y los terratenientes sojeros llevan adelante “la resistencia” del sector más tradicional de la economía argentina… A lo mejor algún lector español se lo cree… pero en los sectores populares de Argentina la tendrá complicada.
El profesor George Lakoff de la Universidad de Berkeley desenmascara con precisión esta forma de utilización del lenguaje:
"El lenguaje siempre conlleva adjunto lo que se denomina "encuadre" (framing). Cada palabra es definida en relación a un conjunto conceptual. Por ejemplo, si se usa la palabra "pueblada" o "sublevación" esas palabras llevan implícita la idea de que la población está siendo gobernada de manera injusta, o al menos lo asume, y que la gente que se subleva están intentando sacarse de encima a esos injustos gobernantes, que podría considerarse algo bueno. Eso es un "encuadre" linguistico.
Si luego de eso, uno agrega la palabra "votantes" detrás de "pueblada" o "sublevacion" usted obtiene un significado metafórico diciendo que los votantes son los oprimidos, que el gobierno es el opresor, y que ahora que se los han sacado de encima las cosas están bien. Todo eso viene implícito con el simple título de la nota "Pueblada de votantes", cosa que la gente normalmente lee y no se da cuenta. Pero todas esas cosas son utilizadas y pueden ser afectadas por los periodistas y muchas veces, por los políticos en campaña también.
Entonces, proyecte esta visión del mundo en una nación y verá que a la derecha, los "buenos ciudadanos" son los disciplinados - aquellos que ya tienen un buen pasar econonómico y o bien consiguieron su independencia económica y auto-suficiencia, o van camino a ello. Los programas sociales, vistos desde la derecha, "malcrian" a la gente al darles cosas o servicios que no se han ganado con su propio esfuerzo, y manteniéndolos dependientes. El gobierno, visto desde esta visión del mundo, sólo tiene como objetivo "proteger a la nación", mantener el orden, administrar justicia (castigo) y promover el desarrollo de los negocios privados. De esta forma, la "gente disciplinada" se transforma en auto-suficiente. El progreso económico es visto como indicador de auto-disciplina. Los impuestos mas allá de lo mínimo necesario para mantener este tipo de Estado es considerado un robo a los buenos , los disciplinados que se lo han ganado con su esfuerzo, y llevados como una recompensa injusta a los inadaptados que no se lo han ganado.

¡No puedo ponértelo mas clarito Tomás! ¡Usar la palabra “resistencia”! Lindo “encuadre”, diría Lakoff. ¡Todo un acierto para el discurso del antipopulismo ilustrado!

Me da miedo pensar qué palabras utilizarías para referirte a los cacerolazos porteños ¿Hablarías de una sublevación en Recoleta, Palermo y Caballito?

Libertad de prensa: No podía faltar este tópico en tu artículo:
“La presidenta se ha quejado con exceso de los desacuerdos con que algunos medios de prensa han recibido sus decisiones y sus mensajes. Hace mal, porque la libertad de expresión es uno de los atributos fundacionales de la democracia y el sustento imprescindible de las instituciones. Si está tan segura de que sus medidas son correctas, no tiene por qué irritarse”
Supongo Tomás que respetarás a nuestro comprovinciano Juan Bautista Alberdi. Mirá lo que decía Alberdi de la prensa:

“Hablar de la prensa es hablar de la política, del gobierno, de la vida misma de la República Argentina, pues la prensa es su expresión, su agente, su órgano”… “La prensa como elemento y poder político, engendra aspiraciones lo mismo que la espada”

Lo dice también con precisión el español David de Ugarte en su libro El Poder de las redes: “Detrás de toda arquitectura informativa se esconde una estructura de poder” Me imagino, Tomás, que como “viejo periodista” no podés desconocer ese dato. Al menos, un personaje tuyo de la novela “El vuelo de la reina” no lo desconocía cuando decía: “En el periodismo no puede haber malos entendidos. Sólo hay malas y buenas intenciones”

A propósito de ello, qué te parece que TN haya titulado: “Enfrentamientos entre piqueteros y manifestantes” ¿Ciudadanos de segunda versus ciudadanos de primera? O qué se haya dividido la pantalla mientras hablaba la presidenta Cristina para mostrar al mismo tiempo los insultos de los agropiqueteros ¿lo viste en el primer mundo? Resulta difícil no estar muy enojado.
Y es que los medios ultraliberales, reales actores políticos actuales, son los primeros en saltar cuando un gobierno contradice al poder. Son la gente que ha hecho pelota a este país: desde las fuerzas armadas hasta el sistema financiero, pasando por los intereses oligárquicos más tradicionales de ideología ultraliberal. Y hay medios que responden estrictamente a esos intereses y siempre lo han hecho. Hablan de libertad de prensa cuando perjudican sus intereses, pero cuando hubo gobiernos totalitarios silbaban bajito y no tenían ningún problema con nada. ¿O no Tomás?

Escala de valores: Reconozco que todo lo anterior es mera discrepancia ideológico – política. Pero este párrafo de tu artículo en el diario “El País” me pareció francamente deplorable:
"Los 22 días de resistencia del sector más tradicional de la economía argentina tienen consecuencias más graves que el desabastecimiento y las incertidumbres de la población. CFK tuvo que cancelar o postergar su viaje a Londres, el primero de una agenda internacional en la que cifraba sus sueños de estadista. Puso al descubierto un resentimiento creciente con las críticas de la prensa a su gestión"

¿Así que la cancelación del viaje a Londres y las críticas a la prensa son más graves que el desabastecimiento y las incertidumbres de la población? ¡Mirá vos, Tomás! ¡Qué síntesis perfecta del antipopulismo ilustrado!

Recientemente el periodista Claudio Díaz fue “apretado” por el diario Clarín por su delito de pensar diferente a los dueños del multimedios (la famosa “prensa libre”), y en un fragmento de su carta de renuncia sostiene:

“Yo efectué una dura crítica a lo que se da en llamar el Grupo Clarín y acentué, particularmente, lo que a mi criterio había sido una clara manipulación informativa durante la cobertura del conflicto Gobierno vs. Campo, tanto por parte del diario como de Canal 13 y TN.
En este caso no hice más que expresar, libremente, la vergüenza que me provocó -como periodista pero también como simple ciudadano- el ejercicio "periodístico" del Planeta Clarín y sus satélites.
La reacción por parte de la empresa, como es de suponer, fue inmediata. Y hasta la consideré razonable. Es más: a uno de los colegas aludidos, Julio Blanck, le dí explicaciones acerca de por qué yo lo incluía en una lista de hombres de prensa que –desde mi punto de vista- sostienen un discurso "progresista" pero le terminan haciendo el juego al llamado establishment.”

¿Te suena Tomás? ¿Viste esa gran película llamada “Los Sospechosos de Siempre”? Allí un personaje, Kaiser Sozé, resumía muy bien la estrategia de los generales multimediáticos: “El mayor engaño del diablo es hacer creer que no existe”.

En algo tenías razón Tomás, cuando en “El sueño argentino” decías: “No hay nada más difícil que ser contemporáneo de uno mismo”

DR. Aldo Ulises Jarma
Subsecretario de Grandes Comunas
Ministerio del Interior de la Provincia de Tucumán
http://aldoulisesjarma.blogspot.com/
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