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Nuevos escenarios

Nuevos escenarios

lunes 28 de abril de 2008, 01:06h

De todas las cosas peculiares que ocurren en el laboratorio que viene a ser nuestro país, una que está en puertas es la obligada reubicación de la práctica y discurso oficial en un plano de cerrada defensa legal e institucional. No sería la primera que se le plantea esa necesidad, pero, como nunca antes, ahora se juega demasiado y, por tanto, no podría (o más bien no debería) conformarse con la difusión de declaraciones más o menos aisladas e incongruentes con los hechos. Lo novedoso es que desde el momento en que, a raíz de los resultados de las consultas departamentales, los que dirigen las demandas autonómicas departamentales desarrollen acciones para efectivizar los estatutos aprobados irán atropellando y derribando leyes, instituciones y a la propia Constitución.

Los hechos vienen demostrando que cualquier intención gubernamental de poner freno a estas situaciones por medio de amenazas o apelaciones a un “principio de autoridad” o de anuncios de procesos y juicios es esencialmente ineficaz, igual que apelar a la fuerza pública con fines de disuasión e intimidación. Eso no funcionó ni siquiera cuando la noción y el supuesto ejercicio de la “razón de Estado” sembraron decenas de cadáveres en 2003, y mucho menos ahora. Los militantes y grupos que desgarran su voz aseverando que la única forma de superar este brete sería desencadenando “de una vez la revolución” suenan carentes de toda autenticidad y de algo que se parezca a una propuesta verosímil.

Es en este atolladero donde puede verse que el Poder Ejecutivo necesita defender la legalidad, las instituciones y la Constitución vigente, como prácticamente la única ruta para mantenerse y cumplir los objetivos que postergó al sumergirse en la dinámica de confrontación que ha provocado y padecido. La revisión de lo que ha hecho hasta ahora y la calidad de sus reacciones inducen a pensar que se inclinará en cualquier otra dirección y muy probablemente en hacer lo contrario, con la sola diferencia de que ahora es muy obvio que si se atiene a su repertorio conocido y continúa respondiendo a provocaciones con su recetario habitual, no cesará de debilitarse, facilitando las cosas a sus adversarios más regresivos.

Una vez que el plan de bloquear al proyecto de CPE ha funcionado, los diseñadores y ejecutores de ese plan se han embarcado en una dinámica que los arrastra a confrontarse con la constitucionalidad vigente y, así no lo hayan previsto, con una creciente inclinación a promover el derrocamiento del Gobierno constitucional, buscando erigir el suyo, junto con una nueva Constitución, ajustada a sus necesidades. Éstas son metas que exceden hoy su potencia y capacidades y, que de intentar conseguirlas, volcarán el balance de fuerzas, dando paso a que se impongan las profundas tendencias sociales que buscan un desenlace no violento, donde se reafirmen los cambios sociales y políticos.

La posibilidad hoy abierta de reinaugurar el flujo de transformaciones pasa por respetar escrupulosamente la dinámica de los actores internos de los departamentos que opten por la vía autonómica, no sustituyéndolos con actuaciones que a la postre simplemente servirán como pretextos para habilitar una coartada del “bloqueo externo”. Para establecer posiciones fuertes y parapetos legales es necesario que funcionen el Tribunal Constitucional y otras instancias, hoy neutralizadas, y para eso se precisa renovar y respetar nuevas iniciativas y espacios de negociación.

* Analista político y catedrático

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