Jarrai, Segi y Haika

La situación del terrorismo en Euskadi sigue dominando el paisaje informativo del país, mientras se van solapando acontecimientos políticos y judiciales. La división entre los dos grandes partidos coincide en el tiempo con infinidad de procesos en los tribunales que, por un lado, ponen a prueba a la fiscalía –dependiente del Gobierno- y, por otro, a los propios jueces, cuyo trabajo siempre es difícil y en este caso más. Ahora se confirma por el Tribunal Supremo que las organizaciones Jarrai, Segi y Haika son complementarias de ETA y que tienen, por tanto, condición de grupos terroristas.

Como cualquier otra sentencia hay que acatarla. Pero en este caso también hay que valorarla políticamente, no tanto por su contenido, que corresponde a los jueces, sino por sus antecedentes y su previsible repercusión. El hecho de que la fiscalía recurriese la sentencia de la Audiencia Nacional demuestra que el Gobierno de Rodríguez Zapatero no se había cruzado de brazos, como había insinuado el PP durante la tregua. Por tanto, a Mariano Rajoy se le presenta una buena oportunidad para rectificar.

Otro frente que abre este fallo del Supremo es la reacción del llamado mundo abertzale, donde se observan movimientos a favor de la vía política frente a la resistencia de quienes siguen aferrados a la violencia. Jarrai, Segi y Haika son viveros del llamado terrorismo de baja intensidad y su paso a la clandestinidad puede acelerar su integración en el aparato militar de ETA, donde los relevos generacionales suelen ser decisivos en su estrategia. El presidente del PNV, Josu Jon Imaz, considera, por ejemplo, que el fallo no es un camino adecuado para el futuro de Euskadi.