La crisis del PP

Lo que nadie puede negar es que tras las elecciones de 2008 el PP se halla inmerso en una crisis de dimensiones aún por definir, ya que desde la misma noche electoral se empieza a cuestionar el liderazgo de Rajoy y cada día, por no decir cada hora, la situación se va enredando un poco más.

Bajo mi punto de vista, para entender la crisis del PP hay que analizar dos hechos, cada uno de los cuales por sí mismos, ya tendría suficiente calado como para provocar una crisis, pero cuando han coincidido en el tiempo, están produciendo un efecto realmente preocupante.

El primer hecho fue el posicionamiento de determinados grupos mediáticos que por sus ideas, intereses o lo que sea, desde la misma noche electoral amparados en una falta de liderazgo, quieren que Rajoy dimita, seguramente para que ocupe su puesto alguien más próximo a ellos o más moldeable o vulnerable. El segundo hecho, que sí que tiene calado, es el que surge a partir del llamado debate de las ideas.

Con relación a este tema, creo que aunque se habla de debate de ideas, realmente las ideas no se cuestionan, sino que lo que está ocurriendo es que hay dos formas de entender cómo transmitir el mensaje del PP.

En la actualidad hay gente del PP, cuya teórica cabeza visible podría ser María San Gil, que considera que no hay que mover absolutamente nada, y otros que consideran que sí que hay que cambiar la forma de acercarse a la sociedad para tratar de captar ese millón de votos de centro, cuya intención de voto en unas ocasiones se ha decantado por el PP y en las ultimas elecciones por el PSOE, y cuya teórica cabeza visible podría ser el señor Rajoy.

Ni los que se sienten identificados con María San Gil, ni los que se sienten identificados con Rajoy han demostrado que se diferencien, en cuanto a ideología, prácticamente en nada, pero sí hay una gran diferencia en cuanto a las estrategias sobre cómo hay que presentarse ante la sociedad y reivindicar cual es su espectro y posicionamiento político.

A mi me da la impresión de que el gran ganador de la crisis del PP es el PSOE y no porque “a río revuelto ganancia de pescadores”, sino porque está alcanzando los resultados de aquello que se planteó como objetivo hace ya cuatro años.

El PSOE en los últimos 25 años ha demostrado que entre sus dirigentes, hay gente que tiene la cabeza muy bien amueblada y, por lo tanto, sabían que en 2004 habían ganado las elecciones en unas circunstancias especiales, y si querían ganar las próximas elecciones tenían que conseguir reafirmar a su favor a todos aquellos que teóricamente en 2004 iban a votar al PP, pero que debido a lo mal que se gestionó la crisis del 11-M votaron al PSOE.

Una posible solución era hacer un desplazamiento del PSOE hacia el centro, pero como ha quedado de manifiesto eso era imposible porque sus socios, durante la legislatura 2004-2008 no se lo habrían admitido.La otra posible alternativa era, sin mover al PSOE, conseguir que la sociedad pensara que el PP se había radicalizado o como ellos empezaron a decir, era la derecha extrema.

Evidentemente, la estrategia que el PSOE ha desarrollado durante los 4 últimos años ha sido esta segunda, tratando de aislar en todo momento al PP y transmitiendo una imagen de falta de espíritu democrático, de no aceptar los resultados electorales, en una palabra, que se había convertido prácticamente en un partido ultra conservador.

¿Alguien me puede explicar cómo es posible que Acebes y Zaplana, que eran ministros de un Gobierno democrático, que discutían y negociaban en el Parlamento y que atendían, de acuerdo con su jefe de Gobierno y su programa político las ideas y propuestas de las comunidades autónomas, hayan pasado en cuatro años a convertirse en unas personas carentes de cintura política, que no entienden las reivindicaciones de las comunidades autónomas y que se niegan a consensuar y a negociar?

Lo que yo creo que ha ocurrido es que los planteamientos del PP antes del 11 de marzo de 2004 y después del 11 de marzo de 2004 son los mismos, pero que el PSOE se ha preocupado de que a partir del 11 de marzo ese comportamiento, que nunca ha estado bien comunicado ni explicado por el PP, diera la impresión de una radicalización conservadora y que, por lo tanto, aquellas personas que se consideran de centro, no podían depositar nuevamente la confianza en el PP porque se había convertido en un partido prácticamente de extrema derecha (en terminología del PSOE, derecha extrema).

El problema que se plantea en mayo de 2008 es que Rajoy, o los que le asesoran, han caído precisamente en la trampa del PSOE y creen que tienen que convencer a la sociedad que no son la derecha extrema, para lo cual en vez de analizar su política de comunicación y conseguir en los próximos cuatro años deshacer el entuerto al que les ha llevado el PSOE, creen que hay que hacer una política de gestos cuyo único objetivo sea convencer a la sociedad que no son la derecha extrema.

Pese a que como no son la derecha extrema, da la impresión de que lo tengan asumido y, por lo tanto, dicen que van a centrar el partido (es decir, reconocen que el partido se ha ido a la derecha, como el PSOE está haciendo creer a los ciudadanos), para lo cual necesitan hacer algunos planteamientos y gestos más a la izquierda, aunque eso no se ajuste exactamente a los principios y fundamentos del partido.

El otro sector, es decir, el de María San Gil, no tengo claro que sean conscientes que tienen un problema de comunicación, pero lo que sí que tienen claro es, que son lo que son, se sienten orgullosos de serlo y no quieren que se cree confusión en el electorado, y por lo tanto, reivindican que se siga trabajando como se hacía hasta ahora y que no se caiga en gestos o deslices ideológicos.

Al PSOE le ha costado 4 años, pero ha conseguido sus objetivos, porque aunque no se rompa el PP, lo que si que es evidente es que la crisis está servida y será muy difícil, por muchos congresos y adhesiones a Rajoy, si no son capaces de hablar entre ellos, analizar la situación y transmitirnos a los ciudadanos cual es la situación real y que han encontrado una formula que les permite trabajar a todos juntos, difícilmente aumentarán el numero de votos en las próximas elecciones.

Y mientras tanto, determinados grupos mediáticos siguen a lo suyo, y así aún es más difícil analizar y hablar con tranquilidad.