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La demagogia chavista en su apogeo

Cuando de afrodescendientes están llenas las morgues del país, Hipólita y Matea, esclavas negras de Bolívar, van camino al Panteón Nacional

Cuando de afrodescendientes están llenas las morgues del país, Hipólita y Matea, esclavas negras de Bolívar, van camino al Panteón Nacional

sábado 24 de mayo de 2008, 05:58h

Hipólita y Matea, las esclavas negras que cuidaron del prócer independentista Simón Bolívar en su niñez, y cuyos restos reposan en un sepulcro en la Catedral de Caracas, están camino del Panteón Nacional, donde descansan los héroes venezolanos.

La iniciativa de trasladar los restos de las dos mujeres, conocidas como "las negras Hipólita y Matea", fue presentada por la vicecancillería venezolana para África y se encuentra actualmente en estudio.

El titular de ese viceministerio, Reinaldo Bolívar, explicó en una entrevista con Efe la campaña que promueve para "dar realce" a la "identidad nacional" y "reconocer el aporte de la negritud en el país", objetivos asociados al traslado de los restos de las dos mujeres, muertas hace unos 150 años.

"La tradición oral señala que Bolívar decía que Hipólita fue quien le dio de comer, y que Matea fue la que le enseñó a dar sus primeros pasos. Nosotros decimos que Hipólita es su madre y Matea su primera maestra", asegura el vicecanciller para África y principal promotor del traslado de las esclavas.

La "negra Matea" (1773-1886), nacida en San José de Tiznados, un pueblo a 240 kilómetros de Caracas, y la "negra Hipólita" (1753-1835), fueron llevadas especialmente a la capital venezolana en 1785, dos años después de nacer Simón Bolívar, para encargarse de su crianza.

Hipólita fue quien amamantó y cuidó al pequeño Bolívar en su niñez, mientras que Matea, que entonces contaba con 10 años, fue su compañera de juegos y la que lo alzó en brazos en el momento de su bautizo. Ambas, según los historiadores, lo llamaban "Simoncito".

Las dos mujeres quedaron marcadas con el apellido Bolívar porque era común entre los esclavos que adoptaran el apellido de la familia propietaria, y si bien Hipólita fue más importante en los primeros años de la vida del libertador, acabó siendo más conocida Matea, ya que le sobrevivió 56 años.

Matea llegó a acompañar a la comitiva fúnebre, presidida por el entonces presidente Guzmán Blanco, que en 1876 llevó el cuerpo de Simón Bolívar, el "Padre de la Patria", (1783-1830) desde la catedral de Caracas hasta el Panteón.

En 1975, los restos de ambas esclavas, liberadas por Simón Bolívar antes del triunfo en 1821 de la causa emancipadora que encabezó en América contra el imperio español, fueron trasladados desde el Cementerio General del Sur hasta la cripta de los Bolívar en la catedral de Caracas, pero eran tiempos en los cuales no se montaban circos ni se promocionaban acciones concebidas sólo para efectos propagandísticos

El vicecanciller Bolívar, nacido en el mismo pueblo que Matea y por tanto, según él mismo subraya, "posible" descendiente de ella en cuanto conserva su apellido, considera que tanto Hipólita como Matea "tuvieron mucho que ver con la formación de la conducta de Simón Bolívar".

En 1819, en su célebre discurso ante el Congreso de Angostura, Bolívar clamó por la libertad de los esclavos, algo que para el vicecanciller tiene que ver con el "aporte" de Hipólita y Matea.

"Seguramente entre las enseñanzas de estas negras, de estas damas, estaba la añoranza por ser libres (...) forjaron en el libertador conductas importantes", subraya el viceministro.

"Llevar al Panteón (los restos de Hipólita y Matea) tiene un significado de conexión entre Venezuela y África (...) No es un capricho, no es una ocurrencia, es dar realce a nuestra identidad nacional", explica.

Bolívar se queja de que "en Venezuela, igual que en otros países de América y el Caribe, se trató de ocultar el aporte de la negritud", una tendencia que se ha propuesto revertir, con iniciativas como el traslado de los restos de Hipólita y Matea.

"Si estuvieron tan cerca Matea e Hipólita del Libertador, le acompañaron en las buenas y malas, deben acompañarle en el lugar de mayor gloria para los venezolanos, en el Panteón Nacional", asegura.

El Panteón Nacional, erigido a finales del siglo XVIII como la Iglesia de la Santísima Trinidad, se convirtió en 1875, bajo el gobierno de Guzmán Blanco, en el lugar de reposo de los restos de los más ilustres venezolanos o "el lugar de mayor gloria", según el vicecanciller.

En la actualidad descansan en el Panteón 144 "héroes venezolanos", entre ellos el libertador Simón Bolívar, además de otros políticos, militares o escritores, de los que únicamente cuatro son mujeres.

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