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Obama y McCain salen a conquistar el oeste americano

miércoles 28 de mayo de 2008, 01:09h
Mientras Barack Obama parece haber olvidado que faltan todavía tres  primarias demócratas y ya busca el respaldo de los estados que hace cuatro años votaron por George Bush en las elecciones generales, John McCain acepta calladamente la ayuda del impopular presidente de Estados Unidos para recaudar fondos para su campaña.

Barack Obama y John McCain continuaron este martes su campaña en tres estados del Oeste de Estados Unidos que se espera sean clave en las elecciones del próximo 4 de noviembre, al tiempo que aumentan las apuestas sobre sus posibles vicepresidentes.

Nuevo México, Nevada y Colorado votaron por el actual inquilino de la Casa Blanca, George W. Bush, en las elecciones del 2004, aunque por estrecho margen.

Así, Bush derrotó a su rival demócrata John Kerry en Nuevo México por 49,84%, frente a 49,05%. La ventaja no fue mucho mayor en Nevada (50,5% frente a 47,9%) y Colorado (51,7% frente a 47%).

Si Kerry hubiera sido el ganador, estaría ahora en la Casa Blanca.
Puede que eso explique el que tanto el candidato presidencial republicano John McCain como el favorito a hacerse con la candidatura demócrata, el senador por Illinois Barack Obama, hayan decidido batallar en los tres estados desde ya.

Los dos pasaron el lunes en Nuevo México y recorrieron este martes los desiertos paisajes de Nevada, donde Obama participó en varios actos electorales, y Colorado, a donde se desplazará McCain, quien tiene prevista también una breve aparición conjunta con Bush en un acto de recaudación de fondos en Phoenix, Arizona.

Las últimas encuestas señalan que los demócratas han ganado terreno en los tres cruciales estados, donde han conseguido varios escaños a las legislaturas estatales y al Congreso.

Aun así, la batalla se prevé reñida.

McCain parte con la ventaja de ser senador del vecino Arizona, lo que técnicamente lo convierte en un hombre del Oeste.

Obama tiene a su favor su poderoso mensaje de cambio, con el potencial de calar en estados como Nevada, muy castigado por la actual crisis inmobiliaria, con tasas de ejecuciones hipotecarias casi cuatro veces por encima de la media del país.

De hecho, el candidato demócrata hizo del derecho a tener un hogar propio el centro de un discurso que dio este martes en el norte de Las Vegas (Nevada), donde también se reunió con familias que corren el riesgo de perder sus casas. 

Su talón de Aquiles son los latinos, que han votado en masa por su rival demócrata, la senadora Hillary Clinton, y entre los que McCain tiene buena prensa.

Ese grupo se perfila como clave en estos tres estados en noviembre. Sirva como ejemplo el que solo en Nuevo México hay más de medio millón de hispanos registrados para votar.

El diario Los Ángeles Times recuerda este martes que Bush consiguió el voto de al menos el 44% de los latinos en Nuevo México en el 2004, lo que le dio la victoria frente a Kerry en ese estado.

Para vencer su desventaja, Obama cuenta con el importante respaldo del gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien lo presentó el lunes durante un acto electoral en su estado como un líder excepcional, de esos que surgen "sólo una vez en cada generación".

McCain, por su parte, lanzó el lunes un nuevo anuncio destinado a los hispanos que sirven o han servido en el ejército estadounidense.

El senador ha sido uno de los principales defensores en su partido de una reforma migratoria que abra una vía a la ciudadanía para los 12 millones de indocumentados, lo que podría venirle bien en Nuevo México, Nevada y Colorado.

Obama reconoció el lunes el desafío que afronta: "Vamos a tener que trabajar duro para que nos conozcan los votantes de esta región", señaló, aunque dijo estar convencido de que su mensaje de cambio, su apuesta por el seguro médico universal y una política energética "coherente" son críticos para los votantes de la zona.

Más allá de la incipiente batalla entre Obama y McCain por el lejano Oeste, los analistas continúan este martes con su debate sobre quiénes serán los "números dos".

Entre los favoritos para acompañar a McCain aparecen el ex aspirante republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, y los gobernadores de Florida, Charlie Crist, y de Luisiana, Bobby Jindal, con quienes se reunió en su rancho de Arizona este fin de semana.

En el caso de Obama, cobra fuerza la posibilidad de que su compañero de viaje sea el senador de Virgina Jim Webb, un ex marine, héroe condecorado de la guerra de Vietnam y ex secretario de la Marina durante la presidencia de Ronald Reagan.

Ese historial le da "una experiencia en seguridad nacional que pocos demócratas pueden equiparar" y que complementaría bien la falta de experiencia de Obama en ese frente, señalaba el viernes el periódico The Atlantic.

McCain se distancia de Bush, pero recauda dinero con él

John McCain trató este martes de distanciarse del impopular presidente de Estados Unidos, George W. Bush, al tiempo que busca su ayuda para recaudar fondos para su campaña electoral.

En un discurso este martes en la Universidad de Colorado en Denver, McCain expuso algunas de las líneas primordiales de su política exterior que, aseguró, "no es una visión de EEUU que actúa solo, sino que levanta y participa en una comunidad de naciones unidas en este propósito común vital".

"Es una visión de un Estados Unidos responsable, dedicado a una paz duradera basada en la libertad", explicó el aspirante a la Casa Blanca.

Bush ha sido acusado a menudo de actuar en solitario y sin contar con la voluntad de la comunidad internacional en política exterior, en particular en su decisión de invadir Irak.

En su intervención, McCain apuntó a la proliferación nuclear como una de las grandes amenazas para los años venideros y, al respecto, aseguró que si llega a ser presidente buscará acuerdos de control de armamento nuclear con Rusia y China.

"La Guerra Fría acabó hace casi veinte años y ha llegado el momento de tomar más medidas para reducir drásticamente el número de armas nucleares en los arsenales mundiales", explicó.

En concreto, con respecto a Moscú, indicó que aunque tienen "diferencias serias, tras el final de la Guerra Fría, Rusia y Estados Unidos ya no son enemigos mortales".

"Dado que los dos países tienen la gran mayoría de las armas nucleares del mundo, tenemos una responsabilidad especial para reducir su número", afirmó.

El candidato responsabilizó tanto a las pasadas administraciones demócratas como republicanas de fracasar en el control de ese armamento.

"Si uno mira atrás en los últimos veinte años, no creo que ninguno de nosotros, demócrata o republicano, pueda sentirse muy satisfecho de lo que hemos logrado para contener la proliferación nuclear", sostuvo.

McCain participará este martes en un acto de recaudación de fondos en Phoenix con Bush, quien asistirá esta semana a tres actos a puerta cerrada de recaudación de fondos en favor del candidato republicano, aunque el senador sólo estará en uno de ellos.

Ante la impopularidad del jefe de la Casa Blanca, cuyos niveles de aceptación se encuentran en torno al 30%, McCain ha intentado distanciarse del presidente en sus propuestas políticas.

Los demócratas ya buscan presentar al aspirante republicano, que ha apoyado con firmeza la estrategia de Bush en Irak, como una prolongación del mandato del actual mandatario.

Pero McCain tiene que hilar muy fino en su relación con el jefe de Estado, ya que Bush ha demostrado ser un gran recaudador de dinero para su partido.

Tan sólo en lo que va del 2008, ha intervenido en 19 eventos para recaudar fondos, en los que ha ingresado en las arcas republicanas 37,1 millones de dólares, según los datos de la cadena CBS.

McCain se encuentra muy por detrás en lo que respecta a recaudación de fondos de Barack Obama, y que ha logrado reunir decenas de millones de dólares a través de Internet.

El acto de este martes en Phoenix será la primera ocasión en que el presidente y el aspirante estén juntos desde que Bush dio su respaldo a McCain para que fuera su sucesor, en un acto en la Rosaleda de la Casa Blanca el 5 de marzo pasado.

Durante aquel evento, McCain ya pareció querer mantener una cierta distancia con el actual inquilino de la Casa Blanca.

"Me alegra poder contar con él, en la medida en que se lo permita su agenda tan cargada", afirmó entonces el candidato republicano.

Y Bush aseguró que intentaría ayudar a McCain de la manera que el aspirante considere más adecuada: "Si el que yo aparezca y le apoye lo ayuda... o si me declaro en su contra, y eso le ayuda, da igual. Lo que quiero es que gane", aseveró.

Barack Obama no perdió este martes la oportunidad de hacer referencia a estas reuniones privadas del presidente de EEUU en favor del candidato republicano.

"Hoy, McCain tiene un tipo distinto de reunión. Estará recaudando fondos con George Bush a puertas cerradas en Arizona. Sin cámaras. Sin periodistas. Y todos sabemos por qué", dijo el candidato demócrata en Nevada. "McCain no quiere ser visto, con el sombrero en la mano, con el presidente cuyas políticas ha prometido continuar por otros cuatro años".

"Pero la pregunta para la gente de Estados Unidos es: ¿queremos continuar con las políticas de George Bush?", concluyó Obama.

 


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