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Lo consiguieron

Lo consiguieron

jueves 05 de junio de 2008, 01:36h

En noviembre del 1986 tuve el placer de tener una pequeña conversación con el entonces vicepresidente de USA George Bush. En España andábamos con el OTAN si y OTAN no  y en medio de la conversación Mr. Bush me dijo una gran verdad: “ustedes los europeos no entienden la política interna de USA. Yo quiero ser Presidente de Estados Unidos y para eso es importante el conjunto de la nación. Los europeos solo tienen en cuenta los 50 millones de habitantes de la costa este y la costa Oeste de Estados Unidos, pero el país tiene 250 millones y si quiero ser presidente necesito los votos de los 200 millones que viven en el medio (middle). Si no lo tengo en cuenta no seré presidente y la política exterior les importa mas bien poco en el momento de votar un nuevo Presidente”. Lo recordé cuando perdió las elecciones a su segundo mandato después de la Guerra del Golfo.

También he recordado esta lección de política realista viendo el triunfo de Obama y la definitiva derrota de Hillary que tanto ha agradado a los analistas políticos españoles. Hillary era desde el primer momento el enemigo a abatir por parte de los sectores más conservadores de la sociedad americana y las grandes corporaciones económicas, industriales y financieras. No podían permitirse un nuevo mandato demócrata que supusiese la vuelta a la economía real y al desarrollo del estado del bienestar que pondría nuevamente en cuestión como durante el mandato de Bill Clinton las ganancias desmesuradas y las inversiones multimillonarias en la gran industria tanto energética como armamentística.

El enemigo a abatir era por tanto Hillary Clinton, pero había que hacerlo poco a poco y con  tiento. En primer lugar había que buscar alguien que resultase atractivo para todos los sectores más radicales. Alguien sin pasado y sin pies de plomo. Alguien que no aportase ninguna idea nueva en temas económicos pero que llegase al corazón de la gente por detalles sentimentales. Y así nació Barak Obama.

La campaña de Obama ha sido una maravilla desde el punto de vista técnico y todos los pasos se han medido concienzudamente. El sistema de conseguir delegados ha sido un encaje de bolillos jugando con las diferentes opciones de los diferentes estados para ir a buscar los delegados más baratos en votos y más provechosos dejando marginados aquellos lugares en que los porcentajes establecidos para ganador y perdedor eran más proporcionales. Espero que alguna mente brillante de los analistas políticos americanos nos ilustre algún día con un estudio pormenorizado.

Como no tenía dinero había que provocar que sus ingresos subiesen pero no de una manera descarada sino poco a poco pero substancialmente. Ha habido avalancha de dinero y si alguien cree que después de los costosos gastos de la campaña el superávit de los 30 millones de dólares se debe a aportaciones de voluntarias de 5 dólares en cinco dólares, pues que Dios le conserve la vista. Obama ha tenido sustanciales ingresos de grandes fundaciones de no mucho conocimiento y prestigio que han vehiculado fondos de grandes corporaciones y grupos económicos.

La lectura de los diferentes discursos de Obama demuestra que no aportan ni una sola idea de que debe hacerse  ni en materia económica ni en materia social. Todo es pura palabrería que recuerda más las canciones folk de los 60 que de las políticas del New Deal roosveltiano o de la Nueva Frontera kennediana  y las teorías de Galbraith, por citar algunos ejemplos de lo que no representa Obama.

Y finalmente ha sido significativo el aluvión en algunos casos de apuntados para votar en las primarias que han declarado que su intención era que Hillary no consiguiese la nominación. Se han publicado algunos artículos sobre el tema y recuerdo una señora que a la salida de votar en las primarias comentó que “sólo votaría a Hillary si su adversario fuese Bin Laden”. No creo que esta señora vote a Obama en las presidenciales.

El éxito de la operación “destruir a Hillary” ha sido total y desearía equivocarme cuando afirmo que el próximo Presidente de Estados Unidos se llamará John McCain, porque sinceramente no veo al “middle” votando a Obama, y me extrañaría incluso q7ue obtuviese buenos resultados en el Este y el Oeste. Lo peor es que yo no voto pero lo que ellos voten va a tener muchas consecuencias para mi vida privada.

 

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