Obama, a la caza de los 18 millones de votos de Hillary

Barack Obama se ha convertido en virtual candidato del Partido Demócrata a las elecciones presidenciales del próximo noviembre. Tras de sí ha quedado Hillary Clinton, que de la noche a la mañana ha pasado de ser su férrea rival a, como este fin de semana ha dejado claro, un apoyo clave en la histórica candidatura del senador de Illinois.

Obama sabe lo importantes que son los 18 millones de votos que la ex primera dama ha sido capaz de movilizar durante las duras elecciones primarias. Ese apoyo es la llave que le podría abrir la puerta de la Casa Blanca el próximo noviembre, por lo que muchos están atentos a cuáles son sus movimientos en ese sentido.

El voto femenino, el latino y el de la clase trabajadora es el que le ha fallado al senador de Illinois en una campaña basada en un mensaje de cambio y esperanza que, sin embargo, no logró darle el apoyo demócrata en estados claves como Nueva York o California.

Obama debe convencer a quienes le negaron el voto en las primarias si quiere ser el primer afroamericano en alcanzar el poder el 20 de enero de 2009 y derrotar a John McCain, un republicano al que muchos ven como "el menos malo de los malos" y que cuenta, como Clinton, con una experiencia en política que pocos atribuyen al candidato demócrata.

Clinton ya ha pedido a sus fieles seguidores que acepten su derrota y que ayuden a Obama a ganar el próximo 4 de noviembre, algo que seguramente muchos harían si el senador de Illinois elige a la ex primera dama como vicepresidenta.

Mientras esa elección se hace realidad o se desinfla en el aire, hay quien se encarga de recordar a  Obama que , por ejemplo, el voto de la clase blanca trabajadora fue clave para que dos demócratas, Jimmy Carter y Bill Clinton,  llegaran al poder.

Ese voto, como ya le pasó al anterior candidato John Kerry, parece resistírsele a Obama más que a Clinton, quien sí llegó a ese grupo de población según las numerosas estimaciones durante las primarias, así como al latino, ferviente seguidor de la ex primera dama, como demostraron sus resultados en Florida, Puerto Rico o el propio Nueva York, donde la población hispana no deja de crecer.

La campaña de Obama entra ahora en una nueva dimensión. Los analistas aseguran que los encargados de la misma enmendarán los errores del pasado para evitar que, como muestra una encuesta de la CNN, un 17% de los seguidores de Clinton vayan a votar por McCain o que un 22% dejen de ir a las urnas.