Las televisiones mostraron imágenes de la sede de Impuestos Nacionales incendiada y de los mineros quemando documentos en sus puertas. También se pudieron oír detonaciones de dinamita.
Según las radios locales, la policía anunció que, para evitar una escalada mayor de violencia, no intervendrá hasta que no sea estrictamente necesario.
Sin embargo, otros medios indicaron que durante el primero de los ataques, el que sufrió la CDE, los agentes llegaron a emplear gases lacrimógenos para dispersar a la turba.
Algunas versiones periodísticas afirman que grupos de campesinos leales al presidente Morales se están organizando para enfrentarse a los mineros en el centro de la ciudad de Potosí.
Los mineros, que exigen al Gobierno un plan de reactivación del sector y una exención tributaria, son uno de los principales aliados del presidente Evo Morales, pero en los últimos días han comenzado a movilizarse en su contra.
Desde hace semanas mantienen bloqueadas las principales rutas de acceso a esa ciudad andina y las conexiones hacia Argentina.
El delegado del presidente Morales en Potosí, Víctor Hugo Llano, lamentó la situación, pidió cordura a los cooperativistas, y explicó que el Gobierno boliviano trabaja en una propuesta para retomar la negociación con los sectores en conflicto.
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