Los héroes de la Eurocopa ofrecen el trofeo a toda la afición española

La Copa ya 'vive' en Madrid. Los jugadores de la Selección española, o sea, los auténticos 'héroes' para la afición española, ya la han traído desde Austria donde l aganaron con tanta brillantez. Desde Barajas, donde llegaron con retraso, alrededor de las ocho de la tarde, viajaron en autobús a un Madrid que estuvo absolutamente colapsado y donde fue la gran fiesta. Un baño de multitudes increíble, pues se calcula que la cifra de asistentes supere el millón.

Los jugadores y cuerpo técnico de la selección española, así como el resto de miembros de la delegación nacional desplazada a la Eurocopa de Austria y Suiza, aterrizaron a las 19:40 horas en el aeropuerto de Barajas en un avión engalanado con la palabra ¡Campeones¡ y que mostraba además una bandera de España por la escotilla de la cabina de los pilotos.

Minutos después del aterrizaje se abrió la escalinata del avión procedente de Innsbruck y emergieron las figuras del gran capitán de la selección española, Iker Casillas, y el seleccionador nacional Luis Aragonés, luciendo 'la roja' -y la amarilla en el caso del guardameta- y portando ambos el objeto más deseado por todos los aficionados, el trofeo de campeones continentales.

Los dos posaron con la Copa hasta que Casillas tuvo un gesto especial para el seleccionador, a quien dejó sólo para que levantara el trofeo, en un reconocimiento especial para un técnico que se despide después de conseguir el mayor hito del fútbol español en más de cuarenta años.

Posteriormente, uno a uno, los jugadores fueron bajando las escaleras del avión para introducirse en un autobús descapotable. Antes posaron todos para todos los medios gráficos presentes en el aeropuerto. Después el autobús se dirigió por algunas de las calles más emblemáticas de la capital hasta la céntrica plaza de Colón -donde llegaron pasadas las nueve-, en la que numerosos aficionados esperaban ya a los jugadores para festejar de la mejor manera posible la consecución del título europeo.

Todo está siendo de una gran emoción y alegría, tanto en los futbolistas como en el público que colapsa la Castellana y Recoletos con el consiguiente caos y colapso de tráfico.Por lo menos en esta ocasión no hay enfado por parte de los madrileños, tan acostumbrados, que en esta ocasión lo perdonan todo por un motivo tan especial. Además, conforme se acercaba el autobús a la ya conocida como 'plaza roja', era más difícil avanzar porque mucha gente dese las aceras se echaban a la calzada y rodeban el autobús.